opinión

Mejorar el capitalismo

Filosofía de los negocios. Elon Musk y Milei, el profesor Colin Mayer y Marcos Galperin. Foto: cedoc

Una de las paradojas del corrimiento de parte de las sociedades occidentales a la derecha en respuesta al malestar por el estancamiento del progreso económico de la mayoría de la población es la admiración que desarrollan por las redes sociales y las apps esos mismos votantes enojados sin relacionar cronológicamente el empeoramiento de la distribución de la riqueza durante las últimas más de dos décadas, con el surgimiento de la economía de plataformas que democratizaron el acceso pero concentraron la captura de la renta en menos manos, como uno de los tantos factores.

En un reportaje en La Nación a Marcos Galperin el viernes, el fundador de Mercado Libre se declara admirador de Elon Musk, criticando a los anteriores propietarios de la ex-Twitter por cancelar informaciones contrarias a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud durante la pandemia. Excelente entrevista realizada por José Del Río, que vale la pena conocer audiovisualmente, superior al otro reportaje largo que me concedió Galperin hace cinco años en PERFIL, titulado “Capitalismo llevado al extremo es socialismo puro”, más focalizado en lo político.

En aquel reportaje, en los últimos días que pasaba Galperin en la Argentina antes de volverse a vivir a Uruguay tras el triunfo de peronismo en 2019, Galperin demostraba su capacidad de adelantarse a los tiempos: “Los sistemas más sanos son aquellos donde no hay una casta privada y una casta pública”.

Y de los diálogos de aquel reportaje rescato estos:

—A partir de las PASO aumentó la cantidad de argentinos que van a Uruguay a pedir residencia. ¿Te imaginás nuevamente un éxodo de argentinos como en 2002?

—Hay mucho ruido. Pero no me imagino algo así.

—¿Vos pensás seguir viviendo en Argentina?

—Tuve muchas oportunidades de vivir en distintas partes del mundo. Pero siempre volví acá, mis hijos están muy felices acá, mi mujer está muy feliz acá. No pienso irme (entre 2002 y 2016 vivió en Uruguay y dirigió Mercado Libre yendo y viniendo).

—Se habla de un aumento del impuesto a los bienes personales, que podría superar, por ejemplo, el 3%. ¿Te haría cambiar el lugar de residencia tributaria?

—Veremos qué traen, pero como te decía, me gustaría seguir viviendo en Argentina. Soy de acá.

—¿Tenés residencia tributaria en la Argentina?

—Sí, desde 2016. Si bien el 81% de nuestro negocio pasa afuera de la Argentina, tenemos nuestra casa matriz acá, en una industria como la nuestra, supervolátil. Y no es porque los ingenieros argentinos son los mejores del mundo. Es cierto que nuestros profesionales son buenos, pero tanto como los de Brasil o los de Chile y Colombia. La cantidad de ingenieros, incluso, es escasa. Básicamente, estoy aquí porque soy argentino.

[N de R: Hace cinco años la valuación de Mercado Libre era de 30 mil millones de dólares, hoy es de 100 mil millones y es la mayor empresa latinoamericana] 

—En otra actividad te hubiera sido mucho más difícil entrar en esos mercados.

—En ese sentido, internet fue mucho más meritocrático. También hay una cosa que quiero destacar, porque es importante y sirve como ejemplo: contamos con una Ley de Software desde 2004 y fue aprobada en la gestión de Néstor Kirchner, con Roberto Lavagna de ministro de Economía. Una ley que reduce el impuesto a las ganancias y las cargas laborales. Te baja el costo de tener empleados. No te da subsidios: si vos sos una empresa ineficiente, no tenés ningún beneficio. Solamente tenés beneficio si ganás dinero. Cristina Kirchner la renovó por cinco años. En 2019, Mauricio Macri no solamente la renovó sino que la amplió a todo lo que se llama el sector del conocimiento. Si en el sector del conocimiento se generase en los próximos 15 años lo mismo que sucedió en los últimos 15 en el sector del software, Argentina va a generar millones de empleo inclusivo. El 43% de nuestros empleados son mujeres. Empresas que no contaminan, que generan mucho valor, que pagan sueldos muy altos. Es muy bueno que mantengamos estas políticas de Estado que funcionan bien. Empresas que tal vez no se generaron por eso, pero sí crecieron muchísimo más. Tenemos el 19% de nuestros ingresos y más del 50% de nuestros empleados en Argentina. Sin dudas, esa ley tiene una influencia en esto. Lo mismo sucede con Globant y con muchas de estas otras empresas.

