opinión

Algo entró en el cuerpo de LLA

TARDE DE FUEGO Y GASES EN CONGRESO, NOCHE DE CACEROLAS EN PLAZA DE MAYO. Miércoles fatal para el Gobierno tras las marchas por los jubilados. Foto: SERGIO PIEMONTE/pablo cuarterolo

Existe la posibilidad, solo se sabrá en el futuro, de que las balas de goma, los cartuchos de gas lacrimógeno u otros proyectiles que las fuerzas de seguridad dispararon el miércoles pasado en los alrededores del Congreso, y luego en el Microcentro –y lo mismo en el caso del fotógrafo gravemente herido–, como un bumerán, en lugar de lastimar a quienes protestaban estuvieran dañando al propio Gobierno, al que –metafóricamente– le comenzaron a entrar las balas.

Que cuando Patricia Bullrich, enterada de que las hinchadas de varios equipos, además de la de Chacarita el miércoles previo, se sumarían este miércoles a la marcha de los jubilados, endureciera su discurso amenazando con implementar represalias en canchas de fútbol, impidiendo el ingreso a quienes identificaran como barrabravas (será muy interesante ver qué es capaz de cumplir en la próxima fecha del campeonato) y, redoblando la apuesta, anunció un mayor operativo de seguridad junto a correctivos más severos, haya azuzado a oponentes incitándolos a sumarse en mayor proporción a la protesta como, salvando las enormes distancias, en 2001, cuando frente al crecimiento de los disturbios se declaró el estado de sitio y solo se logró que más personas indignadas se sumaran a las manifestaciones. 

Que ayer en Expoagro Javier Milei haya sentado a su lado a Patricia Bullrich y comenzara su exposición agradeciendo su gestión en Seguridad indica la necesidad de reempoderar a quien también había salido lesionada. Como sentó a su otro lado a Espert, de verbo igualmente beligerante, también estaba presentando como escoltas de su discurso, en el que no se refirió a los hechos del miércoles, a los dos candidatos de La Libertad Avanza a encabezar las principales listas en la Ciudad (senadora) y en provincia de Buenos Aires (diputado), en octubre próximo.

Pero el caso de Patricia Bullrich, por su responsabilidad en el Poder Ejecutivo, tiene otra magnitud. Llamar “vieja patotera” y “vieja pega palos” a una jubilada octogenaria demuestra que ha perdido toda brújula y probablemente lo mejor que pueda hacer LLA y ella misma es ser útil electoralmente a Milei y cubrirse con fueros porque, en la medida en que la natural conflictividad avance, como sucede a todo gobierno en proceso de desgaste con el paso del tiempo, su protocolo se convertirá en inaplicable o terminará haciendo implosionar a Milei.

Otro síntoma es la vicepresidenta saliendo a criticar el operativo de Bullrich y defendiendo el derecho de protesta de los ciudadanos. Paralelamente, el ataque de diputados libertarios dentro del Congreso a quien justo preside la Comisión de Juicio Político, la diputada Marcela Pagano, y a otros legisladores electos por LLA que no se les disciplinaban al igual que Villarruel.

El “golpe de Estado” que visualiza el jefe de Gabinete Guillermo Francos y repite el Gobierno en su interpretación de los hechos del miércoles no está en la mente del Poder Ejecutivo por los violentos que enviaran dos intendentes del Conurbano o un “comando unificado de barrabravas”, sino por la concreta amenaza de ver que se les rebelan su vicepresidenta y la presidenta de la Comisión de Juicio Político de su propio partido.

Algo dentro del cuerpo de La Libertad Avanza entró. Y para que algún proyectil le ingresara fue necesario que la coraza que lo protegía se fuera afinando por los errores propios: el discurso de Davos, el escándalo de $Libra, las denuncias de corrupción sobre la hermana del Presidente y ahora habría que agregar el exceso de represión el último miércoles.

Vienen meses difíciles para el Gobierno: marzo y abril no tendrán la baja de inflación que esperaban con la devaluación del peso sobre el dólar de solo uno por ciento, y hay tensiones en los grandes sindicatos, que ya anuncian paros. La pauta del Gobierno para las próximas paritarias es el 1% en marzo, el 0,8% en abril y el 0,5% en mayo, total en el trimestre: 2,3% en lugar del 5% que esperan los sindicatos.

El Fondo Monetario Internacional podría darle una buena noticia si realmente le concediera recursos no solo para capitalizar formalmente el Banco Central sino para que este pueda utilizarlos para intervenir en el mercado cambiario y adelantar la salida del cepo sin que se genere un aumento de la inflación.

Y en mayo tendrá las elecciones anticipadas de la Ciudad de Buenos Aires para la renovación de la mitad de su Legislatura que, al no haber PASO, tendrá el carácter de primer gran test de la fortaleza real de LLA y de la exactitud de las encuestas que muestran un apoyo a Milei cercano al 50%. Si el resultado de la LLA fuera inferior al 30% que obtuvo a nivel nacional en primera vuelta de 2023, sería un mal augurio para octubre. Mucho peor si, con la candidatura de Manuel Adorni, llegara a quedar tercero después del PRO con María Eugenia Vidal y del PJ con Leandro Santoro. Hay encuestas que colocan a este último primero. El peronismo ya había obtenido el 32% de los votos en la primera vuelta de octubre de 2023 y si el PRO y LLA se dividieran el 61% que sumaron entre ambos (41% el PRO y 20% LLA), sería difícil pronosticar quién saldría primero y quién tercero.

El miércoles, después de los desmanes en el Congreso y alrededores, un conjunto de ciudadanos que no podían ser clasificados de barrabravas ni violentos militantes kirchneristas a las órdenes de los intendentes de Lomas de Zamora y La Matanza se dirigieron espontánea y autoconvocadamente a la Plaza de Mayo a protestar contra la represión de la ministra Bullrich (foto), lo que llamativamente no fue registrado por los canales de noticias tildados de oficialistas. 

Lo que comenzó en los recitales con cánticos anti-Milei, si continúa ahora en la canchas de fútbol y, fundamentalmente, si deriva en cacerolas de la clase media urbana, podrá convertirse en la más dura oposición a La Libertad Avanza. Lo que ni el peronismo ni los partidos de centro lograron vertebrar lo lograría la sociedad civil.