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Victoria Montenegro: “El Gobierno está trabajando para lograr la impunidad a genocidas”

La legisladora participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes del Posgrado de Periodismo de Investigación de la Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA). Villarruel con Isabel Perón. La visita de diputados a represores. Y el liderazgo de Cristina.

Victoria Montenegro en el Ciclo de Entrevista de la Escuela de Comunicación Foto: Valentina Bustos

Victoria Montenegro participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes del Posgrado de Periodismo de Investigación de la Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA) y la Universidad del Salvador (USAL), en la que aludió a un posible plan del oficialismo para garantizar la impunidad a genocidas. “El gobierno de Javier Milei quiere borrar el proceso de justicia porque intenta de otra forma repetir la misma historia”, aseguró.

La diputada también se refirió a la ex presidenta Cristina Kirchner como la dirigente más importante dentro de la oposición. “Quiero que Cristina vuelva a ser Presidenta de la Nación”, afirmó Montenegro en el Ciclo de Entrevistas, coordinado por Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación y rector de la USBA

—¿Usted interpreta que el encuentro de la vicepresidenta con Isabel Perón supone una reivindicación del terrorismo de Estado, por ejemplo, de la Triple A?

—Claramente, todo lo que hace Victoria Villarruel apunta en ese sentido. Me parece que está construyendo su propio camino dentro de La Libertad Avanza y que quizás intenta construir un rumbo mucho más político al cual el presidente Javier Milei no abona. La vicepresidenta nunca pierde la posibilidad de reivindicar cualquier acto de violencia o de poner en valor a la Triple A, además de escribir la historia tal y como la interpreta, que es de forma bien particular. 

—¿Qué le generó ver la foto de la vicepresidenta junto con Isabelita? 

—Tengo muy claro el lugar que me toca representar y que tiene que ver con la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, y lo que significa la historia de la dictadura y la búsqueda de la verdad. También, tengo en cuenta que tanto la vicepresidenta como Javier Milei no cayeron de un meteorito. Veo que hay una formación que tiene un mandato y que busca reescribir la historia, especialmente después del último tiempo donde en Argentina se pudo avanzar en los juicios por los delitos de lesa humanidad. Creo que todo apunta en ese sentido. A diferencia del presidente, Victoria Villarruel es una persona muy inteligente y con objetivos políticos muy claros.

Victoria Montenegro

—Algunos dirigentes del justicialismo han dicho que podrían integrar un frente con la actual vicepresidenta. ¿Usted qué piensa?

—A mi espacio no la sumaría. Existen algunos dirigentes que sí se manifestaron a favor de ciertas cuestiones de Victoria Villarruel, que tienen que ver con su supuesto nacionalismo. Personalmente pienso que la vicepresidenta de la nación es una persona que permanentemente reivindica el accionar de la dictadura cívico-militar y que pone en valor la violencia y la anulación del otro. Por lo tanto, no hay posibilidades de que integre un frente con nosotros. En la amplitud algunos pueden entender que es posible, pero nosotros no. De todos modos, son tiempos muy complejos los de la Argentina.

—¿Considerá que existe algún plan de parte del gobierno nacional para que los represores de la última dictadura sean excarcelados?

—No tengo dudas de que desde el primer día el Gobierno está trabajando para lograr la impunidad de los genocidas. Tienen un objetivo claro: propiciar la impunidad de aquellos que cometieron delitos de lesa humanidad. Eso no comenzó con el encuentro que los diputados mantuvieron con los detenidos en la prisión, sino con la visita de funcionarios del Ministerio de Defensa a la cárcel de Campo de Mayo. Siguió con cruces de mensajes para pensar en posibles estrategias en el marco del aniversario del 24 de marzo de este año. Como el Ejecutivo no avanzó, fueron por la vía legislativa y así seguirán, de eso no tengo dudas. De todos modos, lo que más me interpela es pensar en lo siguiente: ¿por qué necesitás impunidad sobre aquella historia si no es para repetirla? Ahí es donde hay que estar atentos a una serie de cosas: la política económica del gobierno, la del saqueo, la de la crueldad sobre el pueblo, la anulación de todo aquel que piensa distinto, la instalación del enemigo interno y el incremento de los haberes y recursos para las fuerzas represivas. En ese punto debemos prestar atención. El “nunca más” debe darnos la posibilidad de identificar qué es lo que está pasando y de trabajar fuertemente para proteger la memoria y los procesos y herramientas de la Justicia. Precisamente mañana las Abuelas de Plaza de Mayo cumplen 47 años mientras la política de búsqueda de nietos de desaparecidos es fuertemente atacada por este gobierno. Buscan borrar el proceso de justicia porque intentan, de otras formas, repetir la misma historia.

