baja del riesgo país

Exceso de euforia

El Gobierno avanza ante una oposición dividida, pero no aparecen los fondos para levantar el cepo.

‘Ginger & Fred’, Georgieva y Caputo. Foto: Pablo Temes

La agenda política está claramente marcada por la centralidad del Gobierno. Y eso abarca desde el cumpleaños de Javier Milei hasta las medidas que se van anunciando casi a diario con un ritmo y un efecto que son generadores de un gran impacto político. Esto no es casualidad. Forma parte de una combinación entre gestión y una estrategia de comunicación que se han ido perfeccionando con el correr de los meses. Esta semana hubo una muestra acabada de ello.

Hubo clima de festejo el viernes cuando se conoció que, por primera vez en cinco años, el riesgo país cayó debajo de los 1.000 puntos. El guarismo exacto fue 984. Hubo un factor muy importante que contribuyó fuertemente para esto: fue la resolución del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) que por medio de una votación anunció que la Argentina no había caído dentro de la “lista gris” de países en materia de lucha contra el lavado de dinero y el terrorismo. Para eso fueron muy importantes las gestiones que se hicieron durante el tiempo del trabajo de los evaluadores. Esta evaluación había comenzado el año pasado en el contexto del gobierno de Alberto Fernández que daba pie a todas las sospechas. Por aquellos tiempos desde la Unidad de Información financiera (UIF) trabajaban a destajo con el peso sobre sus espaldas que implicaba la falta de certezas para alcanzar un resultado positivo. Finalmente, la reforma de la Ley 25.246 sobre lavados de activos, las modificaciones al Código Penal y a los plazos de presentación de los Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS), la creación de un Registro Único de Beneficiarios Finales en la antigua AFIP, así como el Registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales por parte de la Comisión Nacional de Valores (CNV) fueron algunos de los tópicos que resultaron determinantes para que el país no cayera en la “lista negra”. De haber obtenido una calificación desfavorable la llegada de inversiones y préstamos de organismos internacionales sería hoy un imposible. “El trabajo que se ha hecho en los últimos meses fue destacable. Pero de alguna forma el final del gobierno de los Fernández ayudó a que el organismo tuviera una mirada más contemplativa con la Argentina”, aseguró una fuente que conoce a la perfección el proceso.

La caída del riesgo país es positiva. Pero el viernes cerró a 984, cuando el de Uruguay, por ejemplo, es 92

De todas maneras, hay que considerar el largo camino que queda hasta llegar a un valor del riesgo país que sea equiparable al de las naciones con economías más estables que la nuestra. Para tomar solo un ejemplo, el riesgo país de Uruguay está en 92 puntos. La diferencia es enorme.

Luis Caputo tuvo una ardua tarea en Washington buscando destrabar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional con la esperanza de acceder a nuevos fondos. Las reuniones con la directora gerente, Kristalina Georgieva y con la número dos del organismo, Gita Gopinath, fueron muy buenas. Sin embargo, la posibilidad de acceder a nuevos préstamos sigue, hoy en día, bloqueada. Caputo señaló que no había ido a Washington a pedir dinero, sino a contar. Más allá de esto, la realidad es que la Argentina sigue buscando los fondos que necesita para levantar el cepo. Esos fondos, hasta el día de hoy, no están. Preocupa en algunos analistas allegados al Gobierno el exceso de euforia que se vive puertas adentro cuando todavía resta un largo camino por recorrer para que la economía finalmente se ponga en marcha.

En materia política los libertarios han puesto manos a la obra para depurar nombres que llegaron infiltrados en las listas. En realidad –a pesar de haberlo negado desde un comienzo– hubo cierto grado de acuerdo con Sergio Massa que acercó nombres a las listas de La Libertad Avanza pensando que su competidor final sería alguno de los alfiles de Juntos Por el Cambio. Un error que se pagó caro. En los últimos diez días el Gobierno arremetió contra el massismo y realizó tres denuncias públicas vinculadas a la AFIP, AySA y el Enacom. El propósito es terminar de una vez y para siempre con figuras cercanas al tigrense. En la ex-AFIP y en el Ministerio de Economía ya se veían venir la motosierra recargada. El recorte de cargos y la reestructuración del organismo recaudador de impuestos dejó algunas perlitas que demuestran la inmoralidad del uso político del Estado en beneficio propio: sueldos que superaban los 30 millones de pesos y puestos que podían ser heredados por familiares de quienes los ocupaban. Una verdadera beca que le costaba millones de pesos al Estado. “Teníamos que dar una señal contundente de que la motosierra avanza sobre la casta. Había dudas y reproches por el esfuerzo que está haciendo la gente para acompañar este proceso. De ahora en más, no quedarán dudas de que vamos a terminar con los privilegios de la clase política”, aseguró un diputado libertario con entusiasmo indisimulable.

A pesar de estos avances, todavía queda en el oficialismo una tendencia a elegir y nombrar funcionarios con prontuario más que currículum. Es el caso del nuevo titular de la Dirección General Impositiva DGI, Andrés Edgardo Vázquez, un funcionario que dejó muchas dudas por su actuación en la entidad recaudadora durante los años del kirchnerismo. En plena pelea de los K con los medios de comunicación Vázquez fue quien lideró el megaoperativo de la AFIP contra el Grupo Clarín en 2009. Además tuvo bajo su órbita la vigilancia de los negocios de Cristóbal López y Lázaro Báez –a quienes benefició haciendo la vista gorda– y quedó en la mira judicial cuando se descubrió que tenía dos cuentas no declaradas en el exterior con casi medio millón de dólares. La casta no se depura con más casta.

Los libertarios han puesto manos a la obra para depurar nombres de infiltrados que llegaron en las listas

Para cerrar la semana, la nota la dieron CFK y el gobernador Axel Kicillof visiblemente distanciados por la pelea por la conducción del partido justicialista. Ambos se mostraron juntos en el acto por el 47° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo en el Teatro Argentino de La Plata. Lejos de trabajar por la unidad, el encuentro fue de una frialdad tal que hasta la propia Estela de Carlotto se sintió incómoda en medio de la tensión entre ambos.

El Gobierno también festeja el desorden de una oposición que no cristaliza en líderes competitivos, pero no debería olvidar que, el peronismo, tiene una capacidad de reconstrucción inigualable. El exceso de confianza es un pecado que, a la larga, se puede terminar pagando con votos.