Las martingalas para cubrir los vencimientos y bajar el riesgo país
El Gobierno dice tener ya la ingeniería financiera para hacer frente en enero a unos US$ 5.100 millones de la reestructuración de deuda que negoció Martín Guzmán en 2020. Los fondos provendrán de las compras de divisas del BCRA. Economía reconoce que se llegará a US$ 4 mil millones y que el resto se completará con préstamos REPO o de los mismos organismos acreedores. La aspiración es llevar el riesgo debajo de los 300 puntos en la segunda mitad del año.
El Gobierno quiere arrancar 2025 con una noticia financiera que lo defina para el resto del próximo ejercicio. Javier Milei y Luis “Toto” Caputo ya tienen diseñada la estrategia para cumplir con el primer, y más complejo, vencimiento de deuda externa voluntaria en los mercados internacionales, y entrar así en la puerta grande del sistema financiero mundial en el, espera el Ejecutivo ,“glorioso” 2025 (según palabras del propio Presidente). De acuerdo con fuentes oficiales, ya estaría terminada la contabilidad creativa para que en el primer mes del año que viene se puedan pagar los aproximadamente 5.100 millones de dólares de liquidación de los cupones de los Bonar y Bopreal surgidos luego de la reestructuración de deuda que encaró y negoció Martín Guzmán en octubre de 2020 (plena pandemia) y que desde este año ya tiene vencimientos dramáticos para las reservas siempre complicadas que tiene el país. El dinero para cumplir con este compromiso crucial surge de las compras de divisas que en los últimos meses estuvo concretando el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y que fueron prolijamente colocadas en cuentas intangibles dentro y fuera del país, con el objetivo de ir completando el dinero necesario para llegar al total que deberá pagarse en enero. En el Ministerio de Economía saben que no se llegará al máximo necesario. Pero la idea ahora es alcanzar la cifra más cercana posible. Según la metáfora de un funcionario cercano a las negociaciones, “no podemos cumplir los diez mandamientos, pero quizá en siete estamos”. En traducción de la liturgia a la realidad, Caputo y su gente creen que podrán alcanzar hasta algo más de 4 mil millones de dólares de liquidez contante y sonante para pagar el vencimiento, y que solo restará completar el pago con otras fuentes para cerrar el calendario del complicado primer mes del año. El resto del dinero vendría de cualquiera de las opciones alternativas que manejaba Economía como única opción a mediados de año, cuando se pensaba que en el segundo semestre las reservas estarían en un nivel de languidez máxima. Y cuando aún no se tenían en cuenta los ingresos extras por el exitoso blanqueo de capitales que sigue protagonizando la sociedad argentina en general y el mercado de capitales en particular, y que promete continuar aportando dólares hasta abril de 2025. Como tampoco la liquidación tardía del agro que aportó unos fondos extras fuera de programa para el cierre del ejercicio.
