DEL FÚTBOL A LA RELIGIÒN

“No soy más la Pelé, ahora soy Mechi”

Mercedes Luna es Laica Consagrada y Ministra de la Eucaristía de la Diócesis de Río Cuarto. Además, es una leyenda del fútbol provincial.

ÍCONO. Mural en Río Cuarto de personajes de la ciudad, donde está ella junto a Pablito Aimar. Foto: Gentileza Al Toque Deportes.

- Disculpe, ¿usted es la ‘Pelé’?

- No, era –sonríe-. Ahora soy ‘Mechi’.

Mercedes Luna tiene 77 años y una voz que envuelve. Su tono es pausado, sonriente, y regala frases de vida que exponen su fe y convicciones. Es de esas señoras que invitan a conversaciones largas y profundas. Vivió muchas cosas, pero desde hace más de 30 años está dedicada a Dios y llevar el mensaje de Cristo.

“No soy monja, soy laica consagrada. Soy una persona consagrada a Dios que vive en el mundo”, comienza su relato.

No tiene una vestimenta que la identifique, aunque hace obras en la Iglesia Católica. ‘Mechi’ explica que su vestimenta es su forma de vida. “Nuestra manera de identificarnos es a través de nuestras actitudes y procederes, con el testimonio. La gente tiene que notar que estamos consagrados, tiene que ver que somos distintos, pero no distantes. Entonces, lo primero que me pregunta la gente siempre es si soy monja y les digo que no, que soy una laica consagrada. Mi misión es llevar a Jesús dentro mío, que se sienta el perfume de él, porque Dios es un Dios vivo...”, se apasiona Luna cuando expone sus creencias, de sus estudios de teología en Azul, de aquellos tiempos en que sintió el llamado. Y sí, se la nota “distinta”.

Antes de la pandemia estaba todo el día afuera de su casa. Andaba por las calles de Río Cuarto, visitando gente, enfermos o en la iglesia, preparando la misa, colaborando, siendo útil. Eso es lo que ella quiere, ser útil. Porque, además, ‘Mechi’ es Ministra de Eucaristía de la Diócesis de la ciudad de Río Cuarto. Y también es sacristana en la Iglesia Catedral.

- Perdone, ¿pero puede ser que usted era la jugadora de fútbol?

- En mi otra vida. Quedó en el pasado.

Es que sí, Mercedes Luna era la popular ‘Pelé’, una eminencia del fútbol provincial en la década de 1960.

Esta pionera del fútbol femenino es una leyenda viviente en el “Imperio del sur”. Aunque ella prefiere no hablar tanto de esa época. Le insistimos y cuenta: “Durante mucho tiempo extrañé el fútbol. Era mi pasión jugar al fútbol, pero ya no. En esa época no era el furor que es ahora el fútbol femenino, y fui promotora del fútbol en las mujeres. Jugué hasta el año ’70. Al otro año, en el ’71, muchas de las chicas con las que había jugado fueron al Mundial de México. Yo pude haber estado ahí. Era feliz jugando al fútbol”, le relata a PERFIL Córdoba ‘Mechi-La Pelé’.

En el libro Miralas Gambetear hay un capítulo entero que habla de ella, de sus dotes como jugadora y pionera, de que la rompía en el Club Alberdi, que era elogiada por propios y extraños, que fue a Tigre, algo inédito en esa época.

‘Mechi’ es un libro abierto, puede hablar de fe y de fútbol. ‘Mechi’ da para escribir un libro y no es una exageración.

Nació el 12 de febrero de 1944 en Adelia María, fue adoptada por una familia dedicada a la medicina. Renegaba de la iglesia, se reía de algunas cuestiones religiosas, pero cuando tenía 37 años estuvo al borde de la muerte por una enfermedad. Mientras estaba en su lecho, escuchando llorar a sus hermanos, también médicos como su papá, le hizo una promesa a Dios: “Diosito querido, si me salvo, empiezo a ir a misa todos los domingos”. Al otro día se curó, despertó. Su papá le dijo que era un milagro. Ella cumplió la promesa y se enamoró de Dios y quiso más y más...y más. Dejó la pasión del fútbol por la pasión por las cosas de Dios. Sintió el llamado y desde entonces se dedica a predicar.

VIDAS. ‘Mechi’ siempre con una sonrisa, vive el presente sin olvidar su pasado.

Su partido consagratorio

‘La Pelé’, cuenta el libro ‘Miralas gambetear’ (UniRio), “alcanzó su momento sublime cuando deslumbró a propios y extraños en un partido amistoso que, a la postre, significó un hito en el fútbol local. La visita de la formación femenina de Tigre en 1965 fue un suceso popular”. Mercedes Luna la rompió. “Su prodigiosa pegada, los firuletes, atrevimiento y desfachatez” sedujeron a los directivos que se la quisieron llevar ahí nomás. Unos años más tarde fue a Victoria, donde jugó un tiempo. “En ese momento yo no creía en las cosas de Dios, pero Dios me cuidó. Una noche, en Buenos Aires, habíamos ido a un baile. Era raro el lugar y terminaron a los tiros y yo debajo de una mesa. Ahí ya me estaba cuidando”, le relata a PERFIL Córdoba, Mercedes Luna, que aclara: “Era un orgullo que me dijeran La Pelé en esa época, ahora no me gusta. No soy más la ‘Pelé’, ahora soy Mechi”.

EPOCAS DE GOL. En sus tiempos como ‘La Pelé’.

Laica consagrada

“Ordo virginum”, así se define, en el latín canónico, la mayor experiencia de la espiritualidad femenina después del Concilio. Son consagradas con los votos de castidad, pobreza y obediencia “en medio del mundo”.