Canasta básica: Con $296 mil de salario mínimo, una familia solo comió 20 días en marzo

Pese a que en febrero se creyó que la suba de los precios de los alimentos había sido un traspié aislado, marzo confirmó un nuevo impulso inflacionario: la Canasta Básica Alimentaria (CBA) en las localidades del interior del país aumentó un 4,9%, según un relevamiento realizado por la Fundación COLSECOR en 29 localidades de seis provincias argentinas.

Ese incremento mensual devuelve a los alimentos a niveles de aumentos similares a los registrados siete meses atrás y, en términos interanuales (marzo 2024 - marzo 2025), representa una suba del 42,9%. A su vez, el acumulado en el primer trimestre del año trepa al 9,2%.

Uno de los factores que explican esta dinámica es el fuerte aumento en los cortes de carne vacuna, que subieron un 9,5% en marzo y acumulan un 27,5% en lo que va del año. La carne es el rubro de mayor peso en la CBA. También incidieron productos como papa, pollo (que se encareció un 6% por efecto arrastre de la carne), pan, queso, café y gaseosas, entre otros.

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La canasta, en cifras

Según el estudio, un adulto equivalente necesitó en marzo $146.624 para cubrir sus necesidades básicas alimentarias y no caer en la indigencia. Para una familia tipo (dos adultos y dos menores en edad escolar), la canasta básica trepó a $453.067. Para una familia de cinco integrantes, el monto fue de $476.527.

En comparación con otras regiones, en diciembre la CBA para un adulto fue de $209.705 en CABA, $151.491 en el Gran Buenos Aires (INDEC), $139.793 según la propia COLSECOR, $137.314 en Tucumán y $124.346 en Mendoza.

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Además, el informe vincula estos datos con el poder adquisitivo del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), que en marzo fue de $296.832. Con ese ingreso, una familia tipo apenas pudo cubrir 20 días de alimentos básicos, sin alcanzar a cubrir todo el mes.

Dólar e inflación: señales cruzadas

El aumento de los alimentos no se puede analizar de forma aislada. En marzo también hubo una fuerte presión sobre el dólar blue, que finalizó el mes en $1.280 para la compra y $1.300 para la venta, con una suba mensual del 5,77%, superior al aumento de la CBA.

En contraste, el dólar oficial mostró una suba mínima del 0,86%, cerrando el mes en $1.044,3 para la compra y $1.103,7 para la venta. Esta diferencia alimenta la percepción de atraso cambiario, lo que generó más presión sobre el mercado informal.

En medio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el ministro de Economía, Luis Caputo, negó una inminente devaluación y sostuvo: "Lo que hagamos no va a afectar a la gente. Cuando liberemos no habrá salto devaluatorio". Sin embargo, el mercado reaccionó con desconfianza: la suba del dólar paralelo y de los alimentos reflejó más incertidumbre que estabilidad.

Una macro ordenada que no llega al bolsillo

Caputo aseguró que el Gobierno busca una "moneda sana" y continuar con el "proceso de desinflación". Pero el comportamiento del mercado parece desmentir ese relato. La inflación alimentaria continúa erosionando los ingresos, y los hogares más vulnerables enfrentan cada vez más dificultades para cubrir necesidades básicas.

Aunque las estadísticas oficiales reflejan desaceleraciones generales, los datos concretos de la CBA, sobre todo en el interior del país, muestran que el bolsillo no percibe esa tregua.