VÍCTIMA POSTRADA

Otra vez un ministro de Salud en tribunales: Pieckenstainer fue citado como testigo por una mala praxis

La paciente Valeria Reinoso fue intervenida quirúrgicamente. Errores y negligencia en el postoperatorio la dejaron postrada, con vida vegetativa desde hace seis años. Ocurrió en el Hospital Privado cuando el director médico era quien hoy está al frente de la cartera sanitaria.

LUCIANO FIORELLI Y SUS HIJOS. Reclaman justicia. Para ellos, hay responsabilidades más allá de una enfermera y dos anestesistas. Foto: Cedoc Perfil

En octubre del 2018, Valeria Reinoso concurrió al Hospital Privado de Córdoba para una cirugía estética, resección de un lipoma y colocación de prótesis mamaria. La operación fue exitosa y duró más de tres horas. El problema sobrevino cuando debía recibir cuidados en el postoperatorio y la enfermera le aplicó un opioide desconociendo que la paciente era intolerante a esa medicina. Sufrió hipoxia, falta de oxígeno, cuadro que la dejó postrada y con vida vegetativa. No responde a ningún estímulo. Así esta hoy, internada en una terapia intensiva doméstica, en su vivienda de Colinas de Vélez Sarsfield. Es una muerta en vida desde hace seis años.

El jueves pasado comenzó en la Cámara 9a del Crimen el juicio en el que están acusados por lesiones gravísimas la enfermera Sandra Monier y los anestesistas Aníbal Olivazzi y Luis Richetta, en el marco de una mala praxis. 

Uno de los testigos que debe comparecer hoy es el actual ministro de Salud de la provincia, Ricardo Pickenstainer. Cuando Valeria se operó y quedó cuadripléjica y sin respuesta a estímulos, el actual funcionario era el director médico del nosocomio. La fiscal de Cámara, Laura Battistelli, pidió que lo citen y el tribunal accedió.

Su presencia y explicaciones son esperados con enorme expectativa en el juicio. Nunca declaró en la instrucción. 

La pregunta que subyace es por qué razón y en qué contextos un postoperatorio pudo terminar en esta tragedia después de una cirugía sin inconvenientes y en una paciente sana. Qué pasaba en el Hospital Privado después de las 20 horas, cuando Valeria se descompensó al tomar la medicación equivocada, cuánto personal había, si se seguían todos los protocolos al pie de la letra.

Los testimonios brindados el viernes y particularmente ayer, lunes, arrojan indicios de que había una enorme falta de control en el horario nocturno del Hospital Privado. “No se sabía dónde estaban las hojas quirúrgicas, las de anestesia”, señaló una enfermera que dejó de trabajar ahí y está radicada actualmente en Jujuy. Desde allá vino para declarar.

Después de escuchar a los testigos, la fiscal Battistelli, arrojó una afirmación impactante en la audiencia de ayer: “Cualquier paciente que esté en recuperación en el Hospital Privado después de las 20 horas puede quedar como Valeria Reinoso”.

El esposo de Valeria, Luciano Fiorelli, y los tres hijos de ambos siguen reclamando justicia. "Es peor que una muerte", dijo Luciano a PERFIL CÓRDOBA sobre el calvario que les toca vivir desde hace seis años, cuando nada hacía prever un desenlace como el que viven. Para ellos, hay responsabilidades más allá de una enfermera y dos anestesistas.