Estrategias de gobernanza

Los ocho principios de Dubai para convertirse en potencia económica, comercial y financiera

Dubai, con menos de 4 millones de habitantes y en una región marcada por tensiones, logró consolidarse como un centro económico y comercial global. Sus claves de éxito pueden inspirar a países de América Latina hacia la innovación y el desarrollo.

Dubai Foto: AFP

Algunos países tienen la posibilidad, a partir de condiciones como el tamaño de su territorio, cantidad de población y abundancia de recursos, de influir de manera más o menos decisiva en el diseño de reglas de juego que rigen el concierto internacional. Estados Unidos y China son los casos más elocuentes. Otros en cambio, no disponen de tales ventajas, y si pretenden ocupar un lugar destacado en el tablero global, deben esmerarse para suplir esos déficits con inteligencia, trabajo, astucia y planificación. Corea del Sur, Singapur, Irlanda,  Estonia, Suiza o Israel pueden considerarse ejemplos exitosos de esto en las últimas décadas.

Tal vez otro caso novedoso para explorar es el Dubai, uno de los siete emiratos que componen los Emiratos Árabes Unidos. Sobre todo, porque tenemos la oportunidad de analizarlo al tamiz del manifiesto que fuera publicado hace algunos años por Su Alteza el Sheikh Mohammed Rashid Al Maktoum, gobernante de Dubai y vicepresidente de los Emiratos Árabes Unidos  (EAU). 

En el mencionado documento se exponen de manera concisa pero contundente, "Los 8 Principios de Dubai". Una hoja de ruta y declaración de lineamientos básicos a partir de los cuales el emirato habrá de conducirse para consolidar una sociedad, prospera, fuerte y estable que garantice el bienestar de sus ciudadanos. A continuación se describen:

  1. La Unión es lo fundacional. El destino de Dubai está asociado de manera indisoluble al de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Las prioridades y las leyes de la ‘federación’ (EAU) se encuentran por sobre el interés local.
    En otras palabras, el emirato no vive aislado. Muy por el contrario, se ve a sí mismo como parte de una comunidad y un proyecto mayor,  los Emiratos Árabes Unidos. Integración   y cooperación son en la visión del Sheikh Al Maktoum esenciales para asegurar un futuro de éxito para Dubai y el país en su conjunto.
     
  2. Nadie está por encima de la ley. La justicia es la base para construir una nación fuerte y orgullosa. La ley no discrimina entre ciudadanos y residentes, ricos y pobres, hombres y mujeres, ni tampoco por cuestiones religiosas.
    El mensaje es claro. Sin un orden institucional sólido y justo que sea cumplido por todos -empezando por la familia Real- es imposible lograr la prosperidad y estabilidad a largo plazo que se pretende.
     
  3. Dubai es una "capital de negocios". El gobierno tiene como propósito mejorar la vida de sus ciudadanos mediante el fortalecimiento de la economía. El emirato es políticamente neutral, y extiende su mano de amistad a todos aquellos que demuestren buenas intenciones hacia Dubai y EAU.
    No hay dudas sobre lo que emirato pretende ser (hub de negocios), y como conseguirlo (economía fuerte). Pare ello busca despejar los obstáculos -sobre todo de carácter político- que puedan entorpecer ese desarrollo como centro global de negocios, enfocado en crear oportunidades económicas para su gente.
     
  4. Tres  factores clave impulsan el crecimiento. a) Un gobierno confiable, excelente y resiliente; b) un sector privado activo, abierto y justo; c) empresas estandarte lideradas por el gobierno en condiciones de competir globalmente. Que generen ingresos para la administración, empleos de calidad para los ciudadanos y acumulación de activos económicos para las futuras generaciones de Dubai.
    No alcanzan las declaraciones ni las buenas intenciones. Para hacer realidad una economía fuerte, se requiere dar pasos concretos. Instituciones eficientes, por un lado. Empresas poderosas, por otro. Capaces estas últimas de crear valor, atraer inversiones, triunfar en los mercados internacionales, y así generar riqueza para Dubai.
     
