Crece la preocupación por los grupos en WhatsApp que fomentan la bulimia y la anorexia
Los usuarios suelen ser chicas que buscan perder peso hasta lograr la delgadez extrema. Allí encuentran consejos para ayunar, vomitar, hacer ejercicio de manera compulsiva y datos sobre cómo autolesionarse.
“Te puedo explicar cómo ayunar sin que tu familia se entere”. “Si comés, castigate, lastimate, cortate”. Esos son algunos de los consejos que las adolescentes encuentran en grupos de WhatsApp o Telegram que promueven desafíos, tips peligrosos y dietas extremas para ser delgadísimas. Piel y huesos.
Hay cientos de estos grupos que promueven los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) al hacer apología de la bulimia y la anorexia y a los que están expuestos niñas, niños y adolescentes cuando navegan TikTok, Instagram y X.
El ingreso a estos grupos es a través de links de acceso que son posteados en los comentarios de videos sobre dietas o retos virales para bajar de peso. “Armé un grupo para ser sirenas, entren”, suele ser una de las invitaciones.
Es la puerta de entrada a un mundo de riesgos. En Telegram el acceso es irrestricto, sin autorregulación y las imágenes que se suben son más extremas.
En esa red, el grupo “Hambre Ana y Mia” tiene 878 miembros; “Ana y Mia be reborn” 1485 miembros; “Hasta los huesos”: 2709; “TCA gorda hambrienta enfomorfa”: 1999.
En WhatsApp, la aceptación corre por cuenta del administrador que solicita datos como la edad, el país de residencia, el peso actual y el deseable y una foto de la cintura. Incluso algunos preguntan si son “Ana” o “Mia”; es decir si padecen de anorexia o bulimia y piden imágenes en ropa interior. Otros advierten que son grupos “tóxicos”, que no permiten el acoso ni fotos del rostro.
En ciertos casos se establece la dieta semanal día por día, que comienza con 24 horas de ayuno y finaliza el domingo con castigos para quienes no llegaron a la meta.
En estos espacios, también se buscan recomendaciones.
“Hace un año cuando bajé más de peso era Ana y se me hacía más fácil, pero últimamente se me ha complicado mucho aguantar el hambre y no comer, así que comencé con Mia hace como dos semanas y he estado bien pero desde ayer las veces que me purgo ha sangrado mi garganta. ¿Qué puedo hacer? No quiero subir de peso ni dejar de hacerlo. Porfa consejos”, escribe una chica.
Los TCA son una serie de enfermedades psiquiátricas que influyen en la relación que se tiene con la comida y con el propio cuerpo. Pueden provocar depresión y consecuencias en la salud física.
La regla de las “4 C”, una estrategia para poner límites a las pantallas
Chats nocivos
En WhatsApp los grupos se dividen en subgrupos que van cambiando de nombre. Meanspo, Tips de ejercicios, Retoprincess, Carrera de ejercicios, Carrera de ayuno, Reto extremo, Imitación de fotito o Reto dieta líquida, son algunos.
Perfil Córdoba hizo un relevamiento de varios chats. La mayoría de los integrantes son chicas jóvenes, muchas adolescentes de 15 a 17 años, que se motivan para adelgazar posteando fotografías de cuerpos esqueléticos y recetas extremadamente bajas en calorías.
Los grupos tienen un sesgo manipulador y sectario que incluye mantener el silencio y castigos como la autolesión. No se puede salir fácilmente de ese círculo porque se genera una dependencia.
“En este grupo podrán pedir que las insulten y les digan cosas para motivarse a bajar si eso es lo que necesitan”, dice alguien en Meanspo.
En un chat el “mensaje inspirador” es: “Elegir morir de hambre es elegir estar delgado y elegir estar delgado es elegir ser feliz”.
Juana Pressman, médica de adolescentes especializada en trastornos alimentarios explica que, en general, sus pacientes no participan de estos grupos de WhatsApp porque están motivadas para curarse. “Participar de esos grupos es super negativo porque si hay algo que no ayuda a la recuperación es justamente la influencia de los pares”, dice Pressman.
“Desde hace varios años, cuando las chicas llegan a la consulta, lo primero que hago es preguntarles qué sitios visitan, a qué grupos pertenecen y las voy asesorando”, agrega. A veces analizan Instagram durante una sesión completa porque, subraya la médica, “no hay duda que todo lo que aparece en las redes tiene una influencia enorme en los adolescentes”.
“En las personas vulnerables, el hecho de pertenecer y no estar solo es lo más importante en esta etapa de la vida. Mis pacientes han tenido aplicaciones de calorías o de actividad física y las hemos borrado, pero grupos de WhatsApp no me han contado”, puntualiza.
Según la Asociación Internacional de Trastornos de la Alimentación, los TCA tienen la segunda tasa de mortalidad, asociada a suicidios y cuestiones clínicas, más alta de todos los trastornos de salud mental, superada sólo por la adicción a los opioides.
