¿Puede caer?

Tiembla al Asad y la Casa Blanca pide a estadounidenses que "salgan de Siria ya mismo"

Pese al apoyo ruso, las fuerzas del líder sirio siguen perdiendo terreno a manos de los rebeldes. Este viernes cayeron Homs, Daraa y otros lugares del sur y este del país

Los rebeldes avanzan a sangre y fuego en Siria. Foto: AFP

La rebelión de ex yihadistas en Siria crece hora a hora, al punto que ya son muchos los que dan como posibilidad cierta que el sangriento régimen del presidente Bashar al Asad, que gobierna con mano de hierro desde hace un cuarto de siglo, pueda esta vez estar llegando a su fin.

Este viernes los rebeldes tomaron Homs, la tercera ciudad más poblada de ese país después de Damasco, y Alepo, esta última también en manos de los rebeldes. Y horas más tarde se supo que el ejército de al Asad había perdido también el control de la ciudad de Daraa.

Nunca las fuerzas de al Asad, apoyadas por Rusia e Irán, habían perdido tantas ciudades clave en un tiempo tan corto.

Situada en el suroeste a pocos kilómetros de Jordania, Daraa se conoció como "la cuna de la revolución" en los inicios de la guerra, después de que activistas acusaran al gobierno de detener y torturar a un grupo de jóvenes que en 2011 hicieron en su escuela grafitis contrarios a Al Asad.

Desde la ofensiva lanzada el 27 de septiembre por una alianza islamista encabezada por el grupo Hayah Tahrir al Sham (HTS), el gobierno ha perdido la segunda ciudad siria, Alepo, y también Hama, en el centro del país.

El pedido de la Casa Blanca

La situación en Siria ha escalado a una gravedad tal que este viernes Estados Unidos hizo un llamado a sus ciudadanos "a salir de Siria ya mismo, ya que aún hay vuelos comerciales disponibles", según un comunicado del Departamento de Estado admitiendo el avance de fuerzas rebeldes en contra del presidente Bashar al Asad.

"Las condiciones de seguridad se mantienen volátiles e impredecibles, con enfrentamientos entre grupos armados a lo largo del territorio", refirió el Departamento de Estado

Las fuerzas del régimen sirio y sus aliados, Rusia y las milicias proiraníes, abandonaron también la ciudad de Deir Ezzor, en el este de Siria, y se dirigen a la ciudad de Palmira, en la carretera por el desierto que dirige hacia Homs.

La vecina Turquía, cuyo presidente Recep Tayyip Erdogan expresó su apoyo a los rebeldes, afirmó que iba a mantener conversaciones con Rusia e Irán en Catar este fin de semana para tratar la situación en Siria..

Antes de este encuentro, los ministros de Relaciones Exteriores de Irán, Irak y Siria se reunieron en Bagdad, donde el representante de Damasco, Basam al Sabbagh, denunció "injerencias regionales e internacionales" para lograr un nuevo "mapa político" regional. 

De su parte, el canciller iraní, Abás Araqchi, alertó que la ofensiva rebelde constituye "una amenaza"  para "el conjunto de la región" y prometió respaldar a Damasco "en lo que sea necesario".

Sin embargo, según una información el viernes del diario The New York Times, Teherán habría empezado a retirar a sus mandos militares y su personal diplomático de Siria.

También Rusia instó a sus ciudadanos a salir de ese país, donde intervino desde 2015 para ayudar a las tropas de al Asad.

En una ofensiva relámpago, el grupo rebelde Hayat Tahrir al Sham (HTS), liderado por Abu Mohamed al Jolani, tomó amplias partes de Siria. HTS es una organización salafista que nació como rama de la agrupación Al Qaeda aunque luego se separó. En sus últimas declaraciones, Jolani había afirmado que su objetivo es derrocar a al Asad.

En este contexto, el gobierno de al Asad lanzó una respuesta con apoyo de las Fuerzas Aeroespaciales rusas. Según el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman, "los bombardeos aéreos rusos y sirios y los disparos de la artillería mataron a 20 personas cerca de Homs, entre ellas cinco de la misma familia".

La sombra del jihadismo

 

"Cuando hablamos de objetivos, la finalidad de la revolución sigue siendo derrocar a este gobierno. Tenemos derecho a usar todos los medios disponibles para alcanzar esta meta" afirmó Jolani en su última entrevista con la CNN. Durante años, el Jolani operó en la sombra pero ahora se sitúa bajo los focos, ofreciendo entrevistas a medios internacionales y dejándose ver en la segunda ciudad siria, Alepo, después de tomarla por primera vez desde la guerra civil que estalló en 2011.

 

LM/AFP/HB