—En Alemania, ser negacionista es considerado un delito. ¿Estaría usted a favor de que se legisle algo similar en Argentina respecto de lo sucedido en la última dictadura militar?

—Sí. Si bien en Alemania existe esa ley, la ultraderecha no para de crecer, especialmente los movimientos que reivindican al nazismo y cuyo motor son principalmente los jóvenes. No sé si la ley en sí misma es una solución. Años atrás en Argentina no necesitábamos una ley contra el negacionismo porque habíamos construido un acuerdo como sociedad en torno a que a esa historia no íbamos a volver nunca más. También, que no se podía banalizar el hecho de que 30.000 personas hayan sido secuestradas, torturadas y desaparecidas, ni tampoco el plan sistemático de apropiación de niños del cual fui víctima. Lo que sí creo necesario es que podamos discutir y tratar la existencia de una ley que obligue a todos aquellos que tengamos responsabilidades públicas, es decir a los diputados, legisladores y funcionarios, a respetar los acuerdos que como sociedad hemos construido. Pongo un ejemplo: en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, y desde hace muchos años, cada 24 de marzo se reconoce el Día de la Memoria, se reivindica a los 30.000 desaparecidos y se renueva el compromiso de la búsqueda de los nietos. Eso es un acuerdo de toda la ciudadanía porteña, por lo que no debería poder llegar ningún legislador a plantear que “no fue tan así”, o que “no son 30.000” ni que “hay que dejar esa historia atrás”. Deberíamos tratar esa ley en defensa de los derechos humanos, los del colectivo de la diversidad, de las mujeres y de las personas con discapacidad, todas cuestiones básicas para construirnos y respetarnos como sociedad. Todo eso hoy está en disputa, por ende, hay que poder dar las discusiones. Hace unos años no las necesitábamos.

—¿Qué cambió en Argentina desde que asumió La Libertad Avanza en relación al debate sobre el pasado reciente?

—Hay que ser capaces de pensar qué es lo que pasa con los discursos de odio, qué rol cumplen, cómo van creciendo, cómo funcionan los algoritmos que en ese sentido van instalando desde las redes un nuevo sentido común y una nueva construcción del bien y del mal. La gran disputa que tiene hoy nuestra sociedad es cómo repensamos lo que está bien y lo que está mal. A veces hay que ir a lo básico: ¿como sociedad estamos de acuerdo que está bien que una persona que lucha por su vida pueda acceder a su medicación? ¿coincidimos en que los que cometieron delitos de lesa humanidad deben rendirle cuentas a toda la sociedad y que no queremos encontrarnos en la calle con el partero de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) tomando un café al lado de nuestros hijos? ¿estamos de acuerdo con que sigan avanzando los juicios? Del mismo modo con cada una de las conquistas que obtuvimos en la democracia y que hoy el gobierno busca interpelar. También hay que repensar la política y saber que podemos pensar distinto, pero que eso no anula a nadie. Es un momento de profunda crisis que tiene que servirnos para volver a afianzar los valores que debemos defender como sociedad.

Victoria Montenegro

—¿Qué opinión le merece el hecho de que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner haya acusado de "traidor" al gobernador Axel Kicillof? 

—Yo no la escuché a Cristina Kirchner acusar de traidor a Axel Kicillof. Solo leí algunos comentarios de una reunión entre ambos, pero no tengo certeza de que haya sido así, y no lo creo. Pudo haber sido la interpretación de alguien, pero Cristina no acusó a Axel Kicillof de traidor. 

—El gobernador de la provincia, Axel Kicillof emitió un comunicado respecto de la interna en el Partido Justicialista y sentó cierta posición. ¿A quién creés que se refiere el gobernador de la provincia de Buenos Aires cuando dice que se terminó la lógica del sometido y el traidor?

