Decomisaron 425 aves que se vendían ilegalmente en Pilar y Liniers
La Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental, en conjunto con el Ministerio de Ambiente, decomisó 425 aves de una forrajería de Pilar y de un criadero de animales exóticos en Liniers. En las mismas jaulas, pájaros vivos estaban junto a otros ya muertos.
En un operativo realizado casi en simultáneo tanto en Pilar como en Liniers, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, a través de su Brigada de Control Ambiental (BCA), rescató hoy más de 400 aves que iban a ser vendidas en una forrajería y en un criadero ilegal, respectivamente.
Ambos episodios se encuentran en el marco de las acciones oficiales que el Ministerio encabezado por Juan Cabandié encaró para combatir el tráfico ilegal de animales. La inspección en una forrajería de la localidad bonaerense de Villa Rosa, en el partido de Pilar, fue realizada por BCA en conjunto con la Delegación de Prevención Ecológica San Martín, de la Policía Ecológica bonaerense. El operativo secuestró 63 aves vivas, entre las que se encontraban cardenales amarillos y de copete rojo, jilgueros, cabecitas negras, algunos reina mora, siete colores, corbatitas, gambitas, manones y también un “diamante de Gould”.
Al revisar las jaulas, vieron que algunos pájaros muertos convivían con los vivos.
Las aves se llevaron a la Fundación Temaikén, en el partido bonaerense de Escobar, donde permanecerán en cuarentena, hasta que estén en condiciones de ser liberadas en la zona.
Aves exóticas de $ 3,5 millones
Mediante un comunicado, el ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires informó que la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA) a cargo de Carlos Rolero Santurián, dispuso la clausura de un criadero ilegal de animales exóticos que funcionaba en un domicilio del barrio de Liniers. Los ejemplares se vendían a través de transacciones realizadas por internet.
El allanamiento se realizó el 22 de marzo y rescató 362 aves cuyo valor en el mercado negro está estimado en más de $ 3,5 millones. Las aves estaban hacinadas y sin las mínimas condiciones de higiene y salubridad necesarias. Tres de ellas estaban muertas y representaban un foco infeccioso de enfermedades zoonóticas. La causa se inició a través de una denuncia y tanto la investigación como el allanamiento contaron con la participación del Cuerpo de Investigaciones Judiciales.
La División Operaciones Especiales a de la Policía de la Ciudad, médicos veterinarios e inspectores de la Agencia de Protección Ambiental y de la Agencia Gubernamental de Control también participaron del procedimiento.
El fiscal Rolero Santurián imputó al responsable del criadero por actos de crueldad animal.
Las aves rescatadas fueron trasladadas a la Reserva Ecológica Costanera Sur.