Liderazgos
Un liderazgo tiene la característica de poder motivar y conducir personas, tiene que poder comunicar, pero también poder escuchar y planificar. El aspecto carismático, si bien es importante, no es definitorio, pero por sobre todo el líder sabe que tiene un poder delegado en su persona. Los liderazgos también se plebiscitan.
Podemos ver a Alberto Fernández como un líder actual, una representación simbólica de “guía” que ha constituido una figura dotada de determinadas referencias, arquetípicamente referenciado como la imagen del cuidador (de su pueblo) y proveedor (prevención en materia de salud). Esta caracterización adopta sentidos de acuerdo a nuestro framing, a nuestro marco. En un escenario belicista (como el discurso muy sostenido del principio de la pandemia) el líder lo representaba aquel “comandante” o “jefe al frente de la batalla”. Si bien el discurso pseudobélico no ha dejado de existir, tampoco tiene la primacía del comienzo.
En una situación extraordinaria como la que atravesamos, la mayoría coincide en que es un escenario de crisis, donde la figura del liderazgo cobra una vital importancia; sabemos que es imposible concentrar un consenso homogéneo, por eso las medidas anunciadas por el Presidente oscilan entre mayor y menor aprobación, mayor y menor legitimación, aunque por cierto el Presidente goza de una elevada imagen y gran aprobación. Pero más allá de las subjetividades de posicionamiento a favor o en contra, hay un líder posicionado y visible, elocuente y comunicador.
La oposición también tiene un referente en la Ciudad de Buenos Aires, pero a estas alturas, hacia adentro de su espacio, su liderazgo es discutido, máxime si se tiene en cuenta que su territorio no es nacional sino la ciudad porteña.
En este sentido, el rol de líder frente a la sociedad es ayudarla a transitar la espera, y la comunicación es un recurso necesario, ya que por su investidura es en quien depositan la confianza. Marcar el camino no es fácil, y hay muchos profesionales detrás, quienes nutren con su experiencia la tan difícil, a veces, toma de decisiones. Las conferencias del Presidente muchas veces reciben críticas, por formato, extensión o aporte de interés. Creemos que habría que hacer una distinción de lo que cada público espera: si nos referimos a analistas, periodistas, el llamado círculo rojo, siempre habrá fallas en su examinación. Pero no debemos olvidar a un público mucho mayor en cantidad que transita largos períodos de aislamiento (como todos) y las intervenciones generan una especie de contención. En esta audiencia es difícil incorporar muchos detractores que pidan terminar con las medidas del ASPO; más allá de las consecuencias, podríamos llamarlo el difícil equilibrio de la convivencia.
También existen los antilíderes. La salida del país del ex presidente Mauricio Macri no pasó desapercibida por la gran mayoría de las personas. Un símbolo de frivolidad y un desmarque de la situación que vive la mayoría de los argentinos. Es que si bien la pandemia también nos trajo sensibilidad y vulnerabilidad, y vivir tanta desigualdad, verla es una cosa diferente. Por suerte, no son todas malas noticias: esta semana el Presidente anunció la vuelta de Procrear, las medidas inclusivas siempre son una fuente de oxígeno.
*Politóloga. Especialista en comunicación política (@barbaritelp).