INTERNA RADICAL

De Loredo bajo fuego: con Llaryora a fondo y el primer capítulo de su judicialización

El núcleo aliancista encabezado por el diputado y el polo opositor de Mestre ya mostraron sus fichas. La fecha del #8S para la elección interna sigue firme. Sin el aval de su núcleo, Rossi fue a la Justicia para frenar la elección.

INTERNA. El alineamiento referenciado en Rodrigo de Loredo y Marcos Ferrer afianza su poderío. Foto: CEDOC

De cara a la elección del 8 de septiembre por la renovación de autoridades, el comando deloredista nada pone en juego. En el oficialismo advierten que el mejor resultado para el espacio opositor es el statu quo, pero desde el ala dura del frente que encabeza Ramón Mestre sostienen que “la realidad interna es otra”, con la proliferación de los núcleos.

En el mar de fondo de la UCR y con el horizonte puesto en el nuevo comando formal –en la práctica ya lo ejerce–, el alineamiento referenciado en Rodrigo de Loredo y Marcos Ferrer afianza su poderío con la ratificación del apoyo de siete de los 11 núcleos internos. Una alianza que supo forjar al calor del armado de las listas de los comicios del año pasado. Sus aliados tienen bancas en la Unicameral y el Concejo.  

Sin embargo, el referente radical se enfrenta a fuegos internos a sofocar. El posicionamiento de la UCR ante el factor Milei y el Partido Cordobés –con Martín LLaryora jugando a fondo– impactan puertas adentro. La escisión de la legisladora Graciela Bisotto expuso otra interna entre los boina blanca. En el PJ se frotan las manos al romper la paridad en la Unicameral.

En el marco de la lucha intestina en la UCR, el armado opositor de Mestre, junto a los históricos Carlos Becerra (Identidad Radical), Jorge Montoya y Jorge Sappia, mostró sus fichas para enfrentar la avanzada deloredista de quedarse con todo. No obstante, el mestrismo y el alfonsinismo son los que más arriesgan en esta contienda interna. 

“Nosotros no ponemos nada en juego. Es todo para ganar. El peor resultado es el statu quo. Y del otro lado es al revés. El mejor resultado es el ‘statu quo’, razonó un boina blanca que milita en filas de De Loredo.

En su lógica, la fuente del palo deloredista dijo que “si uno estuviese del otro lado estaría intentando ceder lo menos posible para arreglar”. El exintendente ostenta un escaño como delegado nacional y comanda el Comité Capital. El resto de la botonera está en manos del diputado: conducción virtual en la cúpula, mayoría en el congreso partidario y el liderazgo en los brazos parlamentarios y en el Foro de Intendentes.

Desde el ala dura del polo que encabeza Mestre, van al choque ante un posible acuerdo “vaciado de contenido”. En la idea de un statu quo que sobrevuela la Casa Radical, una voz opositora destacó que “la realidad interna es otra” por la proliferación de núcleos y, también, el contexto político. Así, aludió al posicionamiento crítico que debe adoptar la UCR ante el factor Milei y el Partido Cordobés de cara a las alianzas en 2025-2027.

Cordobesismo llaryorista. Sobre esta segunda variable, no hay margen de duda. El rechazo es prácticamente unánime, salvo por algún foco interno que se enrola en la movida de Myrian Prunotto y su alineamiento con el líder del PJ. De todos modos, el ‘Radicalismo Auténtico’ también está atravesado por su interna. De hecho, los capitalinos detrás de Andrés Torres, de aceitado vínculo con el peronista Miguel Siciliano, se sumaron al polo opositor. 

“Acá vale todo”, se quejó un radical con autonomía al lanzar su dura crítica por la foto de Torres –quien figuró en la lista de posibles echados del partido– con Mestre y Becerra en el cónclave que dio a luz al frente opositor. Desde este espacio sostuvieron que los ‘radicales auténticos’ –sin Prunotto– se sumaron a través de un compromiso firmado por escrito. 

Por otro lado, el núcleo de Juan Carlos ‘Polo’ Gait (aliado de la vicegobernadora) juega sus cartas a favor de la interna en Capital y la Provincia con la participación de los afiliados y “no con una rosca de dirigentes en una mesa. Esa decisión es innegociable”, se afirmó. 

Ahora bien, si “Córdoba con Todos” busca tirar demasiado la cuerda, el deloredismo le hará sentir su rigor por los avales para competir. “Ahora que cruzó el charco… hasta acá llegamos”, aportó un interlocutor cercano al poder fáctico de la UCR. A su vez, rechazó la “compra de dirigentes” por parte del PJ y apeló a la "racionalidad" de los históricos. “Todos saben que Llaryora está jugando fuerte”, subrayó. 

El radical aliado a De Loredo se refirió a lo partidario, pero también a la marcha del bloque en la Unicameral.  Hay una interna entre los legisladores del interior y los capitalinos por el rol halcón de la bancada. La fuga de Graciela Bisotto garantizándole el quórum al PJ actualizó la discusión. Una espada deloredista reafirmó la crítica por la “compra de voluntades”. La radical que formó un bloque unipersonal lo niega (Ver aparte).

En el caso del escenario de la interna con el PJ metiendo la cola, el boina blanca contragolpeó: “Cuando se coman una paliza… ¿a quién se la van a facturar? Al partido cordobés”. El espacio aliancista del (ex) evolucionista ostenta la base electoral en Ferrer, su firme candidato al Comité Provincial.

A la justicia. Ante la negativa por el reconocimiento de su núcleo, Construyendo Córdoba, el legislador Dante Rossi fue a la Justicia con una medida cautelar para que la cúpula de la UCR prorrogue el cronograma eleccionario bajo el argumento de que “se ven cercenados sus derechos” a la participación en la interna para renovar autoridades.

En su avanzada, el alfonsinista que se mantiene alejado de los polos redobló la apuesta y pidió la suspensión de los 11 núcleos internos por “incumplimiento” a la Carta Orgánica. “No han tenido renovación, ni vida democrática”, señala el texto de la cautelar a la que tuvo acceso PERFIL CÓRDOBA.

Al subrayar que “no garantizan la democracia interna del radicalismo”, Rossi pidió revisar de manera minuciosa “la existencia, viabilidad y cumplimiento de los requisitos formales y sustanciales” de los núcleos internos. En ese plano, apuntó contra los “desmanejos vulgares” de las autoridades partidarias actuales. De esta manera, el exaliado de De Loredo activó el primer capítulo de la judicialización de la interna.

Rosca a full. Pese a los nuevos plazos del 29/7 (alianzas) y el 2/8 (listas), pero con la fecha fija de la interna (8/9), la rosca política tiene alto grado de intensidad. Los diálogos entre interlocutores de ambos polos continúan, pero son más reservados. Algunos boina blanca fogonean la interna, pero son los menos. La dirigencia del interior demanda un acuerdo de unidad. 

“Siguen las conversaciones, pero está dificultosa la unidad”, aportó un radical opositor. Sin embargo, dijo que “se harán los esfuerzos” para ver si se llega “a un acuerdo político”, condicionó. Eso se traduce en el rol de la UCR y la política de alianzas ante el factor Milei. Por su parte, el deloredismo separa este debate de la renovación de autoridades.