Minerva: las claves de la operación de espionaje "más grande del siglo"
A través de escuchas telefónicas y máquinas de encriptado, espías alemanes y estadounidenses obtuvieron información privada de varios países, incluida Argentina.
En 1970, los representantes del Servicio Federal de Inteligencia alemán y la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), se reunieron en Múnich y firmaron un acuerdo de alta confidencialidad, al cual la CIA se refirió como "El golpe de Inteligencia del siglo". El BND lo llamó la "Operación Rubikon", mientras que la CIA utilizó "Minerva" como su nombre clave. La historia de esta atrevida operación de espionaje fue revelada por la emisora alemana ZDF, el Washington Post y la televisión suiza.
El elemento clave de la asociación del servicio secreto germano y el estadounidense fue Crypto AG, una empresa suiza que fue líder del mercado mundial en tecnología de encriptación, explicó la cadena alemana Deutsche Welle. La compañía fue fundada por Boris Hagelein, quien había estado trabajando en el arte de la encriptación desde la década de 1930.
Países de todo el mundo compraron sus máquinas de cifrado y las utilizaron para equipar a sus embajadas, oficinas e instituciones gubernamentales. Producidas por alrededor de 200 trabajadores, las máquinas fueron vendidas en más de 120 países. Todos habrían de resultar engañados. Entre los clientes de Crypto AG se encontraban Irán, Arabia Saudita, países africanos y latinoamericanos, como Chile, Argentina y Nicaragua. La URSS y China nunca le compraron máquinas a Crypto AG.
Los pagos se hacían en estacionamiento subterráneo
Ninguno de los empleados sabía que su compañía era propiedad de dos servicios secretos de inteligencia. A través de los contactos del BND con Siemens y un bufete de abogados de Lichtenstein, los verdaderos dueños de Crypto AG estaban encubiertos. Las ganancias eran compartidas por el BND y la CIA. Se estima que en 1975 acumularon 51 millones de francos suizos. Se dice que en reuniones secretas, en estacionamientos subterráneos, empleados del BND le daban en efectivo la parte que le correspondía a la CIA.
A partir de 1970, los expertos del BND y de la CIA intervinieron en secreto en los mecanismos de cifrado de las máquinas producidas por Crypto AG. De esta manera se aseguraron de que sus organizaciones pudieran descifrar más tarde la comunicación encriptada.
Revelan cómo la CIA logró espiar a Argentina y otros países del Plan Condor en los 70
Algunos ejemplos: en 1989, cuando EE. UU. invadió Panamá, llevó a cabo la operación "Minerva" para encontrar al dictador Manuel Noriega, quien se hallaba en la embajada del Vaticano, en la Ciudad de Panamá. El Vaticano también utilizó las máquinas de Crypto AG. En 1986, justo un día después de la explosión de una boma en el club "La Belle" de Berlín Occidental, que mató 3 personas y dejó a más de 200 heridas, el expresidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, aseguró tener pruebas irrefutables de que el régimen libio de Muhamad Gaddafi estaba detrás del atentado.
La información fue conseguida a través de la intervención en la comunicación de la embajada libia en Berlín Oriental. Esta fue una de las razones por las que Bernd Schmidbauer, ex coordinador del servicio secreto en la Cancillería alemana, dijo que "Rubikon" había ayudado a hacer del mundo un lugar más seguro.
También sabían sobre la tortura y los golpes de Estado
Pero, como tantas veces en el mundo secreto de la inteligencia, esta era solo una cara de la moneda. El BND y la CIA también sabían sobre la planificación de golpes de Estado y dónde las dictaduras sudamericanas efectuaron masacres, torturas y asesinatos. Eso sí, no está claro si esta información llegó alguna vez al Gobierno Federal alemán o a la Casa Blanca.
En 1982, cuando Gran Bretaña y Argentina protagonizaron la Guerra de las Malvinas, el BND y la CIA le entregaron información a los británicos, tras interceptar la comunicación del gobierno de facto argentino. Integrantes de la Unión Europea y de la OTAN, como Italia, España e Irlanda, también fueron intervenidos en la "Operación Rubikon".
El acuerdo de espionaje entre alemanes y estadounidenses fue repetidamente denunciado, pero no fue hasta 1993, bajo la presión del gobierno alemán, que el BND terminó con la "Operación Rubikon". Un año antes, Hans Bühler, quien le vendía máquinas de cifrado fabricadas por Crypto AG a Irán, había sido arrestado por espionaje.
Bühler no sabía nada al respecto, pero los iraníes lo mantuvieron prisionero durante casi un año. Finalmente, el BND vendió su 50% de Crypto AG a la CIA, que disolvió la compañía recién en 2018. Para entonces, la empresa ya había dejado de ser líder del mercado y los servicios secretos de EE. UU. ya estaban haciendo negocios con proveedores de comunicaciones digitales.
DW / DS
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