ARGENTINA-CHINA

Deng Xiaoping y Carlos Menem: dos reformadores, dos visiones de economía de mercado

Aunque separados por miles de kilómetros, sus trayectorias convergieron en una visión compartida de apertura económica y modernización. Ambos comprendieron que romper con el pasado era esencial para forjar un futuro de prosperidad.

. Foto: CEDOC PERFIL

En la historia reciente, dos figuras se destacaron por haber guiado a sus países hacia una transformación económica profunda: Deng Xiaoping en China y Carlos Menem en Argentina. Aunque separados por miles de kilómetros, sus trayectorias convergieron en una visión compartida de apertura económica y modernización. Ambos comprendieron que romper con el pasado era esencial para forjar un futuro de prosperidad.

China antes de Deng: Un país al borde del colapso
Antes de que Deng Xiaoping asumiera el liderazgo en 1978, China estaba sumida en un gran desorden económico y social. Décadas de políticas ineficientes bajo políticas coectivistas habían dejado al país empobrecido. Las secuelas del Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural empujaron a China a una encrucijada.

Deng, quien había sido víctima de las purgas políticas de la banda de los 4, fue defenestrado de sus posiciones y recluido en la localidad de Nanchang, provincia de Jiangxi, como operario en una fábrica de tractores, pero utilizó estas experiencias para desarrollar una visión pragmática y resiliente de liderazgo. Cuando asumió el poder, se enfrentó a la titánica tarea de reconstruir una nación estancada y aislada del mundo, y ponerla de pie bajo el humilde objetivo de hacer de Chuna una sociedad “moderadamente próspera”. ¡Y vaya si lo cumplió!

Carlos Menem y una Argentina en crisis
Argentina
, antes de que Menem llegara a la presidencia en 1989, estaba al borde del colapso económico. La hiperinflación y el caos financiero habían devastado al país, que además sufría las secuelas de los tormentosos años 70 y de la debacle económica del gobierno democrático de Alfonsín, que tuvo como corolario la hiperinflación.

Menem, como Deng, había sufrido persecuciones políticas, siendo encarcelado en diversas prisiones militares (como el buque “33 Orientales”, la cárcel militar de Magdalena) y en lugares con “libertad vigilada” (Mar del Plata, Tandil, Las Lomitas). Esta experiencia forjó en él una determinación para transformar Argentina, al igual que Deng transformó China. Menem emergió de este período con una “alfabetización profunda” -el concepto que Kissinger utiliza como regla del liderazgo-lo que le permitió adoptar una postura pragmática ante los desafíos que enfrentaba.

Las reformas de Deng y Menem: apertura y modernización
Deng Xiaoping
implementó la política de “Reforma y Apertura”, que incluyó la liberalización del mercado agrícola, la creación de Zonas Económicas Especiales y la apertura de China al comercio y la inversión internacional. Deng entendió que, para modernizar China, era necesario abrirse al mundo. Su enfoque no estuvo basado en la ideología, sino en la efectividad. “No importa si el gato es blanco o negro, mientras cace ratones” fue su famosa declaración, reflejando su pragmatismo. Promovió ante los antiguos líderes del Partido Comunista Chino una “apertura mental” para encontrar un camino de prosperidad. El ejemplo capitalista de sus vecinos Singapur, Corea del Sur y el en ese entonces enclave británico Hong Kong (luego integrado a China en 1997), eran claros modelos de que el capitalismo era el camino.

Menem lideró su propia versión de la modernización, con la implementación de la “Economía Popular de Mercado”. Su administración privatizó empresas estatales, liberalizó el comercio y estabilizó la macroeconomía a través de la Convertibilidad del peso. Menem, al igual que Deng, vio la necesidad de abrir la economía para atraer inversiones y restaurar la confianza en Argentina e inició un camino de integración con el mundo empezando por Estados Unidos, donde trabó excepcionales y estratégicas relaciones con los más importantes líderes,  el Presidente Bush y el Presidente Clinton.