Mejorar el capitalismo. Cuatro meses después de aquel reportaje, de noviembre de 2019, Galperin decidió volver a mudarse a Uruguay con su familia, imagino con tristeza y dolor. No solo el dueño de Mercado Libre sino otros dueños de empresas tecnológicas, algunos de los cuales conozco más cercanamente y me consta su tristeza por no vivir en su país. El argumento es que se los exilió compulsivamente cuando el impuesto de bienes personales en el exterior pasó de 3 a 5,25%: según la valuación de los activos siendo que las empresas tecnológicas cotizan acciones en el exterior y su valuación en Wall Street no quiere decir que tengan el dinero líquido, por lo que para pagar el impuesto debían vender acciones y además pagar impuesto a las Ganancias sobre esa venta de acciones que sólo harían para pagar el impuesto, lo que simplificadamente arroja que los cuatro años de Alberto Fernández más el impuesto a la riqueza post Covid les costaba más de un cuarto de su fortuna.

Es paradójico también que parte del impulso inicial de estas empresas haya sido la Ley de Software promovida por Roberto Lavagna en 2004, cuando recién comenzaba la presidencia de Néstor Kirchner y aún regía la disciplina fiscal con una sana intervención del Estado. Y sobre cómo sanar al capitalismo desde el Estado trata el reportaje largo de hoy de PERFIL a la mayor autoridad europea en el tema, condecorada con la Orden del Imperio Británico por sus servicios a la educación empresarial y la administración de justicia en la esfera económica, el economista inglés Colin Mayer, quien aboga por la transformación del capitalismo y la manera en que las empresas generan ganancias, hacia una forma más responsable y más humana, resolviendo los problemas de las sociedades en las que operan y no causándolos, para generar mayores beneficios mutuos.

Colin es profesor emérito de todas las escuelas de negocios de la Universidad de Oxford, primer director del Oxford Financial Research Centre, miembro de la British Academy, del Centre for Economic Policy Research y del European Corporate Governance Institute, y profesor en las universidades de Columbia, MIT, Stanford y la Universidad de Bruselas.

Su visión de cómo salvar al capitalismo requiere que los ciudadanos vuelvan a confiar en las empresas, desarrollada en su trilogía literaria: “Compromiso firme: por qué la corporación nos está fallando y cómo restaurar la confianza en ella”; “Prosperidad: mejores negocios generan un bien mayor”, y “Capitalismo y crisis: cómo podemos arreglarlo”.

Recomiendo hacer una lectura comparada de los tres reportajes, dos del hombre que ha generado la mayor cantidad de riqueza en Argentina –Galperin– en paralelo con el del profesor Colin Mayer: “No se trata de enfatizar el socialismo como una alternativa al capitalismo”. Un capitalismo de empresa que resuelve problemas castigando a las que los crean (captura de renta abusiva, posición dominante, monopolios, elusión fiscal) incentivando la competencia con una perspectiva que coloque también foco en de dónde provienen las ganancias y no solo en ellas divorciadas de cualquier propósito.

El hombre más rico de México, Carlos Slim, vive en México a pesar de que la pobreza en México no es menos contrastante que en nuestro país. Para terminar de enorgullecernos de que Argentina creó la mayor cantidad de unicornios con la mayoría de su empleados formados en universidades públicas, necesitamos que sus fundadores también vivan aquí.