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Riesgo de polémicas

Valla Foto: Unsplash | Markus Spiske

Con el título “Silencio cómplice”, Daniel Link escribió sobre la cancelación de una conferencia que iba a dar Judith Butler en París. El Ayuntamiento consideró que sus críticas al Estado de Israel terminarían por detonar un “riesgo de polémicas” y aplicó la censura. Era de esperarse que The Palace, la última película de Polanski, el hombre al que Le Monde calificó hace tres días de “depredador sexual”, tuviera problemas para llegar a la ciudad.

“La cadena de cines Est Ensemble, que el martes por la noche anunció que la película de Roman Polanski no se proyectaría en sus salas públicas, finalmente revocó su decisión el miércoles”, decía Le Parisien en 2019, tras el revuelo causado por grupos feministas en el estreno de J’accuse, cuyos premios no evitaron un ping pong de opiniones que la hacía entrar y salir de cartelera. En 2024, el director de 90 años tiene todavía peor suerte, luego de haber recibido otra denuncia por una violación presuntamente ocurrida en 1973, y pésimas críticas de la película. Solo Swashbuckler Films, una distribuidora chica especializada en “cine patrimonial”, se animó a gestionar un visado para las copias. “Nadie la quería (…) La traje porque sólo me interesa el cine, del que Roman Polanski es un gran exponente”, declaró a la Agencia Francesa de Prensa, Sébastien Tiveyrat, su fundador.

Era de esperarse que The Palace, la última película de Polanski tuviera problemas para llegar a la ciudad

“82 cines de Francia la estrenarán el 15 de mayo, pero aún estamos a la espera de confirmación para París. Los cines de la ciudad pueden decidir a último momento si la proyectan o no. Lo sabremos el lunes previo a la supuesta fecha de estreno. Si una sala la da, las otras la seguirán, son como las ovejas de Panurgo...”, se esperanzaba en vano Tiveyrat en un intercambio de mails del 8 de mayo, pero por ahora, es una expresión de deseo. La única salita (de 80 butacas medio escondida en un pasaje del barrio de la Sorbona) que la programó, la desprogramó porque un grupo feminista fue a protestar con pancartas del #metoo el día del estreno. The Palace prueba que el temor a las polémicas se consolida muy rápidamente en la capital del país que, como señala Link en su escrito, ha hecho, justamente de la polémica, “prácticamente una denominación de origen”. Denominación a la que, en el siglo XXI, se le quiere cortar la cabeza.