  5. La sociedad de Dubai tiene una personalidad única . Es respetuosa, coherente,  disciplinada.  Se caracteriza por la tolerancia, la apertura, el cumplimiento de la palabra y de los compromisos asumidos. Alejada de sesgos y prejuicios.
    Consolidar una identidad propia como sociedad es un desafío no menor, que requiere de la cohesión y de un horizonte compartido. Parece ser fundamental en la visión del Sheikh Al Maktoum que Dubai que abrace determinados valores y atributos como comunidad. Sin los cuales será difícil alcanzar y mantener los objetivos trazados.
     
  6. Creemos en la Diversificación Económica. Desde sus mismos inicios Dubai ha sido así.  Continuando con esa tradición, en estos tiempos cambiantes y de rápido desarrollo, el objetivo es crear por lo menos ‘’un nuevo sector económico productivo” cada tres años. Que apuntale el crecimiento de la economía y la creación de nuevos empleos.
    Una economía sólida, dinámica, innovadora, requiere estar permanentemente en la búsqueda de oportunidades que permitan atraer inversiones, empresas, emprendedores.  La constante en Dubai parece ser no detenerse nunca. Siempre explorar nuevos caminos. Cuestiones como la “Agenda Dubai 33” son fundamentales en este proceso.
     
  7. Dubai, Tierra de talentos. La atracción de las mentes más brillantes es vital para la preeminencia, competitividad y sustentabilidad de Dubai. Para ello es necesario revisar y asegurar en todo momento las mejores condiciones para que esas personas elijan trabajar, desarrollarse y vivir en el emirato.
    Las autoridades saben que crear nuevas industrias y sectores económicos requiere talento. Por una cuestión natural de escala, los recursos humanos son escasos en Dubai. Hay que salir a buscarlos. Y para seducirlos es necesario ofrecerles las mejores condiciones. Visas de trabajo y residencia, bajos impuestos, la mejor infraestructura, conectividad, calidad de vida, estabilidad, seguridad, oportunidades, buenos salarios.
     
  8. Nos ocupamos de las futuras generaciones. Los vaivenes políticos y las crisis económicas no pueden hipotecar el futuro. Se establece una regla: el gobierno de Dubai debe disponer bajo cualquier circunstancia de activos económicos por valor de al menos ‘veinte’ presupuestos anuales.
    El último de los principios sintetiza la idea de la planificación estratégica de largo plazo, la previsibilidad y la disciplina que Dubai pretende establecer como sello. Acumular un ahorro equivalente a veinte presupuestos anuales es un reto mayúsculo, que requiere poner en práctica cada uno de los conceptos antes expuestos, en su máxima expresión. Y lo están logrando.  Sus fondos soberanos, Investment Corporation of Dubai, Dubai Holding y Dubai Investment Fund, son testimonio de ello. En conjunto ya administran casi US$ 500,000 millones en inversiones.

Vivimos en un mundo en constante ebullición, competitivo e incierto. En el que emergen nuevos bloques políticos, económicos, comerciales, mega-corporaciones globales que marcan el paso del desarrollo tecnológico, y start-ups que generan disrupciones impensadas de la noche a la mañana. Observar de que modo se adaptan a estos nuevos escenarios los países más innovadores y exitosos, puede dejar, sino enseñanzas, al menos algunas ideas para indagar en mayor profundidad.

Dubái: las oportunidades de inversión en el sector comercial según Carolina Herrera

Pensemos que Dubai es casi una ciudad-estado dentro de los Emiratos Árabes Unidos. Su población no llega a los 4 millones de habitantes. Aun así, consiguieron en pocas décadas -y en una región siempre ‘caliente’- posicionarse como uno de los centros económicos y comerciales más importantes del planeta.

Si nos trasladamos a América Latina, países como Uruguay, Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guyana, Surinam, pero también regiones o provincias de otros de mayor envergadura, como Chile, Argentina o Brasil  tienen -¿por qué no?- el potencial de convertirse en "Nuevos Dubai". Verdaderos polos de innovación. A partir de sus propias idiosincrasias, intereses y potencial, puedan a lo mejor encontrar inspiración en algunos de los vectores de desarrollo que han hecho de Dubai un oasis de prosperidad. Y capitalizar esas experiencias, adaptándolas a las realidades locales de cada caso, en beneficio de sus comunidades.