MUERTES DE BEBÉS EN EL NEONATAL

Juicio del Neonatal: cómo impacta en la salud de las madres enfrentar a Brenda Agüero

Las mamás víctimas sufren el recuerdo y atraviesan un profundo malestar al hablar de los hijos que perdieron. Todas tuvieron descompensaciones al declarar y fueron asistidas.

Las madres se bancan entre ellas y reciben atención de profesionales de la salud. Foto: CEDOC

Tras siete jornadas de audiencias en el juicio por las muertes de bebés en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba, ya declararon cuatro madres que perdieron a sus hijos, dejando en evidencia el impacto emocional que este proceso judicial genera en ellas. Las declaraciones estuvieron marcadas por momentos de conmoción, descompensaciones físicas y el enorme esfuerzo de revivir los trágicos episodios que atravesaron.

Hablar sobre las muertes de sus hijos se convirtió en un acto de valentía que pone en relieve el dolor que cargan desde 2022. Cada testimonio es un recordatorio de las consecuencias devastadoras que tuvieron estos hechos en sus vidas: crisis de salud mental, emociones desbordadas y secuelas psicológicas que perduran. Es natural el quiebre emocional.

La frialdad de Brenda Agüero frente a la conmoción de las madres que perdieron a sus hijos

Las madres enfrentan miedo, paralización y la constante preocupación de olvidar detalles cruciales en sus relatos, aspectos fundamentales para avanzar en la búsqueda de justicia. Cada testimonio es una exposición de los momentos más oscuros de sus vidas, desde la llegada al hospital hasta el desenlace fatal de sus bebés.

El impacto físico de las declaraciones también es evidente. La primera madre que declaró sufrió episodios de baja tensión antes y después de su testimonio, tras lo cual se desmayó en el baño luego de enfrentar al tribunal.

Otra madre registró alta tensión al concluir su relato, lo que requirió atención inmediata en la sala. Para todas, las noches previas estuvieron marcadas por insomnio, dudas y pesadillas, sumadas a la angustia de decidir si enfrentarían o no a la principal acusada, la enfermera Brenda Agüero.

Aquellas que lograron mirar a Agüero describieron una actitud fría y distante: una mirada fija y un semblante inmóvil que contrasta con el dolor de las víctimas. Sin embargo, también una de las mamás solicitó que la acusada no estuviera presente durante sus declaraciones, priorizando su estabilidad emocional.

Un vaso con agua, un tiempo a solas, una frase en el momento oportuno, un abrazo o el simple gesto de sostener la mano, alivió a las mujeres en ese momento de mayor vulnerabilidad. El acompañamiento de las profesionales en psicología, integrantes del equipo de asistencia a la víctima, está siendo determinante.

No obstante, varias veces tuvo que intervenir el clínico de medicina laboral del Poder Judicial para asistir a las mamás ante crisis por falta de aire, mareos o alteraciones en la tensión. Sus cuerpos también expresan el dolor más profundo e insoportable.