Por qué EE.UU. está en medio de un auge económico
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No hay duda de que la economía de Estados Unidos está en auge. La asociación Conference Board informó los niveles más altos de satisfacción laboral en más de una década. Esto se debe probablemente a un mercado laboral ajustado: la relación entre el nivel de desempleo y el número de vacantes está en su nivel más bajo en medio siglo:
Un indicador más amplio, la proporción del empleo con respecto a la población en edad productiva, ha vuelto a los niveles de 2006. Mientras tanto, el crecimiento real del producto interno bruto para el segundo trimestre recién se revisó al alza a un 4,2 por ciento. Las ganancias corporativas están aumentando fuertemente y la inversión como porcentaje de la economía se encuentra cerca del nivel del auge de mediados de la década del 2000.
Los salarios aún están rezagados, pero todos los demás indicadores muestran que la economía de EE.UU. tiene un desempeño tan sólido como en cualquier momento desde mediados de la década de 2000, y posiblemente incluso desde finales de la década de 1990.
Lo que plantea una pregunta interesante: ¿por qué está sucediendo este auge?
Esa es una pregunta casi imposible de responder. Fundamentalmente, los economistas no saben por qué suceden los auges. Es posible que ni siquiera existan los "auges": que es simplemente como funciona la economía en circunstancias normales, cuando no hay una recesión o crisis que lo saque de la zona de comodidad. Pero es posible identificar algunos factores que, con el énfasis en "la probabilidad", podrían contribuir a la fortaleza de esta expansión económica.
El primero son las bajas tasas de interés. La Reserva Federal mantuvo las tasas a corto plazo cerca de cero durante casi una década después de la crisis financiera, suprimiendo las tasas a largo plazo en el proceso. Eso, a su vez, redujo las tasas de endeudamiento para las empresas y los prestatarios hipotecarios, lo que tiende a aumentar la inversión.
Las teorías macroeconómicas estándar sostienen que las tasas bajas aumentan la demanda agregada. Esas teorías también dicen que cuando las tasas de interés son bajas, los déficits fiscales proporcionan un impulso adicional a la demanda, y los déficits han estado aumentando como resultado de los recortes de impuestos del presidente Donald Trump.
Esto es lo que se conoce como explicaciones del lado de la demanda. Por lo general, se cree que impulsar la demanda agregada con la política fiscal y monetaria, eventualmente conducirá a un aumento de la inflación. Hasta ahora, ha aumentado muy levemente, pero está lejos de ser alarmante.
Una tercera explicación del lado de la demanda es lo que John Maynard Keynes denominó “espíritus animales”, y lo que los economistas modernos llaman “percepción”: fluctuaciones potencialmente aleatorias en el optimismo y la confianza de empresarios y consumidores. Hay evidencia para apoyar esta explicación: la confianza de las pequeñas empresas está en niveles récord, y la confianza del consumidor también es muy fuerte.
Una última explicación del lado de la demanda es que el auge actual es simplemente el final de la larga recuperación de la Gran Recesión: los consumidores y las empresas finalmente podrían comprar las casas y los autos que esperaban comprar cuando todavía estaba en duda la recuperación. La vivienda, que tradicionalmente es la parte más importante de la inversión y el consumo del ciclo económico, aún se ve débil, con inicios de construcción de viviendas por debajo de su promedio de 50 años. Pero la inversión empresarial podría estar experimentando los efectos positivos de la demanda acumulada.
También hay otra categoría de explicaciones potenciales, conocidas como factores del lado de la oferta. Estos factores aumentan la capacidad productiva a largo plazo de la economía. Una de esas posibilidades es que los recortes tributarios de Trump eliminaron las distorsiones que frenaban la inversión empresarial y que el rápido crecimiento -y el bajo desempleo asociado- es el resultado del rápido cambio de la economía a un nivel más alto de eficiencia.
Una segunda explicación del lado de la oferta es que el auge está siendo impulsado por la tecnología. Los avances de la tecnología de la información, como las maquinas con capacidad de aprendizaje y la computación en la nube, podrían estar impulsando el auge de la inversión, tal vez también estimulando a las empresas a invertir en activos intangibles como las marcas y las habilidades de los trabajadores. La evidencia dice que este tipo de auge impulsado por la tecnología es raro, pero al menos teóricamente es posible.
Por supuesto, el auge podría deberse a ninguno de estos factores, o a causas que los economistas aún no han identificado. Pero hasta ahora, estos son los principales sospechosos. Y aunque es muy difícil de saber, es relevante cuán importante sea cada uno de estos factores, porque eso da una idea de cómo podría terminar el auge y cómo podría prolongarse.
Un auge del lado de la demanda probablemente terminará por sí solo. Si la política monetaria y/o fiscal relajada está impulsando la demanda, entonces probablemente provocará que la inflación se acelere, lo que generará medidas drásticas de la Fed. Si “los espíritus animales” son los responsables, podría llevar a un exceso de endeudamiento y a una eventual crisis y colapso de la deuda. De hecho, la deuda corporativa parece preocupante, a medida que los niveles de deuda riesgosa aumentan y los diferenciales de crédito se reducen.
Por el contrario, un boom del lado de la oferta es más probable que se modere a que colapse. Cualquier efecto positivo de los recortes de impuestos eventualmente se disipará a medida que la economía se estabilice en su nuevo estado. Un auge tecnológico podría desaparecer después de unos años, o incluso podría acelerarse si se hacen nuevos descubrimientos.
Si tuviera que elegir una explicación principal para el boom, optaría por el de los “espíritus animales”. La percepción empresarial exuberante y la acumulación de deuda corporativa riesgosa parecen indicativos de buenos momentos que no durarán. Espero que esa conjetura resulte equivocada. Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.