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Voluntariado internacional en Argentina: jóvenes de todo el mundo eligen el país para vivir experiencias transformadoras

Un reciente estudio realizado por la Fundación SES, en colaboración con universidades nacionales y el apoyo de France Volontaires, reveló que Argentina puede consolidarse como un destino atractivo para jóvenes de todo el mundo que buscan vivir experiencias de voluntariado internacional. El informe destaca que el país no solo recibe a cientos de voluntarios cada año, sino que también ofrece un entorno rico para el aprendizaje y el intercambio cultural.  

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Personas voluntarias de Francia, Alemania, Ecuador, Estados Unidos y Argentina en el cierre de un seminario de formación | CEDOC

El voluntariado internacional, una práctica con más de 100 años de historia, ha encontrado en Argentina, en los últimos años, un terreno fértil para florecer. Lo que comenzó como una iniciativa desarrollada en el período de entreguerras para reconstruir la paz y las ciudades devastadas, evolucionó tras la Segunda Guerra Mundial con el respaldo de Naciones Unidas y redes internacionales de organizaciones de la sociedad civil como ICYE y CCIVS. Hoy, este movimiento global se consolida como una herramienta clave para promover la interculturalidad, la ciudadanía global y la cooperación internacional.

Un reciente estudio realizado por la Fundación SES y su programa de voluntariado internacional Subir al Sur, con el apoyo de la Plataforma France Volontaires del Ministerio de Europa y Asuntos Exteriores francés, revela que Argentina está atrayendo cada vez más jóvenes de diversas partes del l mundo interesados en vivir experiencias transformadoras tanto para ellos, como para las comunidades que los reciben. El informe destaca que el país no solo recibe a cientos de voluntarios al año, sino que también existe una gran cantidad de organizaciones sociales y comunitarias que acompañan, gestionan y garantizan cada experiencia.

El voluntariado internacional es una práctica en la que personas de diferentes países deciden dedicar parte de su tiempo y recursos a trabajar en proyectos sociales, ambientales o educativos - entre otros - en comunidades fuera de su lugar de origen. En Argentina, esta actividad ha ido ganando terreno, especialmente entre jóvenes de 18 a 30 años, quienes encuentran en el país una combinación única de desafíos sociales y una cultura acogedora.

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Según el estudio, el 43.75% de los voluntarios internacionales provienen de Europa y Asia Central, mientras que el 29.17% llega desde América del Norte. Sin embargo, también hay un creciente interés desde América del Sur, lo que abre la puerta a un mayor intercambio regional. “Argentina tiene una red de organizaciones de la sociedad civil sólidas y comprometidas que hacen que la experiencia de los voluntarios sea enriquecedora tanto para ellos como para las comunidades que los reciben”, explicó Mariela Ortiz Suárez, Coordinadora del área de Participación y Voluntariado y del proyecto de investigación de la Fundación SES.

Educación y acción comunitaria: los pilares del voluntariado

El informe destaca que las áreas más comunes en las que se involucran los voluntarios son la educación y la acción comunitaria. Desde apoyo escolar en barrios vulnerables hasta talleres de capacitación en temas ambientales, los voluntarios aportan su tiempo y habilidades para generar un impacto positivo. “Es increíble ver cómo las barreras y las diferencias culturales se borran por momentos y todos nos encontramos aprendiendo en el hacer”, comentó una representante de una organización de la sociedad civil (OSC) entrevistada para el estudio.

Además, el 78.7% de las OSC encuestadas afirmaron que sus proyectos están alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, lo que refleja un compromiso con la agenda global y con los objetivos como la reducción de las desigualdades, la educación de calidad y la igualdad de género.

A pesar del crecimiento del voluntariado internacional en Argentina, el estudio también identificó algunos desafíos. Uno de los principales es la complejidad de los trámites migratorios para los voluntarios extranjeros, que en muchos casos deben gestionar visas de larga estadía. “Aunque no es un impedimento insalvable, el proceso puede ser engorroso y desalentador para algunos”, explica Ortíz Suárez.

Otro aspecto a mejorar es la articulación entre las OSC y el sector público. Si bien existe una Ley Nacional de Voluntariado Social y 17 provincias cuentan con su propia Ley, en ningún caso se regula la especificidad de esta figura del voluntariado. Tampoco existen políticas de fomento y promoción de la actividad “El voluntariado internacional tiene un enorme potencial para fortalecer el trabajo de las comunidades y generar alianzas entre el sector privado, las OSC, el Estado e, incluso, con agencias de cooperación internacional”, agregó la coordinadora de Fundación SES.

Una experiencia que transforma vidas

Para los voluntarios, la experiencia en Argentina no solo significa aportar a una causa social, sino también crecer personal y profesionalmente. Muchos de ellos llegan con estudios universitarios en curso o recién finalizados, y encuentran en el voluntariado una oportunidad para aplicar sus conocimientos en contextos reales. “Es una escuela de vida. Aprendes a adaptarte, a trabajar con otros y a entender realidades completamente diferentes a las tuyas”, compartió una voluntaria europea que participó en un proyecto en Buenos Aires.

El estudio también resalta que el 57.5% de los voluntarios ya tenía experiencia previa en este tipo de actividades, lo que demuestra que, una vez que se vive la experiencia, es difícil no repetirla. “El voluntariado internacional desafía los prejuicios y los estereotipos culturales, activando al mismo tiempo una conciencia social y pensamiento crítico mientras se cocinan pastelitos en un centro cultural comunitario, eso es lo que lo hace transformador” concluye la voluntaria consultada.

Según el informe, Argentina es predominantemente un país receptivo. Con un creciente interés por parte de jóvenes de todo el mundo y una red de organizaciones cada vez más preparadas para recibirlos, Argentina tiene la oportunidad de posicionarse como un referente en voluntariado internacional en la región. Sin embargo, para lograrlo, será clave fortalecer las alianzas entre el sector público, las OSC y los organismos internacionales, así como simplificar los procesos administrativos para facilitar la llegada de más voluntarios. La generación de mecanismos de envío de voluntarios argentinos al mundo, es otro aspecto pendiente para conformar el sector propiamente dicho, según el informe.

Frente a la prepotencia de los algoritmos, la fragmentación social y la condensación del tiempo, el voluntariado internacional propone experiencias vitales personales y colectivas; pone en acto la solidaridad y construye ciudadanía global”, concluye Ortíz Suárez.