Chaco

“Parte el corazón ver los rostros de la indigencia”: habló el cura de una parroquia ubicada en la ciudad más pobre del país

Pablo Ferreira es un sacerdote de la parroquia jesuítica de San Javier, en la ciudad chaqueña de Resistencia. “En estos 8 años hemos visto la degradación”, lamentó.

La pobreza afecta a más del 60% de los niños. Foto: Twitter

El sacerdote Pablo Ferreiro es testigo directo de la brutalidad de la carencia y es cura en la ciudad chaqueña de Resistencia, donde, según los datos oficiales de INDEC, la pobreza alcanzó el 76,2%, el porcentaje más alto del país. Al frente de la parroquia jesuítica de San Javier desde 2016, el líder religioso lamentó: “Cuando uno ve los números de la pobreza es una cosa, pero cuando uno ve los rostros de la indigencia y de la pobreza, se te parte el corazón”.

"En estos 8 años hemos visto la degradación y un aumento de la pobreza”, dijo el padre y enfatizó que “el rostro más lacerante de la pobreza y penoso es el de los niños y niñas que recibimos en nuestros hogares”.

Este jueves el INDEC reveló que la pobreza registró el 52,9 % en el primer semestre del año, impactando a 24,9 millones de personas en Argentina. En zonas urbanas del norte grande chaqueño, como Fontana, Villela, Barranqueras y el Gran Resistencia, los índices se profundizaron en un techo más alto, al punto de que 3 de cada 4 personas no pueden cubrir las necesidades básicas.

Iglesia San Javier de Resistencia, Chaco.

Desde la Iglesia, tres veces por semana, proporcionan un sánguche a los más necesitados. “Vemos los rostros de la pobreza de siempre, y la pobreza nueva. La mayoría son jóvenes con diversas problemáticas y adicciones. En estos 8 años hemos visto la degradación”, detalló el sacerdote en diálogo con radio Continental. “Notamos que hubo un incremento porque se triplicó la cantidad de pan que compramos para gente en situación de calle”, agregó.

Además, muchos niños, niñas y adolescentes (NNyA) sufren el abandono de las familias más carenciadas y algunas residen en el Hogar Santa Teresita, que depende de la parroquia. “El rostro más lacerante de la pobreza y penoso es el de los niños y niñas que recibimos en nuestros hogares. En los últimos cuatro meses, recibimos seis nenas entre 4 y 11 años por diversas problemáticas”, precisó.

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“Sufrieron en carne propia e historia la pobreza material y moral. Nenas que llegan por abandono, golpiza, por abusos. Es muy doloroso encontrarnos con esas situaciones”, agregó. Ferreiro contó que “las nenas que llegan vienen con lo puesto”, con “su calza, remerita y sin bolsita de ropa”. “Una nena que entró en julio fue tres veces a la escuela en junio. Ella llevaba a los hermanitos más chicos. Es una pobreza de falta de amor. Cuando se escucha esto de parte de las propias nenas, se te parte el corazón".

Frente a esas situaciones, el sacerdote admitió la dureza de la realidad. “Uno tiene que estar fuerte y darle seguridad (a las niñas) de que van a estar bien en el Hogar. Más allá de que después entren en adopción, mientras estén en el hogar, les damos todo lo que no tuvieron con sus padres”, añadió.

En todo el país, la pobreza tiene una incidencia más alta entre los niños que entre los adultos. De acuerdo a los datos que reveló el INDEC, el 66,1% de los menores de 14 años viven en hogares con ingresos inferiores a una Canasta Básica Total (CBT), por lo que no perciben lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas. El 27% son indigentes. En ese marco, Ferreira destacó la importancia de la labor de hogares como el de Santa Rita. “Tenemos mucha fe de que se pueden recuperar”, agregó.

 

RB / Gi