opinión

Se mojaron los fuegos artificiales

Asamblea legislativa 2025 Foto: Pablo Cuarterolo

Hace apenas menos de un mes parecía luminoso y sin nubes el primer aniversario de Javier Milei en el Gobierno. Sea por el cambio climático o alguna otra razón, ese espléndido pronóstico se complicó para la cita de anoche del Presidente en el Congreso de la Nación. Hubo desprendimiento de  rocas de la montaña financiera, caída de acciones y bonos, preocupación por baja de reservas y el riesgo país: se mojaron los fuegos artificiales. Hasta se sorprendió la oposicion y, por diversas razones, aparecieron novedades insólitas: por ejemplo, Horacio Rodriguez Larreta se lanza a competir en las elecciones anticipadas en la Capital por un cargo legislativo. Y eso que lo habían noqueado en las ultimas peleas. Más inesperado podrá ser otro anuncio del ex jefe de gobierno porteño: en apariencia vuelve al oficialismo local de Jorge Macri y lo representaría en los próximos comicios. Acuerdo transitorio de intereses. De una búsqueda de reparación personal, casi risueña para muchos, a la transformación en un calvo depredador marino que ha percibido sangre en mares donde crece la auto percepción. Ni le importó la última denuncia de un periodista televisivo, Jony Viale, quien lo imputó por “ensobrar a varios de sus colegas para hablar bien de su administración, casi con nombre y apellido. Tambien denunció que en ese ejercicio de sobornos estaba implicado el tradicional medio que los acogía, acusación mucho más seria. Por supuesto, no hubo ningín fiscal que al menos convocara a Viale para confirmar esas publicas afirmaciones. Todo en apenas menos de un mes.

Quien piensa que lo de Rodríguez Larreta se trata de una isla en el panorama político, debe incorporar otro dato: hace 72 horas recuperó la voz Sergio Massa, enterrada con el canto en un sarcófago en el que no se permitía hablar ni para presentar un libro propio, de memorias recientes, que había salido del horno hace 9 meses y amenazaba apolillarse escondido en un depósito húmedo. Un descargo: Rodriguez Larreta y Massa son íntimos, aunque cada uno defiende sus colores. Hasta que una emoción o un cargo los alinee en el starter. El último perdedor en las elecciones generales aduce hoy exponer la gola debido al intento del gobierno Milei por intervenir la provincia de Buenos Aires: no puede tolerar esa presunta avanzada territorial, tampoco el jeroglífico de las memecoins, el escandalo cripto de Milei, que vulnera el rango de sus convicciones. Algunos dirán que este comentario roza el cinismo.

Hubo caída de acciones y bonos, preocupación por las reservas y el riesgo país

Es otro tiburón dispuesto a quedarse con una extremidad del Presidente, a compartir con Axel Kicillof, Cristina Fernández de Kirchner —y unos cuantos intendentes— también inquietos o desesperados por el operativo de la Casa Rosada para engullirse la mansión de La Plata. Si también habló Maximo Kirchner. La calamitosa inseguridad, dicen las encuestas, habilita cualquier desatino que desee cometer el gobierno nacional. También permite no mirar el ojo propio, solo distraerse con el ajeno. Ocurren estas coincidencias justo cuando la bandera del peronismo distrital amenazaba descuartizarse por el abandono del gobernador de la tutela de la viuda de Kirchner. Era público el desencuentro, ella, su hijo, la Cámpora por un lado, contra un ex de ese grupo, el converso Andres Cuervo Larroque, acompañándolo a Kicillof Presidente para ver si puede colar en el 2027 como gobernador. Los dados estaban echados, se dividía la fecha de los comicios en la provincia, había cambio de gabinete, enojo de Cristina y su flia, el gobernador encabezaba una nueva y dominante fracción. Pero surgió la intimacion de Milei por el desastre de la inseguridad y todos volvieron al scrum de dudosa fortaleza: este miércoles no se sabe si continúa la idea de la secesión, casi seguro se confirma lo del cambio del Gabinete, aunque no lo saben ni los intendentes sometidos a consideración. Hay una puerta 12, más para entrar que para salir. Hasta Cristina toca la campanilla para no quedarse afuera. Milei la ayuda con sus propósitos verbales y Kicillof mantiene su condición de veleta.

Los muertos vivos no solo provienen del Pro (no olvidar a Mauricio Macri) o el peronismo. También la Justicia exhibe sus personajes, como Manuel Garcia Mansilla jurando como nuevo miembro de la Corte Suprema. Casi en forma clandestina, sin la presencia orgullosa de su familia, seguramente urgido por una cautelar que hubiera podido  impugnar el decreto que lo designo. Lo paradójico de la nueva situación en el tribunal supremo es que asumió alguien que no pudo llegar ni a la comisión especializada del Senado y, en cambio, le bloquearon el juramento al cuestionado Ariel Lijo, quien si había obtenido la aprobación del pliego en esa instancia. Al margen de las opiniones, sobre uno u otro, lo cierto es que no parece cerrada la situación de Lijo —quien se niega a asumir como ministro de la Corte si no le aceptan un pedido de licencia como juez federal— y tampoco lo del apresurado Garcia Mansilla. Falta aun el veredicto de la Cámara Alta, de muchos integrantes disconformes con la designación del abogado jurista, sea por el trámite escasamente institucional —como lo reconoce y abjura el nuevo ministro— o la oposición polìtica disgustada con su persona.

Desde el jueves vienen penosas controversias sobre el elegido presidencial

Desde el jueves, en sesiones ordinarias, vienen penosas controversias sobre el elegido presidencial que podrían concluir en su destitución. ¿Le hará caso el Gobierno, permanecerá en el cargo García Mansilla como un okupa o quienes serán los encargados de desalojarlo?. Si no es aceptado y estira su permanencia discutible hasta fin de año, como sostiene el decreto, luego se vuelve a su casa o aguarda a que el Presidente lo vuelva a nombrar en comisión el año próximo. Pregunta clave: si es esa la intención, Milei hasta podría ampliar la Corte Suprema en las extraordinarias del año proximo, segun su buen o mal gusto y sin negociar con nadie.

Difícil estimar un vaticinio sobre esta situación cuando la Argentina en apenas menos de un mes bajó de categoría, volvió a ser un país inestable en muchos rubros a pesar del esfuerzo gigante que logró Milei en los números económicos. Pero el refrán advierte: el que mucho abarca, poco aprieta. A veces.