RESTITUCIÓN INTERNACIONAL DE MENORES

La familia quedó dividida: la madre detenida, el hijo viajó con el padre a Alemania y la hija está con su abuelo

Sentencia firme cumplida a medias. La jueza le quitó la guarda de los dos hijos a Constanza T, quien sigue con prisión domiciliaria. En una audiencia, evaluó que la niña mayor no quería estar con quien pidió restituirla.

SEPARADOS. El viernes Soren H. llevó al hijo a Alemania. Constanza T permanece en Córdoba, perdió la guarda de los niños. La hija quedó con el abuelo. Foto: Cedoc Perfil

El desenlace provisorio de un caso de restitución a Alemania de dos niños, de seis y nueve años de edad, tiene poco que ver con lo que había dispuesto la sentencia que quedó firme después del pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

A contramano de aquel fallo que dispuso que Constanza T y sus dos hijos debían ir juntos a Hamburgo, a una casa que había ofrecido Soren H -iniciador de la causa judicial por la restitución internacional- y que ella tendría la custodia de los pequeños, la familia hoy está dividida. 

La mujer continúa en prisión domiciliaria. Le han colocado una tobillera electrónica. Ha perdido la guarda de los niños tras haber sido imputada por el delito de sustracción de menores, al no haberse presentado el 25 de julio cuando se iba a producir la restitución. La guarda del niño la tiene el padre, Soren H; y la de la niña, el abuelo materno.

Como la jueza de Familia de Villa Dolores, Sandra Elizabeth Cúneo, llevó adelante el caso y debe ejecutar el fallo, tuvo que resolver en el nuevo escenario cómo llevar a cabo la restitución.

Lo llamativo en esta última etapa del proceso es que los equipos técnicos realizaron un informe diagnóstico de la situación de los niños, constatando resistencia por parte de la niña a vincularse con Soren H. y receptividad en el niño, quien no obstante expresó incertidumbre sobre el tiempo que pudiera transcurrir hasta reencontrarse con su madre y hermana. La audiencia con los psicólogos y asistentes sociales duró tres horas. Se hizo la semana pasada.

No hay que olvidar que este engorroso y doloroso trámite, basado en lo que fija la Convención de la Haya en la materia, procura un único objetivo, velar por el “bienestar de los niños”. Ese es el bien superior que se debe resguardar.

La expresión de resistencia de la niña -ni siquiera quiso estar a solas con el padre- ¿resultó una actitud repentina?. Durante todo el proceso que duró dos años para determinar si debían ser restituidos a Alemania con su hermano, ¿se escuchó su posición realmente? En los fallos de las diferentes instancias, incluido el del TSJ, se sostiene que sí se escuchó a los niños. 

Evidentemente,  la niña no quiere estar con él y así lo expresó la semana pasada. A tal punto, que la jueza debió resolver diferente a lo que se había fijado en la sentencia original.

No hay dudas de que todas las consecuencias negativas de la decisión de Constanza T de rebelarse y no asistir a la audiencia del 25 de julio donde se iba a producir la restitución con el viaje de los tres a Alemania, recaen principalmente sobre ella y sus hijos.

Están todos separados. El iniciador de la restitución se fue sólo con uno de los niños; pero el pequeño tampoco puede estar junto a su madre y su hermana.

En cierto sentido, la jueza Cúneo tuvo que volver sobre sus pasos y ejecutar parcialmente su propia sentencia.

Dispuso, además de lo ya informado -que el niño menor viaje con su padre a Alemania- que se establezca un mecanismo de “revinculación” de la niña con Soren H, que todos reciban acompañamiento terapéutico y que, en al viajar también ella a Alemania lo haga con algún familiar materno y a la mayor brevedad

Eso ocurrirá cuando la niña ceda, si es que lo hace, y se allane a la posibilidad de ir a Europa sin su madre quien no podrá viajar por el simple hecho de que está detenida e imputada por sustracción de menores, por lo que el proceso en su contra sigue su curso.

Resulta obvio que la resistencia y el ocultamiento de Constanza T. durante una semana -desde el 25 de julio hasta el 1 de agosto- empeoró sustancialmente la situación de todos. No obstante, esa rebelión también permitió detectar que por lo menos la hija mayor de nueve años no estaba dispuesta ni preparada a hacer lo que la justicia ordenaba.