Un estudio de Fopea reveló que 7 de cada 10 periodistas mujeres sufrieron violencia

El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) presentó el martes pasado los resultados de su investigación Periodistas Amenazadas: investigar para protegerlas, un estudio que pone de manifiesto las múltiples violencias y desafíos que enfrentan las mujeres periodistas en Argentina. En el marco del Día Nacional de Lucha contra la Violencia de Género en los Medios, la organización destacó las barreras que limitan su desarrollo profesional, entre ellas la violencia psicológica, el hostigamiento y las discriminaciones por género, mientras propuso acciones para erradicar estas problemáticas en los medios.

Según los datos obtenidos a partir de encuestas a 215 periodistas de todo el país, la violencia psicológica, el hostigamiento y la violencia institucional son las más prevalentes, afectando a cientos de profesionales en el ejercicio de su trabajo. La investigación, respaldada por la UNESCO a través del Fondo Mundial para la Defensa de los Medios (GMDF), pone énfasis en cómo estas violencias afectan no solo la salud física y mental de las periodistas, sino también su desarrollo profesional.

En sus trayectorias laborales, las mujeres periodistas identifican barreras significativas para acceder a cargos jerárquicos y denuncian una brecha salarial evidente en comparación con sus colegas varones. Además, enfrentan obstáculos adicionales derivados de tareas de cuidado, lo que limita aún más sus oportunidades de ascender en el mundo del periodismo. El estudio también muestra una escasa respuesta institucional ante las denuncias de violencia, con pocas periodistas recurriendo a mecanismos legales o de apoyo para protegerse.

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Hallazgos: violencia psicológica, institucional, virtual y económica

Uno de los hallazgos centrales de la investigación expone las múltiples violencias que sufren las periodistas simplemente por ser mujer. Identificaron una alarmante variedad de tipologías y modalidades, entre las cuales se destaca por su alta prevalencia la violencia psicológica (padecida por 150 de las encuestadas), el hostigamiento (reconocido por 156), la violencia institucional (132), la violencia económica (130) y la violencia en línea (124). 

Asimismo, se reportaron casos significativos de impedimento del ejercicio de responsabilidades laborales durante el embarazo, parto o puerperio (88) y violencia física (71). 

Las propias periodistas definen estas violencias como agresiones u omisiones motivadas por su género, originadas en estructuras de poder patriarcales arraigadas y en prácticas culturales que buscan subestimarlas y silenciarlas.

Una de cada cuatro periodistas en Argentina ocupa un cargo jerárquico

En cuanto a sus trayectorias profesionales, el estudio de FOPEA muestra que las mujeres periodistas que participaron en esta investigación tienen una amplia experiencia y un alto nivel educativo. Sin embargo, resulta evidente una desproporción significativa, ya que solo el 28,37% de las 215 encuestadas ocupa cargos jerárquicos.

Periodistas al servicio del poder

Una amplia mayoría (200 de 215) percibe la existencia de barreras concretas que dificultan su ascenso a puestos de liderazgo en los medios. También señalan que las barreras culturales (señaladas por 145) y las vinculadas a las tareas de cuidado (92) son las más mencionadas. Estos datos sugieren la persistencia de techos de cristal que limitan el desarrollo profesional de las mujeres en el periodismo. 

Asimismo, el estudio confirma una percepción generalizada (en 97 encuestadas) sobre la existencia de una brecha salarial, donde las mujeres sienten que ganan menos que sus colegas varones por realizar el mismo trabajo. La dificultad para conciliar las responsabilidades familiares y laborales emerge como un factor clave que obstaculiza su pleno desempeño profesional.

Ante la falta de protocolos para prevenir y mitigar violencias, FOPEA diseñó uno 

Ante las situaciones de violencia, la respuesta más común entre las mujeres periodistas es compartir sus experiencias con otras colegas, pero raramente se formalizan denuncias ante las autoridades competentes.

A pesar de que la mayoría conocía organizaciones de apoyo, pocas buscaron acompañamiento o asesoramiento. 

Las encuestadas consideran que diversas acciones podrían mejorar el ejercicio de su oficio, resaltando la importancia de medidas pro-género en los medios, la creación y fortalecimiento de redes de mujeres periodistas y la implementación de protocolos específicos contra las violencias de género. 

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Sobre las estrategias de protección y mitigación, las capacitaciones en seguridad digital, las denuncias públicas y el establecimiento de procesos internos para proteger a las víctimas son consideradas las más efectivas. Sin embargo, solo 54 de las encuestadas informaron que sus medios contaban con protocolos de violencia de género, y un número aún menor (16) señaló que estos se activaron en situaciones de violencia sufrida.

En respuesta, la organización diseñó un protocolo modelo que los medios de comunicación pueden adoptar, con el fin de garantizar un ambiente de trabajo seguro y equitativo para todas las periodistas.

El protocolo, en consonancia con las leyes nacionales 26485 y 27580, es de aplicación para todas las personas que trabajen en el medio, independientemente de su rol o tipo de contratación, y abarca diversos ámbitos, incluyendo los espacios digitales. Se fundamenta en principios esenciales como el respeto irrestricto a los derechos humanos, el enfoque de género, la priorización de la prevención y la protección integral de las víctimas.

Además, establece un procedimiento detallado y claro para la presentación y recepción de denuncias, la adopción de medidas de protección inmediatas, la realización de investigaciones rigurosas y la aplicación de sanciones proporcionales a los agresores. 

En este sentido, FOPEA hace un llamado a los medios de comunicación y a la sociedad en general para contribuir a la creación de un entorno más seguro y libre de discriminación para las periodistas argentinas, y para cualquier ser humano.