rumbo a las paso

Peronistas son casi todos

En el momento del cierre de listas, la mayor parte de las definiciones importantes ya eran sabidas o supuestas.

‘¡Compañeros!’ Foto: Pablo Temes

En un clima de tanta incertidumbre, en el fondo mucha gente de la política, los medios y la consultoría esperábamos alguna escena sorprendente para el final de la política, pero nos quedamos con las ganas. La mayor parte de las definiciones importantes ya eran sabidas o supuestas. Problema del público que se hizo una expectativa que los actores no conformaron. En todo caso, lo más llamativo es 1) el pan peronismo volvería a tener una primaria presidencial 35 años después, y 2) la insistencia de Manes en ser precandidato. Todo lo demás son detalles, algunos muy jugosos, pero detalles al fin.

Da toda la impresión que la jefa Cristina hizo doble juego hasta último momento. No podía aparecer de vuelta dando el dedazo, y la solución la dio el tándem Scioli / Alberto (¡pero qué conveniente!). Si hay disputa interna, se cumplirá una de las máximas de Perón: “Mi único heredero es el pueblo”. Por primera vez, después de años, Cristina y el presidente tienen una gran coincidencia / conveniencia. Efectivamente ella quería que Massa sea candidato, pero Sergio Tomás Copperfield no quería primaria, y mucho menos con el “pedazo de f…” de Scioli (Malena dixit).

¿CFK no pudo convencer a Alberto / Scioli que no haya primaria? ¿O no quiso? ¿Tampoco pudo convencer a Axel que sea candidato presidencial? Para una persona que siempre se pavoneó con tener la suma del poder público dentro de su espacio político, suena desempoderada con esos limitantes. ¿O fue sin querer queriendo? ¿O realmente tienen razón los que dicen que “ya no es la de antes”, que está sobre todo preocupada por proteger su cueva familiar? Podríamos estar asomando a una novedad política muy relevante.

Un verdugo en el umbral

Cuando uno cree que va a perder una elección, entonces empieza a tomar las decisiones más por la política y el poder a futuro, que por la rentabilidad de votos. Eso significa la fórmula Wado-Manzur. Un esquema pensando en cómo sigue la vida desde la vereda opositora. Así, la liga de gobernadores se debería dar por bien pagada, al igual que La Cámpora y los grupos más radicalizados. ¡Pero no todo el poder a los chicos! (Nadie debe sentirse 100% ganador). Por eso Kicillof se queda en la provincia, contrariando el deseo de Máximo.

Si efectivamente Sergio Tomás Copperfield queda fuera de la presidencial, el punto será cómo le pagan políticamente por su rol ministerial. Si fuese a la senaduría nacional bonaerense, podría ocupar un rol en una cámara que estará más ajustada que nunca para el peronismo en los próximos dos años. Quienes conocen al líder renovador saben que no necesita cargos para conducir y ser protagonista (cosa que pocos pueden esgrimir en la política argentina). Ya lo demostró en la fase 2017-19. No es ese el punto, sino cómo hacer lucir su peso específico dentro de Unión por la Patria. La tropa lo mira con ansias para ver con cuánto poder real se queda. Al menos ya dio señales de que seguirá como ministro –nada menos- y eso significa no irse del oficialismo. Pero como él dijo que no se podía ser ministro y candidato al mismo tiempo, ¿eso aplica también para los otros cargos que no sean la presidencia? ¿O al igual que Cristina se desprenderá de todo, incluso de los honores?

En Juntos por el Cambio el juego central estaba bastante definido hace mucho tiempo. Hasta acá hay tres cuestiones relevantes para señalar:

No acaba hasta que se acaba

La candidatura de Manes, quien en teoría dispersar votantes moderados que le pertenecen a Larreta. ¿Está auspiciado por el “Emir de Cumelén”? ¿Quién será su vice? ¿Qué estructura radical lo acompañará? Un misterio teniendo en cuenta que no viene superando los 2/3 puntos de intención de voto.

La figura de Petri como acompañante de “Patricia Reina”, quien no tiene proyección nacional, no es ganador (viene de perder la interna con Cornejo), no es muy conocido y proviene de una provincia ya muy favorable a la cabeza de fórmula. En definitiva, más de lo mismo. Solo es el acompañante de ella.

El rol de Gerardo Morales, “el rey del litio”, como segundo de Larreta. Se generaron muchos interrogantes respecto a si los hechos de Jujuy en estos días lo favorecieron o no. Para el público de Juntos por el Cambio sin duda que sí, ya que lo pone a) como víctima de “un ataque kirchnerista” y b) sacó patente de duro. Así, “el pelado” hizo dos fichajes de “duros” –Morales y Pichetto– frente a las acusaciones de tibieza que recibe de Bullrich.  

¿Se cumplieron 20 años o 50?

En el campamento libertario hubo pujas internas que lo asocian más al estilo de la casta, que uno que viene a oxigenar la política. Esos conflictos sumados al pobre desempeño de los candidatos de “el león” en los sucesivos comicios provinciales, volvió a despertar las dudas sobre el real potencial de Milei, disparando especulaciones respecto a una caída en su intención de voto. Ya lo analizamos en esta columna la semana pasada: es para tomar con pinzas, teniendo en cuenta el perfil despolitizado / desideologizado de la mayor parte del voto que aparece en las encuestas. Son sufragantes que elegirán lo que les venga en gana en cada ocasión, sin sentirse compelidos por apoyar ningún proyecto en bloque.

Como al momento de escribir estas líneas quedan todavía unas 30 horas de negociaciones hasta el cierre, puede ser que haya elementos novedosos, pero es difícil que alguno cambie el escenario de fondo. Si hubiese finalmente un consenso de unidad en UP, pasaría a ser la noticia más relevante.

Dos últimos comentarios estructurales. Con este cuadro, tomando los cuatro principales frentes –UP, Juntos, Libertad Avanza y Hacemos–, salvo el actual gobernador cordobés, el resto de los precandidatos son todos del AMBA, certificando la colonización del principal conglomerado urbano sobre la política nacional. De esas cuatro fuerzas se registrarían siete presidenciables. De esos siete, cinco se formaron en la matriz peronista: Bullrich, Larreta, de Pedro, Scioli y Schiaretti. A 50 años del regreso definitivo de Perón a la Argentina, el general podría reconfirmar con picardía que “peronistas son (casi) todos”.

*Consultor político.