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El Museo de Arte Moderno inauguró una exposición panorámica de Alfredo Londaibere

Una exposición recorre la obra del artista argentino fallecido en 2017 que formó parte del Grupo del Rojas.

Alfredo Londaibere. Yo soy santo. Foto: Marcelo Parajó

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA) inauguró la muestra "Alfredo Londaibere. Yo soy santo", la primera exposición antológica dedicada a su trabajo que se realiza a menos de dos años del fallecimiento del artista.

Londaibere formó parte del grupo que fue conocido como “Artistas del Rojas” al que se vinculó luego de haber expuesto en ese espacio Mapas y Pinturas, su primera muestra individual. Con posterioridad dirigió la galería de arte y desarrolló una labor de capacitación desde su función como coordinador de los talleres de dibujo y pintura del Centro cultural.

La directora del MAMBA, Victoria Noorthoorn, señaló durante la inauguración de "Yo soy santo" que Londaibere "no sólo fue un gran artista y pintor, sino que fue un artista de artistas que inspiró a jóvenes y colegas; creó escuela y dejó una marca muy profunda".

Por su parte la investigadora Jimena Ferreiro, quien tuvo a su cargo la curaduría, destacó que al momento de iniciar el proyecto expositivo se encontró un un acervo muy grande y muy bien conservado. A la vez consideró que el proceso de selección fue complejo.

Yo soy santo, la frase que da nombre a la muestra en el MAMBA. 

"Fue un artista prolífico pero con pocas exposiciones individuales que se preparó toda su vida", señaló la curadora durante la presentación para la prensa en la que estuvo presente PERFIL.COM. "Su primera exposición fue recién en 1989. Hasta entonces consideraba que su labor anterior había sido apenas una preparación".

En los primeros años de la década de 1980 Londaibere producía de manera sistemática, aunque no participaba en el circuito de exposiciones de la época. Luego de haberse acercado a Jorge Gumier Maier y Marcelo Pombo a través del Grupo de Acción Gay y tras haber asistido a clínicas de obras de Pablo Suárez, Luis Wells y Kenneth Kemble comenzó a integrarse y exponer en bares y discotecas del under porteño como Bolivia y Cemento.

Londaibere abordó diferentes técnicas en la realización de sus obras.

Durante un período de su carrera Londaibere produjo obras que despertaban el interés de los compradores, lo que sumado a un precio accesible lograban el objetivo de ser comercializadas. Si bien eran piezas únicas, las obras eran realizadas en forma serial gracias a una gran concentración y metodología de trabajo.

Ferreiro considera que se debe pensar la obra de Londaibere como una forma de religión y un sistema de creencias. Durante la etapa de investigación previa se encontró con imágenes, frases y oraciones que resultaron clave a la hora de definir un eje sobre el cual articular la muestra.

La obra de Londaibere incluye referencias a la religión, el ocultismo y la adivinación entre muchas otras.

"Su recorrido artístico es también la historia de su devenir espiritual" consideró la experta quien a la vez destacó la presencia de una importante simbología cristiana y pagana.

La exposición está distribuida en tres salas diseñadas especialmente y sigue una secuencia cronológica con algunas licencias. En la primera sala se encuentra un grupo de obras producidas entre los años 1983 y 1992 a partir de las cuales se puede entrar en la lógica de trabajo que seguía el artista durante ese período. La producción está sobre todo ligada al tablero aunque también aparecen los primeros collages para los que toma elementos de revistas femeninas o de pornografía gay.

Durante los años noventa el artista realizó assemblages en los que la belleza del consumo se ve afectada por el descarte.

Durante esta etapa surgen citas a la imaginería popular y la historia del arte, además de las primeras referencias a la iconografía propia del cristianismo que se entremezcla con creencias paganas, sistemas de adivinación como el tarot o el zodíaco y el culto a los Orixás

A partir de allí, se encontrarán en su obra figuras como San Sebastián, San Jorge y el Dragón, Iemanjá, Sai Baba o la Virgen María además de referencias a los estigmas de Cristo, la manzana como símbolo de la tentación, los misterios y otros rasgos propios del arte religioso que pueden ser leídos en un cruce con el homoerotismo.

Los soportes de tablas utilizados por Londaibere no eran ready-made, sino que eran ensamblados por él.

A la vez establece un diálogo con la cultura clásica europea, la pintura colonial barroca, los modernismos, la vanguardia, las artes eruditas, la artesanía, el consumo popular y las filosofías new age.

Durante los noventas Londaibere comienza a experimentar con el assemblage valiéndose de elementos que surgen a partir de una transformación en las pautas de consumo de la población, producto de políticas económicas que permitían el acceso masivo a bienes de poco valor en detrimento de la calidad de vida de las clases más vulnerables. Sin embargo, en forma paralela mantiene y profundiza el uso de la simbología religiosa que desde los últimos años de esa década será influido por tradiciones más herméticas como la alquimia.

El artista realizó pocas exposiciones individuales durante su vida. 

La tercera sala incluye objetos de ensamblaje y pinturas en las que escenifica metafóricamente la batalla de las vanguardias del siglo XX y se manifiestan rasgos que remiten al constructivismo o al expresionismo. Se percibe en esta etapa, que comienza a mediados de los 2000, una experiencia más placentera con la forma y la figura.

Londaibere nació en Buenos Aires donde vivió y trabajó hasta su fallecimiento en 2017. Su producción artística abarca técnicas diversas como pintura, trabajo sobre madera, collage, fotografías intervenidas, témperas, cajas de madera enmarcadas y el assemblage.

Legitimidad.

La exposición está acompañada por una publicación realizada por el Departamento Editorial del MAMBA con textos de Jimena Ferreiro, Mariana Cerviño y Rafael Cippolini, además de un fragmento de una entrevista del artista con Gustavo Bruzzone.

La muestra “Yo soy santo” puede visitarse hasta marzo de 2020 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Av. San Juan 350, los lunes, miércoles, jueves y viernes de 11.00 a 19.00 y sábados, domingos y feriados de 11.00 a 20.00. El valor de la entrada general es de $50.- y sirve para recorrer todas las muestras que se exhiben en el museo.