RECESIÓN

Atanor también enfrenta problemas y podría dejar Río Tercero

La empresa de la multinacional Albaugh LLC evalúa dejar de operar en Argentina debido a las “condiciones complejas” que ofrece el país para su funcionamiento. Atanor integra el polo químico en Río Tercero junto a Petroquímica y Fabricaciones Militares.

Atanor recibió la renovación de su licencia ambiental en febrero pasado. Foto: Ramiro Pereyra/La Voz.

Luego de que Petroquímica Río Tercero anunciara el cierre de su principal unidad de producción, lo que trajo aparejado el despido de al menos ocho despidos y 40 trabajadores suspendidos, desde la firma Atanor indicaron a PERFIL CÓRDOBA que “las dificultades que enfrentan” podrían derivar en el cierre de las operaciones en la ciudad.

La principal marca comercial del grupo Albaugh LLC, compañía líder mundial en la industria química, tiene plantas en Río Tercero, Pilar (Buenos Aires) y San Nicolás, y actualmente emplea a más de 550 personas de manera directa, además de una importante cantidad de trabajadores indirectos.

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A pesar de haber recibido en febrero la renovación de su licencia ambiental por parte de la provincia de Córdoba, y de planear una inversión de 42 millones de dólares en los próximos cinco años, los problemas económicos y judiciales que enfrenta Argentina complican su continuidad. Estas inversiones estaban destinadas a mejorar su infraestructura para el uso de energías renovables y el tratamiento de efluentes.

Oscar Agost Carreño, uno de los abogados de Atanor, indicó en el programa Punto y Aparte (Punto a Punto 90.7) que “las dificultades que enfrentan las empresas químicas en Argentina incluyen la presión macroeconómica, la competencia con China y problemas judiciales locales”. “Estos factores han generado tensiones dentro del grupo Albaugh, que comienza a reevaluar su inversión en el país”, afirmó.

Atanor, único productor de agua oxigenada del país y sintetizador integrado de glifosato, atrazina y 2,4 D del Mercosur, y principal productor de herbicidas para la agricultura argentina, enfrenta también la posibilidad de conflictos laborales, complicaciones operativas y desafíos judiciales, que, según el abogado de la compañía, “son particulares de Argentina y no pasan en otras partes del mundo”.

Aunque el grupo aún no ha tomado una decisión final, la posibilidad de que Atanor cierre su planta en Río Tercero sigue latente, lo que podría representar un golpe económico significativo para la región.

“Es un grupo que tiene empresas en todo el mundo y va viendo dónde conviene invertir. Si se va, significará la pérdida de una enorme oportunidad para Argentina”, aseguró Agost Carreño.

 

Foto en texto: Alejandro Rollán