PANORAMA económico

‘Money overhead’, la versión cool del costo argentino

Es un concepto que impuso Milei y que Caputo expuso ante el FMI. Comisiones, gastos de auditoría y gestión de riesgos, en la mira.

Foto: Pablo Temes

Dentro de la Casa Rosada hay un nuevo concepto cambiario que se mueve dentro de la idea de la “dolarización endógena”. Es el money overhead o many overhead, término importado para la macro desde la microeconomía  y que refiere a los costos indirectos o gastos generales asociados con la gestión y el manejo del dinero en una empresa u organización. Estos gastos serían exógenos, y no están directamente relacionados con la producción y la actividad, pero deben tenerse en cuenta para analizar la rentabilidad de una empresa.

En general tienen que ver con el “costo argentino” e incluyen entre otros los costos administrativos, los costos de comisiones y gastos financieros y de auditoría en general, el sobrecosto de seguros en comparación con otros países y el costo laboral. Fue el propio Milei el que trajo este concepto al análisis de la política económica, al explicar que en realidad es este money overhead el que complica la actividad económica general e impide el despegue de la actividad en todos los sectores que potencialmente estén en condiciones de competitividad. La Argentina tendría un problema de costos extras que complican un normal establecimiento de trazabilidad en toda la cadena de producción, y establezcan un teórico sólido y transparente sendero de identificación de los factores que determinan un precio. Este concepto que se aplica a la microeconomía habla de las cuestiones que deben identificarse y eliminarse en todo el camino desde que un o una serie de insumos termina en un bien final con un valor de venta al público local o del exterior vía exportaciones.

Encontrar esos sobrecostos o money overhead es objeto de estudio de los especialistas en costos, y se trata de una de las especialidades más demandadas y mejores pagas para los especialistas contratados por las grandes multinacionales. En el país hay un concepto que resume más claramente la situación criolla del money overhead y los costos que afectan los precios y el valor al público final, es el “costo argentino”. Algunos de esos costos en consideración del money overhead, con la versión criolla incluida son: los de transacción (comisiones por transacciones bancarias, tarjetas de crédito y otros servicios financieros), cumplimiento (gastos asociados con la auditoría, el cumplimiento de regulaciones financieras y servicios legales) y de gestión de riesgos (gastos en seguros y controles internos para mitigar riesgos financieros). Los tres rubros tendrían dentro del país un costo final superior a los estados y mercados con los que Argentina compite, complicando la competitividad tanto de las exportaciones y el acceso a divisas, como a la producción local que debe enfrentarse a productos importados más baratos fruto de ese money overhead local.

Con la consideración de que en el país hay circunstancias voluntarias, involuntarias, evitables o inevitables, que hacen que ese bien o servicio, al final de la historia, cueste más que en cualquier otro mercado. Y, por mercado, se entiende el país.

Javier Milei importa ese concepto a la macroeconomía y el manejo del Estado. Y explica el porqué de la política de desmantelamiento de restricciones y controles sectoriales; con el objetivo de mejorar la competitividad local.

Según los cálculos del Gobierno, avanzando en la reducción del money overhead o “costo argentino”, mejorará la competitividad. Hay coincidencia en que es posible. Sin embargo, dentro de esos costos, hay uno que debe tenerse en cuenta. El de la contingencia. También llamado de la institucionalidad. El sostenimiento en el tiempo de reglas claras, ágiles, desburocratizantes y que garanticen la estabilidad de una norma en el largo plazo. Especialmente si esa norma es la adecuada y brinda seguridad jurídica para los negocios.

La clave de esta posición de Milei es que se trata del argumento que tanto el Presidente como su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, expusieron en Washington en la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI) ante Kristalina Giorgieva la semana que terminó. Según ambos funcionarios, este money overhead será corregido al máximo durante los próximos tres años de gestión, con lo que la competitividad de la Argentina ganaría varios puntos porcentuales de competitividad, sin necesidad de alteraciones de la política cambiaria. Ante la funcionaria afirmaron que el trabajo fino sobre los costos (tanto de los privados como del gasto público para su contracción) es el mejor y más útil remedio que cualquier alteración del tipo de cambio. Además de no inflacionario.

Le costará a dúo avanzar en la idea. Por lo que se confirmó en los encuentros de Washington, el staff técnico se mantiene duro y no quiere atajos ni “paraguas” al tomar decisiones sobre la política cambiaria.

Milei sabe que Giorgieva lo apoya, aunque sea por ahora una actitud más política que ejecutiva.

Como aseguró este medio, en la mesa de discusión están unos US$ 10 mil millones. Es el dinero de vencimientos que el país le debe liquidar al FMI, lo que Argentina ya le pagó el año pasado sin que se hayan concretado los reembolsos comprometidos desde el Fondo más los pagos que se les deben hacer este año a organismos financieros como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Por el primer ítem, en 2025 se le deben liquidar al FMI unos 2.520 millones en vencimientos de intereses. Por el 2024 Argentina le giró al organismo que maneja Kristalina Giorgieva unos 2.242 millones. Esto implica unos US$ 4.762 millones. Si se suman los 3 mil millones que este le debe liquidar al Banco Mundial (BM) más otros 2 mil millones al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se llega a unos US$ 10 mil millones de vencimientos durante este año más la herencia de 2024. Y, en principio, ese es el dinero que se negocia en estos días. Y que, según palabras del propio Javier Milei de la semana pasada, “solo le falta el moño”. Lo que no es una carencia menor. El “moño” es ponerse de acuerdo sobre la política cambiaria, un conflicto que se solucionaría con un acuerdo más corto.

Por lo que se sabe, el acuerdo sería del tipo Facilidades Extendidas, el mismo que que hoy rige las relaciones entre las partes por la deuda de unos US$ 44.800 millones hoy vigente; y que fue firmado por Milei y Giorgieva en enero pasado. Y que tuvo su origen en marzo de 2022 con Alberto Fernández y Martín Guzmán como ministro (que derivó en la crisis terminal entre ambos y el kirchnerismo), acuerdo reversionado en junio de 2023 con Sergio Massa como ministro plenipotenciario.