DEL ’83 A LA ACTUALIDAD

Ariel Wilkis: “Nos endeudamos más para llegar a fin de mes y eso habla del fracaso de la política”

El investigador del Conicet presentó en Córdoba su libro “Una historia de cómo nos endeudamos”. Asegura que las deudas hoy pesan más que el crédito y que Milei supo aprovechar políticamente el malestar social que produjeron las dinámicas de endeudamiento con respecto al Estado y a la política.

. Foto: CEDOC PERFIL

En el libro “Una historia de cómo nos endeudamos”, Ariel Wilkis, investigador del Conicet y decano de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (IDAES), repasa la historia argentina a través de las formas que fueron adquiriendo las deudas de los hogares y de las familias desde 1983. El enfoque es original porque el autor no se centra en las deudas del Estado, sino en las privadas, en aquellas que contraen las familias, los emprendedores y la “gente de a pie”, aunque en el recorrido “ambas deudas” están entrelazadas. De paso por Córdoba para presentar su libro, Wilkis dialogó de la dinámica de las deudas en los hogares de Argentina.

-¿Cuáles fueron tus objetivos al escribir este libro?
-El principal objetivo del libro fue leer, a través de las deudas de las familias y de los hogares, las llamadas deudas privadas, el encuentro y el desencuentro entre la sociedad y la política. La hipótesis de fondo es si nosotros podemos ver en la dinámica del endeudamiento aspectos centrales vinculados a la situación social que atraviesa la vida de la familia, pero también cómo esos procesos sociales están vinculados a dinámicas políticas. Y ese objetivo, enmarcado en uno más amplio que era el de proponer una lectura en los últimos 40 años desde el retorno de la democracia, de tal forma que permita interpretar la relación entre las expectativas que la democracia generó y también los fracasos y las desilusiones que esas mismas expectativas terminaron generando. 

-¿Cómo se lleva el argentino con las deudas? ¿Por qué nos endeudamos?
-Nos endeudamos de diferentes maneras, en diferentes momentos y por diferentes motivos. Los argentinos nos endeudamos menos para comprar vivienda y más para llegar a fin de mes y eso es como una tendencia de largo plazo que habla de las transformaciones de la estructura social y también de las posibilidades y de los fracasos que ha tenido la política para brindarle a la sociedad un sendero de desarrollo, de crecimiento, de condiciones favorables para vivir mejor. 

-¿Hay diferencias entre cómo nos endeudamos los argentinos respecto a otros países, como Brasil o Chile?
-Cada contexto nacional es diferente. El de Argentina, comparado con Chile y también con el de Brasil, es un contexto en el que hay que tener muy en cuenta el mercado del crédito formal bancario-financiero, que acá es mucho más reducido y que en los últimos años en Chile se ha expandido enormemente; segundo, hay determinados servicios o bienes que en el caso argentino, como la educación, son provistos por el Estado a diferencia de Chile, por lo que allá muchas familias se endeudan para acceder a la educación. Como un rasgo más del contexto de los últimos tiempos, la inflación influye porque el dinero no alcanza para llegar a fin de mes.

-¿Cuándo aparece fuerte el endeudamiento por no llegar a fin de mes?
-La dinámica de endeudamiento en sectores populares es estructural para poder llegar a fin de mes. En la economía de los sectores populares se mezcla la plata que viene de los planes sociales, el trabajo informal y de las deudas. Entre esos tres polos se mueven los sectores de bajos ingresos desde hace bastante tiempo. Ahora, los sectores medios, principalmente desde 2018, y profundizado durante la pandemia, empezaron a usar la tarjeta de crédito para llegar a fin de mes y eso es algo que se profundiza cada vez más. En el libro recupero una entrevista a un comerciante de Santa Fe, que dice que en la pandemia dejamos de endeudarnos para invertir y empezamos a endeudarnos para llegar a fin de mes, es un quiebre: tomar crédito no para su negocio o irse de vacaciones sino para poder pagar alimentos, medicinas y educación a sus hijos.

-¿Cómo es la relación de los argentinos con las deudas?  
-Cuando tu dinámica de endeudamiento está inscripta en un sistema formal, está vinculada al sistema financiero-bancario, tenés atrás de tu deuda un sistema que te recuerda a cada momento que estás endeudado, que te llama por teléfono, que tenés una presión y el acceso a bienes y servicios básicos, como salud y educación que dependen de esa deuda: te lo recuerda el sistema pero vos sabés que si dejás de pagar esas deudas perdés lo básico. En el caso argentino, las dinámicas de endeudamiento son más informales, hay deudas con familiares, vecinos, el comercio de la esquina, pero no dejás de tener lo básico. Pareciera ser que nosotros tenemos una relación más relajada con el endeudamiento que los chilenos, por caso, pero hay un contexto para tener en cuenta.   

-En el libro se asegura que si acceder a un crédito es el futuro, deber dinero es el pasado. ¿Cómo estamos hoy en relación a esto?
-Las deudas hoy pesan más que el crédito: la idea es que los hogares tienen dificultades para devolver el dinero que se les presta, por lo que están más sometidos a una dinámica de preocupación para buscar la plata para devolver que a una dinámica de crédito, es decir que acceden a un dinero, no tienen problemas para devolver ese dinero y pueden apostar al futuro sin problemas. Crédito y deuda no es sociológicamente lo mismo, las personas no experimentan el crédito y la deuda de  la misma manera. Cuando uno dice yo tengo un crédito lo está diciendo de manea orgullosa, tengo la posibilidad de acceder a un dinero para mejorar mi vida, a diferencia de cuando alguien dice que tengo una deuda, es decir tengo algo que resolver. Entonces, los primeros miran el fututo y los segundos miran el pasado para ver cómo salen de esa situación.

-En el libro de habla de las deudas de empleados y emprendedores, que determina el voto, el éxito eleccionario y la realidad cotidiana de las familias. ¿Cómo operó eso en la elección que ganó Milei?
-Milei aprovechó políticamente el malestar social que produjo las dinámicas de endeudamiento con respecto al Estado y a la política. La dinámica de endeudamiento en la pandemia y en al post-pandemia en un contexto de alta inflación generó que los hogares tengan un malestar con la política, alimentado con la idea de “vos no estás resolviendo mis problemas, los estoy resolviendo yo a un costo alto, que es el sacrificio de tener que endeudarme”. Esa dinámica de sacrificio vinculada a endeudamiento distanció a cierta parte de la sociedad de la política tradicional y permitió que esté disponible para la interpelación de un político outsider. Mi argumento es: la dinámica de endeudamiento está por lo general por fuera del radar de interpretación de la política y sin embargo tiene un rol importante en las expectativas y las actitudes políticas, en este caso, por ejemplo, el de generar condiciones favorables de aceptar la interpelación de un político que está por fuera de la política tradicional. ¿En qué se sostiene esa interpelación?  En criticar a la política tradicional, que esas familias tomaron su distancia en gran parte por sentir que ellos estaban resolviendo sus problemas a través del endeudamiento más que las soluciones que estaba proponiendo la política.