En el caso del primero, contribuyendo a la tarea de cuidar la paz del mundo con el envío masivo de fuerzas armadas y de seguridad, como Cascos Azules, en diversas misiones de mantenimiento de paz en varios países del mundo. En el caso de Clinton, sumando el esfuerzo para intentar consolidar la paz de Medio Oriente, gestada en los Acuerdos de Oslo, con activa participación en el diálogo israelí-palestino y el envío de misiones para fortalecer la entonces naciente Autoridad Palestina, construyendo una sólida relación con los Primeros Ministros Shamir, Rabin, Shimon Peres y con el Presidente Arafat.

Menem y China: una relación de cercanía histórica
Menem no solo implementó reformas internas, sino que también promovió un acercamiento personal con China, reconociendo la importancia de una relación estratégica con el gigante asiático. En mayo de 1990, Argentina recibió por primera vez en su historia la visita de un presidente chino, Yang Shangkun, marcando un hito en las relaciones bilaterales.

Meses después, en noviembre de 1990, Menem visitó Beijing en un momento de gran inestabilidad política en China, tras los eventos de la Plaza Tiananmen en 1989. Este acercamiento personal y estratégico fortaleció los lazos entre ambos países, cimentando una relación que duraría más allá de los mandatos presidenciales de Menem y los líderes chinos.

Este gesto de Menem fue percibido en China como un apoyo clave en un momento delicado para el país asiático. En un momento en el que China enfrentaba el enfriamiento de sus relaciones con Occidente,  la visita de Menem a Beijing fue vista como un acto de confianza y amistad, que consolidó una relación estratégica a largo plazo.

Menem, en su viaje a Japón, habló con el entonces presidente George Bush sobre su decisión de visitar Beijing y, según me expresó el presidente Menem, éste se congratuló por la decisión ya que valoraba que se tendieran puentes con la gran nación asiática que Bush conocía muy bien por su paso como embajador de su país en China.

El impacto económico y social de las reformas
Las reformas de Deng Xiaoping transformaron a China en una potencia económica global. Bajo su liderazgo, China comenzó su ascenso como uno de los principales actores económicos del mundo. Deng mantuvo el control político, pero permitió la liberalización económica, lo que resultó en el crecimiento acelerado que ha definido a China en las últimas décadas.

Su sucesor natural, Jiang Zemin, luego Presidente de China, tuvo enormes avances en la consolidación del capitalismo, incluyendo el ingreso de China a la OMC (Organización Mundial del Comercio). Cuando el modelo capitalista estuvo en jaque por cuestiones políticas internas, Deng Xiaoping decidió realizar una icónica “Inspección al Sur” en 1992 para mantener viva la llama de la Reforma y Apertura, visitando Shenzhen, Guangzhou y otras ciudades hito de la reforma.

En Argentina, Menem logró estabilizar la economía y reintegrar al país en los mercados globales, atrayendo inversiones extranjeras. Sin embargo, sus políticas también trajeron desafíos, especialmente en términos de los efectos de la modernización y la adaptación a la misma por parte de los sectores económicos acostumbrados a la protección. A pesar de las críticas que sus reformas generaron, Menem cambió la trayectoria de Argentina, al igual que Deng lo hizo en China.

Al final de su gobierno, Argentina gozaba de un amplio prestigio internacional con  una inédita mejora de sus infraestructuras eléctricas, carreteras y autopistas, aeropuertos, puertos, puentes, telecomunicaciones y otras que devolvieron claramente la competitividad regional a su economía. La disertación del presidente Carlos Menem como invitado especial del presidente Bill Clinton ante las asambleas del Banco Mundial y del FMI, fue una demostración del prestigio del que gozaban las políticas implementadas en los años 90 en Argentina.

Dos líderes, dos enfoques, un mismo pragmatismo
Lo que une a Deng y Menem no es solo el éxito de sus reformas, sino su capacidad para desafiar los dogmas establecidos y mantener una visión pragmática. Ambos líderes sufrieron persecuciones, pero emergieron más fuertes, conscientes de que el progreso de sus países dependía de su capacidad para romper con el pasado y adaptarse a las nuevas realidades globales.