El dinero que aún resta para cumplir con el pago de los US$ 4.704 millones de vencimiento de enero provendría de un mecanismo del tipo REPO (fondos a cambio de un seguro de garantía) algo ya negociado con un puñado de banco internacionales de primera línea internacional (entre ellos, el JP Morgan y el Santander), pero no con el famoso oro del BCRA enviado a Londres, sino con bancos del exterior que aceptaron títulos públicos. Si bien no se aclararon de qué bonos se trata, especulaban los presentes con Bopreal de reservas. También el primer mes del año hay que cumplir con el pago de unos US$ 366 millones a organismos financieros varios, los que podrían ser pagados con aportes de esos mismos entes de crédito internacional. Terminado enero, será entonces el momento de pensar hacia delante, ya que aún quedarían por liquidar vencimientos por unos U$S 14 mil millones de dólares. El primer pensamiento que les viene a los traders a la cabeza es que ese dinero provendrá de un eventual acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el que, tal como adelantó este diario, tendría fecha límite de firma para la tercera semana de abril de 2025, cuando el organismo sea anfitrión de su asamblea anual de primavera. Se descarta que el piso del nuevo stand by que se negociará será de unos US$ 11 mil millones, el dinero que restaría liquidar del acuerdo que había firmado Mauricio Macri para 2018 y 2019 y que no se enviaron por la suspensión del acuerdo luego de la derrota de Cambiemos de agosto de 2019. Incluso se especula con que podría haber aún más dinero, tras la presión del próximo gobierno de Donald Trump. Sin embargo, no son los planes oficiales. Caputo considera que esos dólares del FMI tienen que servir para levantar gradualmente el cepo cambiario, no para garantizar el pago de deuda. Y que podría alcanzarle el dinero para cumplir con los compromisos financieros de 2025, repitiendo la performance financiera de 2024. Y, por fin, pudiendo acceder a algún tipo de crédito internacional sobre la base de la contracción profunda del riesgo país, que para algún momento del segundo semestre de 2025 debería navegar por debajo de los 300 puntos básicos. Eso sucedería luego del pago de enero y con el acuerdo con el FMI ya vigente.
Se verá.
Lo cierto es que la deuda a pagar es mucha. Y rápida en cuanto al calendario. Una vez cumplido el pago de enero, restarían conseguir hasta julio 2025 unos 9 mil millones de dólares más. Ese mes deben pagarse unos US$ 4.688 millones, por el segundo vencimiento de los Global y Bonar. Ese mes habrá también que cumplir con el pago de unos US$ 360 millones a organismos financieros internacionales varios. Nuevamente estas entidades serían los que se autoliquiden los pagos.
Hay una buena noticia para todo 2025: a diferencia de este año, no hay vencimientos de capital con el FMI, con lo que cualquier dinero que llegue desde este frente durante el próximo año podría ir teledirigido automáticamente a las reservas del Banco Central. No es poco.
La radiografía parcial de los vencimientos de 2025 asusta.
De acuerdo con un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) en enero de 2025 y la información del BCRA, los compromisos serían los siguientes:
- Los vencimientos de enero de Bonares y globales alcanzan los 1.803 millones de dólares en intereses y 2.901 millones de capital. En julio llegan a los 1.781 en intereses y 2.901 de capital.
- Bonos AL29, AL30, AL45, AL38 y AL41 por US$ 1.226 millones de capital y u$s 473 millones de interés.
- Bonos Globales en euros por u$s 114 millones de capital y u$s 55 millones de interés.
- Bonos Globales en dólares (GL29, 30, 35, 38, 41 Y 46) por u$s 1.475 millones de capital y u$s 998 de intereses.
- También hay vencimientos con organismos multilaterales por US$ 3 mil millones de capital y US$ 158 millones de intereses. Se estima que tanto el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) realicen desembolsos días antes de los vencimientos para compensar esos pagos.
- Se deben pagar intereses de letras en dólares del Banco Central por US$ 202 millones.
- Hay otros vencimientos en pesos durante enero por 14,8 billones entre capital e intereses de diferentes bonos y letras. Se incluyen un bono dual por $ 8,9 billones, una Lecap de $ 2,8 billones, otra por $ 1,7 billones y un adelanto transitorio del BCRA al Tesoro de $ 647 mil millones. La idea del BCRA y el Tesoro es refinanciar esta deuda con nuevas colocaciones mejorando plazos e intereses, al ritmo de la caída del riesgo país a niveles inferiores a los 500 puntos básicos. La buena noticia con todo este panorama es que si se cumple el mecanismo de pagos y fuentes de financiamiento, incluyendo la liquidación de capital de la deuda reestructurada en 2020 y la reducción eventual de intereses de los nuevos bonos para refinanciar los vencimientos de este año, la deuda externa argentina caerá. Sería en unos US$ 10 mil millones. Dos puntos del PBI. De casi un PBI entero de deuda global.
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