OPINIÓN

El gen cordobés de las transformaciones

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Nueva Córdoba nocturna Foto: Prensa Cba

Pasan los años y los cordobeses mantenemos el alma de lucha: somos los nietos, nietas, bisnietas y bisnietos de la Reforma Universitaria y del Cordobazo, somos sus continuadores con el mismo espíritu revolucionario heredado y a flor de piel. Seguimos buscando transformar la realidad social en beneficio de todos; llega como una transmisión ya no solo de los hechos en sí porque son historia, sino de la llama de una rebeldía que se enciende cuando se ponen en riesgo valores como la libertad, la falta de igualdad o cuando se quebranta la paz social por exceso o carencia de poder gubernamental.

Hace tiempo que sentimos la ausencia del Estado, desde un gobierno endogámico preocupado más por sus cargos que por la problemática que nos atraviesa como sociedad. Hoy tenemos que sostener más que nunca la institucionalidad del país, de la provincia. Comenzar a hablar de lo que ellos no hablan ni hacen de la educación, de la seguridad, del sostenimiento de la democracia en provincias donde el narcoestado y la delincuencia es quien maneja los espacios públicos: las calles, las plazas, los barrios, la noche.

Debemos asumir el compromiso en la construcción de un modelo social y económico que nos contenga a todos y comenzar a hablar de reconstrucción, hablar de cultura del trabajo, de estabilidad económica, de estabilidad moral, de reconstrucción de la producción, de reconstrucción del salario, de la reconstrucción de la dignidad quebrantada. Es hora de volver a encender la llama de la rebeldía, desde una revolución de ideas sostenidas y llevadas a cabo desde nuestros ámbitos de representación.

Nuestros bisabuelos, abuelos o padres debieron enfrentar desigualdades y no se quedaron en el diagnóstico, activaron el gen cordobés del cambio. No se quedaron con qué sucedía: fueron capaces de dar vuelta la página de una historia adversa que cercenaba toda oportunidad de progreso y de paz social. Vaya paradoja. Hoy nos toca transitar por una situación similar pero enfrentando una ignominia de gobiernos paralizados por la ambición sólo de ostentar el poder por el poder mismo.

Debemos armar la agenda de la gente porque hoy no existe; debemos tomar conciencia que como instituciones intermedias, ya sean asociaciones, sindicatos, cámaras empresarias, universidades públicas y privadas, somos el tejido de contención social, corresponsables frente a una inacción gubernamental en materia de pilares básicos de la democracia como lo son la Seguridad, la Educación, la Salud, el Trabajo, la Vivienda y desde luego la estabilidad económica.

A la falta de democracia se la combate con más democracia y al narcoestado junto a la delincuencia desde la institucionalidad de un estado de derecho sostenido desde un criterio básico inamovible: “dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”.  

Volvamos desde Córdoba a marcar rumbos nacionales, a encendernos desde la revolución de ideas a esa llama que transforma la realidad social, como ocurrió en 1918 también en aquel 1969. Volvamos a constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad. Para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres y mujeres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia.  

Secretario general Uecara del Interior (el Sindicato de los Peajes y la Construcción).
Presidente Partido Laborista Argentina