OPINIÓN

Peronistas útiles a Javier Milei

“Lo ayudamos sin querer queriendo”. Un legislador importante de la oposición exhibe su larga trayectoria al emplear la frase de un antiguo éxito televisivo mexicano, El Chavo del 8, para describir cuán funcionales terminan siendo para Javier Milei sus oponentes políticos.

Cristina Kirchner y Axel Kicillof Foto: Cedoc Perfil

“Lo ayudamos sin querer queriendo”. Un legislador importante de la oposición exhibe su larga trayectoria al emplear la frase de un antiguo éxito televisivo mexicano, El Chavo del 8, para describir cuán funcionales terminan siendo para Javier Milei sus oponentes políticos. O quienes dicen serlo, al menos.

Ahí está por ejemplo el peronismo, enfrascado en una nueva e insólita disputa. Ahora es entre Cristina Fernández de Kirchner y su (¿ex?) hijo político, Axel Kicillof.
Como si no hubieran aprendido de los efectos devastadores de las peleas intestinas durante la gestión presidencial del desterrado Alberto Fernández, cualquier excusa parece válida para alimentar la tensión entre la expresidenta y el actual gobernador.


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La última es la competencia por presidir el PJ, en la que se anotó CFK después de defenestrar históricamente el sello partidario. Kicillof venía apoyando a su colega riojano, Ricardo Quintela, que recorre el país para seducir dirigentes y afiliados pese a gobernar la única provincia del país que entró en default y emitió cuasimonedas. Nadie descarta del todo la chance de una lista de unidad, pero es anecdótico.

La creciente tensión es por poder, como suele suceder. Y lo que subyace es quién tendrá la lapicera para armar las listas legislativas 2025, en una elección crucial para el oficialismo y la oposición con vistas a sus representaciones en el Congreso.

El territorio en pugna es nada menos que la provincia de Buenos Aires, el único bastión que le queda al kirchnerismo. En especial, el Conurbano. ¿Viejos hits o canciones nuevas? Intentarán seducir a un electorado desencantado con la dirigencia y agobiado por la crisis. Ahí coinciden Cristina y Kicillof: esperan una nueva frustración social con Milei.


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El Presidente también interviene en este juego. Los carpetea no solo con la mala gestión 2019-2023, sino con los hechos malditos de la administración cristinista que cuestan dólares. Muchos. Ante un nuevo fallo contra la Argentina por unos USD 1.500 al falsear datos del PBI para pagar menos en cupones, Milei se despachó en redes: “Si sumamos el Caso Repsol, la causa del juez Griesa, los intereses punitorios al Club de París y la expropiación ilegal de YPF, el daño que Cristina Kirchner y Axel Kicillof le han hecho al bolsillo de los argentinos es de 41.000 millones de dólares”.

Más allá de su conveniente didactismo selectivo sobre estos sucesos, el líder libertario deposita gran parte de su estrategia electoral en confrontar con el kirchnerismo. Ya lo hizo, con éxito, antes de la segunda vuelta que lo catapultó a la Casa Rosada.

Esa suerte de “están conmigo o en mi contra”, típico del populismo de cualquier color, tiene escasa originalidad. La propia CFK apeló al recurso durante sus dos mandatos. Además, sirve para invisibilizar al resto, llámese PRO, UCR o Sergio Massa.

La agitación del fantasma K también fue (y es) utilizada por Mauricio Macri, con los resultados conocidos. Si vuelven a comer milanesas, el expresidente debería recordarle al actual una de sus sufridas experiencias: lo que resulta conveniente a sus intereses en un momento, puede volverse en contra en otro. Cristina apuesta a eso.