Peligroso seudoperiodismo
El caso Viale-Milei debe entenderse como parte del comportamiento espurio de comunicadores y medios que priorizan su relación con el poder en detrimento del inexcusable compromiso con la verdad y con la audiencia.
No es habitual la presencia en este espacio web del Defensor de los Lectores (ombudsman) de la edición papel del diario PERFIL. Es esta, sin embargo, una buena oportunidad para dejar algunas reflexiones vinculadas con la entrevista realizada por el animador televisivo Jonatan Viale al presidente Javier Milei el lunes 17 en el canal informativo Todo Noticias.
¿Es lícito acordar previamente los términos de una entrevista, sus temas y ángulos de abordaje, los temas y su interpretación? No. No lo es, salvo que se trate de detalles vinculados con la intimidad del entrevistado en la medida en que ellos no afecten el interés legítimo de la audiencia. ¿Es lícito manipular el contenido, en todo o en parte, en la isla de edición? No, no lo es, salvo por deficiencias técnicas que obliguen a ello. ¿Es lícito modificar el contenido en la edición, por iniciativa del entrevistado o sus asistentes en cuestiones de política? No, nunca lo es.
Dicho esto, quisiera recordar lo escrito por el periodista británico Christopher Silvester en la introducción de su indispensable libro Grandes Entrevistas de la Historia (Santillana, Madrid, 1993. P. 33): “Al entrevistar, el periodista tiene en cuenta una doble lealtad: hacia el entrevistado y hacia los receptores de la información. Para con el entrevistado tiene el deber de respetar la integridad de su pensamiento. Cualquier cambio en el texto que lo altere o por la edición, o por la interpretación o agregados, quebranta esa lealtad (N. de R.: si el entrevistado pide “acomodar” algo, se le debe preguntar qué es lo que entiende por “acomodar” para comprobar si espera que se falsee lo dicho o que simplemente se silencien partes de su declaración, algo inaceptable). La lealtad con el receptor implica el respeto al derecho del público a conocer la verdad que afecta los intereses de todos. Este derecho es prioritario; si se trata de asuntos que solo tienen valor para el entrevistado, pueden omitirse. La entrevista es un instrumento del periodista para servir el derecho del público a conocer la verdad de lo público. Lo privado y personal del entrevistado no tiene importancia periodística, salvo que afecte al bien de todos”. La cuestión de fondo, lo ocurrido con la postura de Milei respecto de la moneda virtual en juicio, afecta el bien de todos: se trata de un funcionario en ejercicio aportando publicidad a una operación claramente privada, conducta inapropiada, antiética y penada por la Ley.
Que se hayan concretado esas violaciones en el caso Viale-Milei debe entenderse como parte del comportamiento espurio de comunicadores y medios que priorizan su relación con el poder en detrimento del inexcusable compromiso con la verdad y con la audiencia.
Desde la columna del ombudsman que PERFIL publica cada domingo, he abordado en numerosas ocasiones las constantes violaciones que cómplices de los dichos y hechos del gobierno vienen consumando de manera alarmante: esas posturas ponen en riesgo la credibilidad del periodismo (o, mejor, de parte de él) y atentan contra la democracia. En mi columna del domingo próximo volveré sobre el tema.
Julio Petrarca
Defensor de los Lectores
Diario PERFIL
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