EN SAN FRANCISCO

Con más de tres mil objetos, el museo costumbrista de la región va rumbo a los 30 años

De la mano de la Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región, en 1996 daba inicio un proyecto que buscaba rescatar, conservar y difundir los elementos que hicieron a la vida de sus ancestros.

VIDA COTIDIANA. Elementos de la vida cotidiana y hasta carruajes de época recuperan el patrimonio histórico y cultural de la región. Foto: Cedoc Perfil

“Todos los pueblos tienen derecho a conocer su pasado y la necesidad de contar en San Francisco con un archivo y museo que conservara el patrimonio que se perdía inexorablemente, nos llevó a que el 1 de marzo de 1996 se fundara el Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región (AGM)”, empieza diciendo Arturo Bienedell, presidente de la fundación. 

Los museos costumbristas –como su nombre lo indica– se dan a la tarea de rescatar del olvido las costumbres, hábitos y tradiciones de las sociedades. Pensando en eso, y teniendo en cuenta que en San Francisco no había ninguna entidad que se ocupara de reunir, conservar y difundir la documentación, objetos y testimonios orales de sus mayores, desde la fundación se pusieron manos a la obra.

A los pocos meses de empezar con la tarea, la repercusión que tuvo una exposición llevada a cabo en la vieja Escuela Provincial de Bellas Artes para celebrar los 110 años de la fundación de San Francisco, no dejó dudas del interés de la población por contar con una entidad de este tipo.

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Desde entonces el trabajo se intensificó y ganó en significación. Al principio el archivo y museo apenas si tenía un centenar de fotografías y unos pocos objetos aportados por sus fundadores; pero a través de una  convocatoria pública, los vecinos de la zona fueron acercando sus donaciones y esas fotos y bienes pronto se fueron multiplicando.  “La convocatoria tuvo una amplia y generosa respuesta que nos comprometió a ser firmes custodios y difusores de ese patrimonio. Es mucho lo que se consiguió, por eso ahora es mucho lo que se brinda a la comunidad", reflexiona Bienedell.

Hoy, el espacio que ayer sábado cumplió 29 años de vida, cuenta con más de 3.000 piezas entre fotos, documentos, objetos y fósiles. “Es importante destacar que todo lo que tenemos ha sido donado por los vecinos de la zona, nosotros no hemos adquirido nada de lo que puede verse aquí”, asegura. 

PALEONTOLOGÍA. Restos fósiles del Cuaternario también forman parte de la colección del museo. 

Los comienzos. "Al principio la recuperación del patrimonio estuvo centrada en la búsqueda de fotografías, escritos y demás testimonios gráficos del pasado sanfrancisqueño. Pero la donación de un sillón de Viena por parte de una vecina abrió las puertas a una incesante entrega de objetos de todo tipo que dieron origen a la sección ‘Museo Histórico’".

El crecimiento fue exponencial: se sumó el rescate de restos fósiles del Cuaternario, lo que permitió la conformación de una colección valiosa y muy visitada; la creación de una hemeroteca que conserva ejemplares de medios locales y nacionales de distintas épocas y una biblioteca de autores locales y regionales y temáticas de la ciudad y la zona.

“Por otra parte, artistas locales y familias de la ciudad, donaron obras de autores nuestros con las que se está conformando una pinacoteca, que en el anteproyecto del nuevo edificio tiene destinado un sector en particular para destacar el arte plástico regional, pues se incluyen entre las donaciones algunas esculturas”.

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El edificio. El museo y archivo tuvo una primera sede ubicada en Iturraspe 1220, de allí pasó –a comienzo de 1997– al Chalé de la Campana en Iturraspe y Garibaldi, donde permaneció hasta abril de 2002. Pero con el crecimiento de las donaciones, tuvieron que pensar en un espacio más grande y finalmente, en 2003 obtuvieron la donación de un terreno de más 11.000 metros ubicado sobre Avenida de la Universidad, en lo que se constituyó en el Polo Educativo y Cultural de San Francisco.

“La primera etapa del proyecto se inauguró en 2011 y la segunda en 2019. Y hay una tercera etapa, que si bien se encuentra en ejecución, está demorada por falta de los recursos suficientes. Pero el edificio prevé todo lo necesario para el desarrollo de las actividades, con salas de exposiciones permanentes y transitoria; biblioteca, hemeroteca, archivo de fotografías, discoteca, pinacoteca, salas de estudio, un auditorio con capacidad para 170 personas, depósito y otras dependencias que incluyen un restobar, hall de acceso, jardines y parquizado con árboles autóctonos”, finaliza Bienedell.

Así, las donaciones de fotografías y documentos, la entrega de objetos de gran volumen y el rescate de restos fósiles, hicieron que rápidamente todos los espacios del edificio se ocuparan, lo que vaticina un crecimiento aún mayor en los próximos años. 

EL EDIFICIO. El diseño está realizado libre de vallas arquitectónicas, con una superficie cubierta prevista de más de 4.000 metros.