Deng, al transformar el “socialismo con características chinas”, y Menem, con su “economía popular de mercado”, demostraron que la modernización económica no es simplemente una cuestión de ideología, sino de adoptar lo que funciona, sin importar su origen.

El legado de la apertura
Deng Xiaoping y Carlos Menem
dejaron huellas indelebles en la historia de sus países. Aunque China y Argentina enfrentaron contextos y desafíos muy diferentes, ambos líderes compartieron una “alfabetización profunda”, que les permitió superar los obstáculos ideológicos y políticos de sus tiempos. La modernización bajo Deng y Menem nos enseña que la verdadera transformación requiere valentía para cambiar, pragmatismo para actuar y visión para liderar.

Las relaciones bilaterales que Menem forjó con China durante su mandato, especialmente a través de su acercamiento personal al liderazgo chino de aquel entonces y las visitas históricas de 1990, reflejan su capacidad para comprender la importancia de integrar a Argentina en un mundo globalizado, mirando hacia el este en un momento crítico para ambos países.

Deng y Menem: dos nombres que, desde lados opuestos del mundo, compartieron un destino común de liderazgo en momentos de profunda transformación.

Sus contribuciones póstumas
La contribución de Deng a China y sus políticas capitalistas significaron, con el paso de los años, sacar de la pobreza a los más de 800 millones de personas e incorporarlos al  consumo, mejorando su calidad de vida en muchos aspectos, además de sumar cientos de millones de personas a la clase media ascendente.

Todo ello llevó a que la economía china demandara una creciente  necesidad de  acceso a proteína animal y vegetal, una parte importante de la cual se exporta desde Argentina como la soja, el aceite de soja, la harina del mismo origen, la carne bovina y porcina, productos avícolas, vinos, aceites de oliva y de girasol y hasta maquinaria agrícola de última generación,  generando también un flujo de inversiones chinas en materia de petróleo, minerales, tecnología de energía renovable, etc. Todo lo cual benefició y beneficia a Argentina.

Argentina, con  sus zigzag históricos en las políticas económicas internas y en su sistema de relaciones internacionales, suele desorientar a sus socios y aliados.

Sin embargo, el ensamble del capitalismo chino y  los intereses de Argentina es un legado de la modernización china de Deng y la de Menem. Ambos países  sentaron las bases de complementar sus economías. Las visitas de Menem a China, la primera en noviembre de 1990 y la siguiente en 1995, y la relación que construyó con los Presidentes de China Jiang Zemin y Hu Jintao y con el gran reformador económico  Zhu Rongji, el “Cavallo” de las reformas chinas, hicieron que esos lazos se mantuvieran activos. Luego de dejar la presidencia, Menem fue invitado a China donde, además de ser agasajado por la elite política, una de las Universidades más importantes le entregó un Doctorado Honoris Causa.

Hoy, ensamblar los intereses de Argentina y China es tarea de los empresarios, de las cooperativas, del gobierno nacional, de las provincias y de las ciudades. Pero seguro Argentina es un país de alta visibilidad en China. El triunfo del Seleccionado de Futbol en Qatar le dio una enorme fortaleza a la “marca argentina” Solo falta aprovecharla y no ponerla en riesgo. Como dijo Lao Tse, “un viaje de mil millas comienza con un primer paso”. Menem lo dio.

(*) Ex Secretario de Comunicaciones de la Nación

FUENTES

  1. Conversaciones del Presidente Menem con el autor
  2. Foto Presidente de China Yang Shangkun con Menem en el despacho presidencial (1990). Crédito: archivo del autor
  3. Foto: Deng Xiaoping en Shenzhen, capital del capitalismo chino, en el marco del “viaje de inspección al sur”. Enciclopedia “Panorama de la reforma y la apertura en China”
  4. Foto: Menem, recibido por el Presidente de China Jiang Zemin en Beijing
  5. Nota “Menem de visita en China”, Clarín 10/05/2000
  6. Nota “Hoy Habla Menem” (FMI-Banco Mundial), Clarín 06/10/1998
  7.  Libro “Liderazgo” de Henry Kissinger