opinion

El Frente de Todos contra Todos

Dos duros documentos advierten que la fractura nunca había estado tan expuesta en el Frente de Todos. Foto: Pablo Temes

La coalición peronista gobernante exhibe por estos días una flexibilidad típica de esa fuerza, remarcada por la esencia multicolor de cualquier frente político-electoral y, últimamente, por las diferencias que se promocionan desde el propio espacio entre el Presidente y la vicepresidenta.

Asumamos los matices de las dinámicas coalicionistas. Los vimos en la Alianza de 1999 y en Cambiemos de 2015. El actual es el primer experimento del peronismo al respecto, que tiene en su placard un abanico histórico de contradicciones que se sacan según la ocasión. Vandor y Ongaro. La Triple A y Montoneros. Menem y Chacho Álvarez. Lavagna y Kicillof. Pero todos son peronistas, diría el General.

Desde el antiperonismo rancio y simplista no faltará quien pretenda sumar a Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner a la lista de ese abanico variado y sanseacabó. Es más complejo, porque la Argentina es cada vez más compleja.

El acuerdo con el FMI desnuda con crueldad la necesidad de consensuar políticas públicas sostenibles en el tiempo entre las fuerzas mayoritarias. Puede que la aprobación abrumadora en el Congreso haya sentado esas bases. O puede que haya sido el capítulo mil de las movidas chicaneras para exponer a dirigentes rivales.

“Me dejó solo”, masculla con resignado dolor el Presidente. “Me traicionó”, sostiene terminante la vicepresidenta.

Desde hace semanas, aun antes de que se concretaran los votos K de rechazo al entendimiento con el Fondo en ambas cámaras, Alberto y Cristina no se dirigen la palabra. Ni tienen intenciones de hacerlo.

En los alrededores de ambos hay halcones y palomas. Quienes tienen en la mano fósforos y quienes tienden puentes.

La senadora cristinista Anabel Fernández Sagasti y el canciller albertista Santiago Cafiero intentaron el miércoles 23 rearmar una conexión.

Horas después, en la marcha del jueves 24 por el Día de la Memoria y mientras el jefe de Estado encabezaba una reivindicación a científicos desaparecidos en la dictadura, el kirchnerismo aprovechó su poder de movilización callejera para otra vez enviar señales de tensión:

- Axel Kicillof: “Al que no le interese pelearse con nadie, que sepa que no lo necesitamos”.

- Máximo Kirchner: “Uno elige los estudios de televisión o la calle y la gente. Es con la gente adentro, siempre”.

- Andrés Cuervo Larroque: “No podemos irnos de algo que empezamos. Es claro que las decisiones las toma el Presidente, pero él llegó a ese lugar a través de una coalición”.

Alberto F eligió el viernes un curioso método de respuesta. En el entretiempo del festivo partido de eliminatorias entre Argentina y Venezuela, divulgó un video de tres minutos volviendo a cargar las tintas sobre Mauricio Macri y el crédito del FMI. De paso, pidió dejar atrás las utopías del pasado para dar lugar a las del futuro. Cristina y Máximo, teléfono.