Delgadez extrema
“Hola princesas, este es un grupo creado con la finalidad de sólo enviar thinspo, deathspo, bonespo, etc. Disfruten del grupo y lleguen a su meta”, se presenta el grupo de Whatsapp Thinspo. Los nombres hacen alusión a términos relacionados con los TCA.
Los hashtags históricos en las redes eran #Ana (proanorexia) y #Mia (probulimia) pero al ser eliminados en algunas plataformas se fueron transformando.
Uno de los más utilizados es #thinspiration (inspiración delgada) y derivados como #thinshpo, #thinso, #thin5po.
El grupo Inspo, por ejemplo, se creó con la intención de enviar fotos de porciones pequeñas y recetas bajas en calorías.
El grupo Sh (silencio), para enviar fotos de autolesiones.
En “Princess” se plantean retos semanales que consisten en ver quién baja más de peso en el grupo. Para eso se debe enviar el peso al ingresar y al término de diez días con su foto para que el grupo decida quién es “la campeona Princess”.
La dieta propuesta es consumir líquidos y nada de sólidos. Se propone un listado de calorías que van desde el ayuno total a las 400 calorías diarias como máximo. La dieta de la inanición.
Para continuar se motivan con frases como esta: “Lo que comés en privado lo vestís en público”.
Especialistas de diversas áreas explican que estos espacios pueden generar dependencia emocional y graves consecuencias físicas y psicológicas.
“Es un fenómeno que está creciendo exponencialmente y las redes sociales están siendo un catalizador”, dice la española Esther Pina, experta en comunicación, branding y marketing.
“Hay que hacer fuerza entre toda la sociedad para concientizar sobre este terrible efecto de las redes sociales porque esto puede suceder a cualquiera de nuestros hijos si no trabajamos en la prevención y educación”, considera.
Patrones de belleza
Los trastornos alimentarios en adolescentes no son nuevos, pero se potencian gracias las redes.
“Plataformas como Instagram, TikTok, Telegram, Twitch, X y muchas más son utilizadas por miles de adolescentes que comparten y consumen contenido relacionado con la alimentación y la imagen corporal. Estos espacios digitales también albergan riesgos significativos que pueden impactar negativamente en su salud”, sostiene Mariana Savid, psicopedagoga y experta en educación digital y reseteo digital.
Los algoritmos están diseñados para maximizar la interacción, mostrando contenido alineado con las preferencias de los usuarios. Esto puede incluir publicaciones sobre dietas extremas, ayunos, productos poco saludables y tendencias de belleza que exaltan la delgadez.
“Sabemos que las redes se acaban parametrizando para cada uno de los espectadores por el tiempo que pasan ‘parados’, sin hacer scroll, delante de un contenido, ya sea visual o audiovisual, que es el más consumido entre los adolescentes”, explica Esther Pina.
Agrega que cuando se consumen de manera permanente videos o fotos de personas con un canon estético que responde a un único patrón, el cerebro lo asimila como lo normal.
Savid agrega: “Las redes sociales pueden convertirse en un ‘espejo mágico’ que, como en los cuentos de hadas, no refleja la realidad, sino un ideal distorsionado que alimenta inseguridades. Este espejo distorsionado puede abrir la puerta a contenidos dañinos vinculados a los trastornos de la conducta alimentaria”.
Educación digital
Los expertos plantean que los padres y educadores deben desempeñar un papel activo para mitigar los riesgos.
Savid sugiere algunas estrategias:
-
Educación en ciudadanía digital. Implementar programas en las escuelas que aborden la influencia de las redes sociales y las aplicaciones de filtros en la autoimagen y su relación con la alimentación.
-
Visibilizar el problema. Reconocer y dar a conocer los riesgos asociados a los algoritmos de las redes sociales. Fomentar el pensamiento crítico. Los adolescentes deben aprender a identificar la naturaleza artificial de muchas imágenes en redes sociales, que suelen ser editadas y no representan la realidad.
-
Crear espacios de diálogo con profesionales. Promover conversaciones abiertas y sin juicio sobre la percepción del cuerpo y los estándares de belleza, fomentando un ambiente de apoyo y comprensión.
También te puede interesar
-
Ley de seguridad: cobra forma el nuevo mapa de fiscalías antinarcotráfico
-
Legisladores del PJ buscan que la Unicameral difunda el nombre de los mil contratados
-
Caso Dagatti: dictamen fiscal desfavorable a la pretensión de llevar la causa a la Justicia federal
-
El gobierno renueva sus votos con el campo, que sigue presionando por quita de retenciones
-
La infraestructura para atraer data centers en Argentina
-
El rol del Estado en la prevención de catástrofes
-
Se reflota la interna UCR por “el factor Milei” ante el llamado a la Convención Nacional
-
El "Nuevo Pro" cordobés tuvo su lanzamiento, con la mira puesta en el desembarco de Macri
-
“El mantenimiento de rutas nacionales no debe frenarse, puede ser muy grave”