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Derechos humanos: ¿quiénes están en contra?

‘Argentina, 1985’. Una película para que las jóvenes generaciones entiendan qué pasó en el país. Foto: cedoc

El 10 de diciembre tuvo muchas celebraciones y eventos. Por ser el día de los Derechos Humanos hubo muchos eventos de distinto tipo, pero todos con un mismo fin: recordar y celebrar este día que tiene para muchos argentinas y argentinos, un gran significado. Los más importantes, vinculados a los eventos relativamente recientes que dejaron una profunda huella en nuestra ciudadanía, como el recuerdo de la fuerte y sistemática violación de los derechos, primero por la Triple A y luego por la dictadura militar desde marzo del 76, que se extendió hasta el 10 de diciembre de 1983, cuando asumió la presidencia Raúl Alfonsín. Este es otro evento que se recuerda y celebra: la asunción de Alfonsín y la recuperación de la democracia que seguimos celebrando y viviendo bajo este sistema, que era tan poco frecuente desde 1930, cuando se iniciaron ciclos periódicos de golpes militares que desplazaban a gobiernos constitucionales. A esto se sumó la celebración del presidente Milei junto a su gabinete del primer aniversario de su gobierno. Si analizamos estas celebraciones, encontramos distintas claves de cómo se visualizan y viven estas hechos hoy en nuestra sociedad. En primer lugar: un importante contingente de la ciudadanía revive aún el impacto y la devastadora vivencia de los setenta. Primero la creación por parte de López Rega de la Triple A, ese ministro de Perón en su último mandato ya próximo a su muerte, que extendió esta nefasta institución en el gobierno de Isabel Perón y que persiguió y mató a muchas personas por su condición religiosa, política o simplemente por suponer eran un peligro para un gobierno conservador y alineado con los principios fascistas. Estas fuerzas parapoliciales que comandó López Rega fueron el preludio de la persecución de la dictadura militar, que a partir del derrocamiento de Isabel Perón, persiguió y mató sin piedad bajo la consigna de acabar con quienes tuvieran ideas de izquierda. La película Argentina,1985; presentada en el 2022 sobre el juicio a la Junta Militar por los genocidios cometidos fue un importante aporte para recordar, en especial, a las generaciones que no vivieron esa época, en qué consistió. Es difícil para quienes no vivieron esos años entender, por eso la película tuvo un valor clave para lograr eso. Su éxito mostró la alta valoración de los derechos humanos en nuestra sociedad.

La asunción de Raúl Alfonsín el 10 de diciembre no fue casual, quiso mostrar que los derechos humanos guiarían su presidencia. Y por eso uno de los primeros actos de su gobierno fue la creación de la comisión del Nunca Más, cuyos antecedentes de casos de desaparecidos permitió al fiscal Julio César Strassera, junto a Luis Moreno Ocampo y a un grupo de jóvenes concretar el Juicio más importante sobre estos genocidios. Por eso ahora cuando se dice que los Derechos Humanos no son un valor, me permito cuestionar y preguntar: ¿quiénes están ahora en contra de los derechos humanos? ¿Porqué todos los jóvenes que acompañan el discurso de Milei están en contra de los derechos humanos? O valoran la mención a la libertad. El mensaje de Milei tiene contradicciones, porque asocia el valor de la libertad a las restricciones de las fuerzas del cielo y de la idolatría de la familia tradicional, única posible para él y sus creencias. La libertad real es un componente básico de los derechos humanos y no puede existir sin ellos. Milei habla de una libertad sin derechos humanos, esto puede confundir al principio a algunos, pero rápidamente lo descubren, excepto quienes no valoran estos derechos. Si la confusión se basa en la oferta de un bienestar económico después de sacrificios actuales, ya lo vivimos quienes hoy peinamos canas. Necesitamos mejorar la comunicación intergeneracional, porque ni todo lo anterior fue mejor, ni todo lo actual es malo. Insisto, ¿quiénes están en contra de los Derechos Humanos? No quienes aman y valoran la libertad, porque son incompatibles. Si los que antes festejaron la Triple A y la dictadura y siguen pensando así, pero no son la mayoría.