La presencia de altas temperaturas y la falta de lluvias registradas durante la presente campaña maicera, sumado al impacto negativo que tuvo la plaga de la chicharrita, provocó una caída del 30% en la producción de maíz en Córdoba, donde no se lograron cosechar unas 300 mil hectáreas por la falta de un rendimiento adecuado. Sin embargo, hay “esperanza” de cara al próximo ciclo agrícola para revertir la tendencia gracias a la incorporación de información sobre la plaga y de manejo, además de las “buenas perspectivas” que reporta el clima.
Así lo indicó el ingeniero agrónomo especialista en fitopatología, Roberto De Rossi, en diálogo con el programa “Aire de Campo”, que se emite por Radio Perfil. Allí indicó que “con el invierno tan fuerte que se está viviendo, este tendrá un impacto importante sobre la población de la chicharrita, lo que ayuda mucho a controlar los maíces guachos de unas 300 mil hectáreas que no se cosecharon en la provincia mediterránea”.
“Hay pocos productores que van a hacer manejo de cultivos y este clima va a ayudar a disminuir las posibilidades de enfrentar en el próximo ciclo un problema tan grande el año que viene”, explicó De Rossi.
El especialista, quien será el coordinador técnico del próximo Congreso Internacional del Maíz (CIM), que se hará en Córdoba el 28 y 29 de agosto, sostuvo que esperan “llegar a la próxima siembra con un nivel de información, con aportes como los del INTA y el SENASA, que hará que estemos mejor preparados para enfrentar la próxima campaña. Y ese 20 al 30% de menor área de siembra del que se está hablando hoy, según informes de entidades y bolsas, con el paso del tiempo se vaya reduciendo: hay que ayudar para tomar las mejores decisiones en favor del próximo cultivo del maíz”.
De Rossi comentó además que “en Córdoba, puntualmente, estamos llegando al final de la cosecha de maíz y es un tema que más información requiere en este momento por la incertidumbre que se vivió frente a la chicharrita y las condiciones medioambientales que pasamos en la zona, que fueron cambiantes y en algunos casos fueron muy estresantes. En los campos mediterráneos el achaparramiento producto de la plaga nos pegó muy fuerte”.
Consignó que, en el último Congreso realizado por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Córdoba, “se indicó allí que con un 80% de la superficie de maíz cosechada, hubo una pérdida de unas 300 mil hectáreas que no fueron levantadas y así hubo una reducción estimada en aproximadamente un 30% menos de producción de estos granos”.
Por ello, el experto en sanidad de cultivos extensivos y manejo de enfermedades reconoció que “el impacto fue grande, y fue mucho más en algunas zonas y mucho menor de lo esperado en el sur cordobés. Esto trae un poco de esperanza a partir de las buenas perspectivas que ofrecen las condiciones ambientales que se están dando este invierno”.
Agregó que “con un invierno tan fuerte como el que se está viviendo, hay un impacto sobre la población de la chicharrita, lo cual ayudará muchísimo a controlar la plaga en esas 300 mil hectáreas de maíz guacho que no fue trillado. Allí hay pocos productores que van a hacer manejo de cultivos y esto va a ayudar a disminuir las posibilidades de enfrentar este problema el año que viene”.
De Rossi reconoció que ”fue un golpe grande para la producción pero hay que mirar hacia adelante y saber que podemos hacer maíz y que contamos con muchas más herramientas para manejar este problema”.
El clima, una variable de ajuste para la producción
El especialista refirió que “tuvimos un año con condiciones climáticas muy cambiantes y con extremos, tanto en temperatura como en el número de días consecutivos sin registrarse lluvias. Esto fue condicionante en algunas fechas de siembra y tuvo su impacto sobre los cultivos de soja y maíz. Hay lugares donde se sufrió el estrés hídrico y la falta de lluvias y a esto se le sumó luego la chicharrita”.
“Fuera de Córdoba, en Santiago del Estero y Chaco, allí fue más estresante el efecto que tuvo el clima al achaparramiento del cultivo. Y en otras zonas, como Salta y Tucumán, se sufrió más por la chicharrita que por el clima. Por ello hay diferencias dentro de cada zona, en el norte y noroeste de Córdoba, hubo un impacto por achaparramiento, y muy grande, mientras que, en el sur y centro cordobés, el impacto negativo fue más por condiciones ambientales que por otra cosa”.
Congreso Internacional del Maíz
En este contexto, el próximo 28 y 29 de agosto se realizará en Córdoba una nueva edición del Congreso Internacional de Maíz (CIM), con inscripción gratuita y cupos limitados. Sobre esta cuestión, De Rossi consideró que “la fecha en que se hacen las jornadas es clave, ya que allí vamos a tener todos los datos de producción de maíz y cómo fue realmente el impacto en las distintas zonas productivas. Además, será el tiempo en que salimos del invierno y hay que ir pensando si se podrá avanzar con la próxima siembra”.
Añadió que “con la información que se tenga sobre cuáles serán las condiciones ambientales, se podría estar en las fechas óptimas para ver qué se hace en las fechas de cobertura y también pensar en si se opta o no por una siembra tardía en muchas zonas maiceras”.
De Rossi recordó que en el CIM participarán más de cien disertantes y especialistas nacionales e internacionales, donde se tratará en muchas charlas el tema de la chicharrita, pero también los resultados que dejó la presente campaña maicera y las perspectivas que ofrece el próximo ciclo agrícola. Por ello, también habrá exposiciones sobre clima, eco fisiología, producción de leche y carne, sustentabilidad, mercados internacionales, maquinaria agrícola, tecnología, huella de carbono, entre otros temas referidos a la cadena del maíz.
