Días duros los de la vicepresidente Victoria Villarruel. El escándalo del traspaso del mando del viaje del presidente Javier Milei a Roma, con el propio mandatario acusándola en público de encabezar "una sesión sin validez" para expulsar al dolarizado y ya exsenador Edgardo Kueider parecía haber pasado, con posteo jurando obediencia debida, pero esta semana llegó otro paso en falso con un tuit sobre la detención del gendarme argentino en Venezuela, que dejó ver viejas heridas de la formación inicial del Gabinete, y Patricia Bullrich aprovechó el pase-gol para sobreactuar libertarismo, obligando a la vice debiendo borrar el posteo en nueva señal de bandera blanca.
Con ese cuadro como contexto, en el horizonte de los próximos Villarruel enfrenta otro "problema circular": se trata de una resolución del Senado que si pierde vigencia derivará en millonarios aumentos en las dietas, una circunstancia que queda a contramano del "no hay plata", los feroces recortes a jubilados, la lucha contra la casta y los autoelogios al "ajuste más grande la historia".
Es una ecuación sin gloria, Villarruel intenta oponerse, pero en el marco del enfrentamiento con Milei, que ya deslizó sus críticas al tema, puede imaginar cabalmente la que le espera si el tema avanza. Si rechazara avalar las subas tendría obvios cuestionamientos entre muchos de los senadores, por lo que queda ver que camino elegirá la vice para cerrar el año. Y qué dirán sus críticos, con el presidente encabezando los posteos.
Se recuerda todavía el escándalo de la votación en menos de dos minutos que subió las dietas en mitad del año, con muchos como Martín Lousteau intentando que su mano "voter sin que se vea" en una votación "a mano alzada" que duró segundos.
Aquella movida fue apoyada trasversalmente por todos los bloques, incluso hubo una firma libertaria en el dictamen, que cuando Milei estalló ensayó explicaciones absurdas, pero los aumentos los cobraron todos. Ahora caducaría el 31/12 una resolución 27/24, y al "caerse" eso derivaría en que las dietas dieran otro salto millonario.
Consultados por la agencia NA, el verborrágico Luis Juez consideró que "el vergonzoso e inexplicable mecanismo adoptado en el anterior aumento de dietas nos impide de cualquier manera ser acreedores de cualquier reajuste".
Sin embargo, tanto en bloque libertario que conduce Ezequiel Atauche (Jujuy) como la Unión Cívica Radical (UCR), que preside Eduardo Vischi (Corrientes), guardaban un sugestivo silencio sobre prolongar esa resolución 27/24 y evitar que la Cámara Alta quede otra vez en el ojo de las críticas. Especialmente de las críticas presidenciales, que se sabe vienen acompañadas de miles de posteos como efecto colateral.
El paraguas, al menos por unos días, lo abriría que vencida esa resolución es el 31 de diciembre, los senadores tendrían dos semanas más en enero "para reactivarla", ya que de actualizarse "reloaded" se cobrarían recién en febrero. Es decir, dispondrán de esos días hasta que las oficinas administrativas inicien la liquidación de los sueldos.
Lo cierto es que, en cualquier caso, Villarruel está en medio de la tormenta. Trató de meter el tema de esa resolución en el debate en que echaron a Kueider, pero no encontró eco. Y necesita conseguir que los presidentes de cada bloque firmen una nota, casi idéntica la que elevaron en agosto, prorrogando esa resolución 27/24. Se trata de una firma que a los legisladores les resultaría "de bolsillo" y cuyo avance luce vidrioso.
Pero para Villarruel, que los senadores renuncien voluntariamente a la suba es la única manera de tratar de evitar un nuevo tsunami. "No soy senadora, solo facilito las condiciones para el tratamiento de los temas, pero no soy la que toma las decisiones. Por lo cual, entendiendo el sentido del esfuerzo está haciendo la población, y creo que debemos estar a la altura y por eso deben estar congeladas las dietas de los senadores", señaló. Es cierto, no toma las decisiones, pero es la que recibe las críticas.
HB