opinión

Malos vientos

Betariz Sarlo, Jorge Lanata y Marcelo Longobardi. Tres voces críticas, autónomas e indisciplinables que Argentina termina perdiendo este 2024. Foto: GRASSI / ABALLAY

Argentina terminó perdiendo este 2024 tres voces críticas, autónomas e indisciplinables. La de Beatriz Sarlo, por su fallecimiento este lunes; la de Jorge Lanata, por la enfermedad que lo arrancó de los micrófonos a mitad de año, y la de Marcelo Longobardi, por el despido de la radio este miércoles.

Se podría decir que son simultaneidades inconexas o solo conexas por cuestiones de edad física o profesional de los mencionados. Pero el Hilo de Ariadna que recorre el sendero que unifica estos tres casos lleva solo al camino de ingreso al laberinto donde reside el Minotauro devorador, en este caso de voces críticas.

Es que estos tres casos vienen a coincidir con una de una serie de cambios producidos en los medios de comunicación durante diciembre, con situaciones que indican un corrimiento de varios de ellos a posiciones más alineadas con el Gobierno. Al despido de Longobardi de Radio Rivadavia se suma la no renovación de contratos de varios de los conductores de América 24 y el pase a esa señal de noticias y a su canal homónimo de conductores cercanos a LN+ y TN. La reciente compra de Radio con Vos por parte de Gabriel Hochbaum, quien es socio del canciller Gerardo Werthein en la radio El Observador, se da justo cuando el ministro de Relaciones Exteriores intentó censurar previamente a la periodista de Clarín Natasha Niebieskikwiat intimándola a que “cese de manera inmediata” la difusión sobre el caso de Nahuel Gallo, el gendarme argentino detenido por el gobierno de Venezuela, mereciendo la reprobación de Adepa y la Academia Nacional de Periodismo. Paralelamente, el primer despedido en Radio con Vos fue su director, Guillermo García.

En homenaje a Beatriz Sarlo, publicamos una selección de textos de sus libros y este domingo una selección de sus columnas en PERFIL

Marcelo Longobardi sostiene que su despido de Radio Rivadavia obedece a presiones, entre otros, de Karina Milei, y fuentes del accionista de la radio –Marcelo Fígoli– explicaron que por tener a Longobardi en su programación fueron penados con discriminación de publicidad oficial que el gobierno de Milei distribuye con la misma arbitrariedad de Néstor Kirchner, en su caso a través de empresas controladas por la Presidencia, como YPF y Aerolíneas Argentinas, además del no pago de la publicidad cursada en el último trimestre de 2023 por las administraciones anteriores.

Los accionista de Radio con Vos no explicaron los motivos de la venta de sus acciones pero, tratándose de una emisora que logró en estos últimos años posicionarse como la FM más escuchada en temas de política, con una orientación progresista, no podría no asociarse el deseo de desprenderse de ella en este año con alguna situación relacionada con los cambios de gobierno.

La cuestión más importante y de fondo no está en poner foco en las decisiones individuales de quienes venden sus acciones en medios de comunicación o modifican su línea editorial sino en las causas de posibilidad que generan que simultáneamente se produzcan estos cambios, en la causa irreductible, la originaria, que dispara todas las demás y que tiene su origen en la intolerancia del Gobierno a la crítica con su cruel y vengativa forma de responder a ella.

Este viernes, en la Bolsa de Comercio de Córdoba, Javier Milei llamó imbécil a Carlos Pagni y no conseguirá que La Nación eche a Pagni, como sí sucedió en Radio Rivadavia con Longobardi, porque en las crisis se perciben no solo aquellos periodistas –muchos– que son autónomos e indisciplinables, sino las –pocas– organizaciones periodísticas que no cambian su línea editorial por presiones.

“Irrecuperables” era la palabra con que los servicios de la dictadura militar catalogaban a aquellos que no había tortura que los pudiera amansar. En esa categoría entran estas tres voces que este fin de año coinciden en apagarse. No es casual que Longobardi salga a confrontar directamente con quienes lo censuraron desde el Gobierno y mientras tuvo micrófono le reclamara en una entrevista al jefe de Gabinete que respondiera si lo consideraba un ensobrado, que Lanata tampoco rechazara mansamente ese calificativo y le realizara a Milei juicio por calumnias e injurias y que Beatriz Sarlo sostuviera en su último reportaje que “Milei introdujo un discurso bestial”.

En homenaje a Beatriz Sarlo, hoy y mañana publicamos dos suplementos dedicados a ella, primero con una selección de textos de sus libros y al día siguiente con una selección de sus columnas en PERFIL, donde Sarlo escribió durante la última década. También Jorge Lanata fue columnista de este diario varios años y con ambos tuve el privilegio de haber tenido un último contacto personal extenso. Beatriz Sarlo vino a almorzar a la editorial en su última salida, el 11 de noviembre, y Jorge Lanata vino el 18 de abril, cuando se grabó su último reportaje largo de PERFIL, casualmente sobre su juicio a Milei por llamarlo ensobrado.

Longobardi no fue columnista del diario por su dedicación exclusiva al lenguaje oral pero, como él mismo dijo en el reportaje de Radio Perfil el día posterior a su despido de Radio Rivadavia, la relación entre él y nuestras redacciones es simbiótica por haber compartido espalda con espalda simultáneamente embates de Menem, de Kirchner y ahora de Milei.

Beatriz Sarlo, que es la que perdimos definitivamente, dejó un libro póstumo que está por publicarse cuyo título es No entiendo. No se refiere a no entender el fenómeno de Milei sino al proceso de entender, que se inicia con la curiosidad nunca derrotada por la pretensión de una una única explicación. Cada uno a su medida, ella, Lanata y Longobardi nunca se adaptaron al discurso mayoritario del humor de la época, y allí reside su originalidad y grandeza.

Malos vientos para el periodismo mientras se van apagando estas voces y los cambios en las condiciones de producción material de los medios, que terminan afectando las prácticas profesionales, justifican sospechas.