Condenan a 10 años de prisión a un hombre por abusar sexualmente de una adolescente con parálisis cerebral

N. tenía 16 años cuando sufrió agresiones sexuales por parte de quien, en ese momento, era la pareja de su madre. Su vulnerabilidad no sólo estaba dada por la edad, sino por su cuadro clínico. Nació con parálisis cerebral lo que le afectó especialmente la capacidad comunicativa a lo largo de su vida.

Ayer, la Cámara 4a del Crimen condenó a dos hermanos por hechos aberrantes en contra de la adolescente.

Nelson Barrera, expareja de la madre de la víctima, resultó sentenciado a 10 años de prisión por abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante, agravado por la convivencia y corrupción de menores. Cumplirá la pena en su domicilio por ser parapléjico, padecimiento que lo limita en sus movimientos.

El tribunal también ordenó que indemnice a la víctima con $10 millones por el daño que le causó.

El segundo condenado es su hermano, Darío Fernando Barrera, a cuatro años de prisión por abuso sexual simple. Para no ir a la cárcel hasta que la sentencia quede firme, debió depositar una caución de $10 millones. En su caso, por la acción civil, deberá abonar a la víctima $5 millones. 

Durante el debate fue clave la pericia médica al principal acusado. Ya se había hecho en la etapa de instrucción pero se amplió durante el juicio oral. 

Con la discapacidad que lo aqueja, ¿Nelson Barrera pudo movilizarse y atacar sexualmente a la adolescente? La pericia fue contundente.

Después de 10 años y tres meses desde que Gisela, la mamá de N., interpuso la denuncia al advertir lo que le sucedía a su hija, llegaron las condenas. La investigación preliminar fue realizada por la fiscal (jubilada), Alicia Chirino. 

En diálogo con PERFIL CÓRDOBA Gisela destacó el acompañamiento que tuvo de su abogado, Damián Morales, en la batalla legal que se extendió por más de una década.

Con la voz entrecortada reivindicó la lucha, el reconocimiento de la Justicia de lo que pudo expresar su hija para seguir adelante “aunque del abuso no se vuelve más”. 

“Ahora podemos tener un poco más de paz”, reflexionó.

N., la víctima de estos hechos tan dolorosos, hoy tiene 27 años. Pudo formar una familia y tiene un hijito de dos años de edad.