Qué es la parestesia, la causa por la que internaron a Ginés González García
Alejandro Andersson, neurólogo, explicó a PERFIL que se trata de una alteración sensitiva, que puede obedecer a muchas causas.
Ginés González García, ministro de Salud de la Nación, se encuentra por estas horas internado en el Sanatorio Otamendi, del barrio porteño de Recoleta, para realizarse una serie de estudios debido a una "parestesia distal" del miembro superior izquierdo, según detallaron desde el Ministerio de Salud.
Mediante un comunicado oficial, explicaron que al funcionario "se le están realizando los estudios correspondientes, cardiológicos, neurológicos y traumatológicos", con el fin de conocer el origen de esta condición, por lo que podría permanecer internado hasta el día de mañana. Expresaron además que el Ministro "no tiene fiebre, ni síntomas respiratorios", por lo que descartaron que tenga síntomas relacionados al coronavirus.
Alejandro Guillermo Andersson, médico neurólogo MN: 65.836 y director Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), explicó en diálogo con PERFIL que la parestesia “es un trastorno sensitivo, una alteración de la sensibilidad”. Este trastorno sensitivo en una mitad del cuerpo, manifestó el especialista, puede deberse a varias causas: “Puede ser un hematoma subdural, un tumor, un accidente cerebrovascular. Realmente pueden ser muchas las posibilidades", recalcó.
La parestesia, sostuvo, "se puede presentar en cualquier parte del cuerpo". "En este caso uno podría suponer que, si la parestesia está por ejemplo de miembro superior izquierdo, es motivada por un compromiso neurológico cerebral en el lóbulo derecho”, explicó.
Ginés González García está internado en el Otamendi por una "parestesia"
En palabras de Andersson, un hematoma subdural “es una acumulación de sangre dentro del cráneo, entre el cerebro y el hueso, más precisamente entre las meninges, que son las envolturas del cerebro”. En esa línea, amplió: “Son tres capas: el espacio entre la duramadre, que es la meninge dura y la que está abajo, que es la aracnoides, se llama espacio subdural. Cuando se acumula sangre allí, se genera el hematoma justo en ese espacio donde circulan mucha venas”.
Cuando alguna de estas venas se rompen, la rotura del vaso sanguíneo ocasiona que se vierta sangre en ese espacio, que luego se acumula. Este proceso, apuntó el neurólogo, puede darse en cuestión de un mismo día en casos agudos, o puede tardar semanas en manifestarse, en los casos llamados crónicos.
“Cuando se acumula de manera lenta, tardas en tener la molestia o el síntoma un par de semanas. El cuadro se tolera mucho mejor, y esos son los hematomas crónicos”, dijo. Los más peligrosos, señaló, son los hematomas subdurales que se forman rápidamente, dentro del día, los agudos: “Porque es como que no tuvo tiempo el cerebro acomodarse”, manifestó.
Andersson aclaró que un trastorno sensitivo motor en una mitad del cuerpo pueden también deberse a otras causas.
El director del INBA especificó que cuando hay un hematoma subdural, el paciente presenta síntomas como dolor de cabeza, vómitos o náuseas, somnolencia. Puede tener además un trastorno del habla, un trastorno motriz o sensitivo en una mitad del cuerpo, o incluso convulsiones. El diagnóstico, dijo, se confirma mediante una resonancia magnética.
La causa de estos hematomas, señaló el especialista, es casi siempre traumática, generada por un golpe. “Prácticamente siempre es un golpe en la cabeza, se da con más frecuencia en la gente de edad, porque el espacio subdural es más amplio, más grande, entonces el cerebro tiene más movimiento dentro de la caja craneana”, argumentó.
También, sostuvo, aumentan las chances de producirse en algunos pacientes que toman anticoagulantes: “Cuando el paciente está anticoagulado por otra enfermedad, tiene muchas más chances de tener un hematoma subdural, porque ante el mínimo golpe puede generarse”, expuso el neurólogo.
Por último, Andersson comentó que en el tratamiento de hematomas subdurales chicos se puede ser esperar y ver si se reabsorbe, aunque en general suele ser quirúrgico: “O bien se hacen unos orificios en la caja craneana y se drena, o cuando es muy grande a veces hay que hacer una craneotomía”, concluyó.
A.G./M.C.