Opinión

Hay que nacionalizar las represas y dejar de regalar la renta de la energía hidroeléctrica

Las represas hidroeléctricas no deben volver a privatizarse, como pretende Javier Milei. Deben pasar a manos del Estado como históricamente lo fueron, y la enorme renta energética hidroeléctrica debe ponerse al servicio del desarrollo del país.

. Foto: CEDOC PERFIL

Las represas hidroeléctricas no deben volver a privatizarse, como pretende Javier Milei. Deben pasar a manos del Estado como históricamente lo fueron, y la enorme renta energética hidroeléctrica debe ponerse al servicio del desarrollo del país. Junto con esto, los Estados Provinciales donde las mismas se encuentran emplazadas deben ser copartícipes del manejo y recibir una parte de las ganancias por ello generadas.

Tal como sostienen los docentes de la Facultad de Ingeniería de la UNCo en el artículo “Reprivatización de las hidroeléctricas, aportes para no repetir errores del pasado”: “Incluso para un gobierno que enarbola el déficit como bandera, y para el cual la restricción externa por la ausencia de dólares es un nudo difícil de resolver, renunciar a la renta producida por la energía hidráulica no es una decisión financiera. Es una ceguera profundamente ideológica. En un sentido estratégico energético, la renta producida de las grandes represas existentes podría financiar proyectos de transición energética justa y popular hacia fuentes renovables. Una matriz energética fosilizada como la argentina está altamente dependiente del precio internacional de la energía y de los márgenes de ganancia de los privados en el sector”.

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No se puede permitir que la urgencia de dólares de Milei lleve a regalar estas joyas de la abuela, tal como hizo Menem en los 90. En aquel proceso privatizador y ante un panorama similar al actual gobierno, el menemismo entregó el manejo de las represas al capital privado a un valor que no alcanzaba ni el 10% de la inversión hecha por el Estado en su construcción. De volver a reiterarse estaremos ante un nuevo traslado de recursos hacia multinacionales extranjeras y grandes ricos locales.

Los docentes de la UNCo señalan y denuncian además “las centrales, desde su nacimiento, fueron operadas bajo la dirección estatal, hasta la década del 90, cuando comenzaron a aplicarse políticas que desplazaron al Estado de ese rol organizador y planificador. Desde entonces no hubo una sola obra más de tamaña envergadura en todo nuestro sistema eléctrico. Asimismo, según la misma narrativa, se crearon organismos de control débiles, que fueron condicionados cada vez más la provisión de energía, alegando siempre pérdidas o supuestos retrasos tarifarios que no permitían realizar las obras necesarias.”

Volver a privatizar las represas, no solo es regalar una enorme renta al capital privado, sino que además es impedir el imprescindible desarrollo que debe darse en esa área y otras subsidiarias de la misma.

Argentina tiene sobradas condiciones para administrar, gestionar, mantener, explotar y desarrollar las represas hidroeléctricas. En el mismo sentido, la provincia del Neuquén está preparada para ser copartícipe del manejo de los aprovechamientos hidroeléctricos emplazados en su territorio.

Es un grave error por parte de las provincias en dejar de lado el histórico reclamo de retorno de nuestras represas al Estado. Apoyar sus reprivatizaciones y conformarse con las migajas de cánones es una historia conocida y repetida que solo trajo consecuencias negativas para nuestras regiones.

Hay que nacionalizar nuestras represas, ninguna privatización, no hay que regalar esa renta que puede ayudar a desarrollar nuestra Nación.

 

(*) Dirigente nacional de Libres del Sur.