—No tengo nombre. Creo que tiene que ver con una cuestión de formas que claramente están agotadas y que no le hacen bien a nadie. Estamos hablando de este contexto que hoy nos toca vivir en la Argentina donde hay una violencia por parte de quienes deberían cuidarnos. Lo he dicho de Milei con respecto al cajón y a su morbo de poner el último clavo con Cristina adentro, que fue presidenta de la Nación dos veces, vicepresidenta, pero que además hace muy poco tiempo fue víctima de un intento de asesinato en un país que tiene una historia de violencia a la que, como sociedad, le habíamos dicho que nunca más íbamos a volver. Entonces, frente a este escenario que hoy nos toca vivir en la Argentina, lo que plantea el gobernador es que hay prácticas que nosotros tenemos que poder cambiar, o ámbitos que hay que poder recuperar, de una discusión donde podamos poner nuestras diferencias y nunca excluirlas, entendiendo que son para poder construir una posibilidad real de salir para adelante. Lamentablemente hay algunos compañeros y compañeras que quizás no están dispuestos a cambiar la metodología. Tenemos que dar muestras todo el tiempo de lo que significan Néstor y Cristina para nosotros. Somos leales siempre, pero nuestra lealtad debe expresarse en el trabajo de cada día, que es un poco lo que también plantea el gobernador. La importancia de la unidad y de poder generar ámbitos entendiendo que el enemigo del pueblo argentino está enfrente y quitándole los remedios oncológicos a nuestros niños y a nuestros adultos, y ese es el presidente de la Nación. Tenemos que poder superar nuestras diferencias con madurez y eso es lo que plantea el gobernador.

—¿Le sorprendió que Cristina se postule a la presidencia del PJ?

No, Cristina naturalmente es quien conduce el movimiento y es la dirigente política más importante. También es la que tiene más claridad con respecto no solo a lo que pasa en Argentina, sino a lo que pasa en el mundo.  Lo que sí es cierto es que no se esperaba porque el gobernador Quintela había anunciado su deseo de poder presidir el partido y en un primer momento había un acuerdo con respecto a eso. Después, bueno, la verdad es que no habito esa intimidad, así que no sé qué fue lo que entendió la compañera, pero por supuesto que a Cristina también le sobra para conducir el PJ. Lo que creo y también quiero en términos personales es que Cristina vuelva a ser presidenta de la Nación. Considero que ese es el lugar que debería tener y que quizás tendría hoy si la justicia no hubiera decidido proscribirla.

—La gestión presidencial actual ha hecho recortes desde los medicamentos oncológicos hasta la entrega de profilácticos a nivel nacional. ¿Considerás la quita de insumos médicos como una violación a los derechos humanos?

—Por supuesto, lo que está pasando es de una gravedad enorme. Además, es de una violencia contra la vida que solo es comparable a los peores momentos de nuestra historia. Todo el tiempo lo charlo, intento compartir con otros la preocupación del momento que nosotros estamos atravesando y el momento que hoy nos está atravesando, y lo digo lamentablemente siendo víctima de aquella historia. El Estado tiene muchas formas de hacerte daño y en nuestro caso fue robándonos la identidad. Hoy hay un Estado que definió desde el primer día del mandato del presidente Milei terminar con su presencia, pero además con responsabilidades que el Estado había asumido, como generar igualdad. Cuando uno escucha al presidente que dice que la justicia social es una aberración, acá brindo un ejemplo que me tocó transitarlo desde la gestión, desde mi trabajo en el Ministerio de Desarrollo Social y después desde mi lugar como militante. Ejemplo: Tenés al Estado Nacional, tenés los Estados Provinciales, los Estados Municipales, tenés un niño con una enfermedad poco frecuente, entre comillas son el 30% de las enfermedades. Este niño tiene tratamientos de alto costo, los cuales son carísimos. Te doy un ejemplo: el nene es de Metán, que es el pueblo de los que eran mis papás, un pueblo de la provincia de Salta. Por otra parte, tenés un niño en la Ciudad de Buenos Aires con una enfermedad poco frecuente. Quizás el de la Ciudad de Buenos Aires tenía muchas más herramientas porque es un Estado rico que podría afrontar el tratamiento. No ocurre lo mismo en un municipio cuyo costo del tratamiento es el presupuesto de todo el año del municipio.

—Agradecemos su participación en este Ciclo de Entrevistas con estudiantes de la USBA y le damos la posibilidad de cerrar con un comentario final.

—Los peronistas no somos tan tremendos como nos describen. Quiero compartir algo muy especial para mí, para nosotros y para todos como sociedad: las Abuelas de Plaza de Mayo cumplieron 47 años. Nos quedan muy poquitas y muchos nietos por encontrar. Es muy importante que los jóvenes conozcan la historia de la búsqueda y que sepan que existió un grupo de mujeres que se enfrentó a un momento más oscuro que el actual y que decidió enfrentar al odio con mucha unidad y amor. Podemos apelar a eso porque todos tenemos la capacidad tanto de amar como de odiar. Algunos elegimos que el camino sea el del amor. Eso es lo que mañana vamos a celebrar: el hecho de recorrer un camino que a 137 personas nos cambió la vida y que a todos los argentinos nos hizo bien como sociedad. Esto es un faro para todo el mundo, y lo debemos proteger.

Alejandro Castriota, Fermín Pérez Testa y Alex Sosa
Estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación

Universidad del Sur de Buenos Aires