Arabia Saudita anunció este domingo la inauguración de Sindalah, una lujosa isla ubicada en el mar Rojo, primer proyecto de la megalópolis futurista Neom, una iniciativa cuyos alcances son tan colosales que abren dudas de los expertos, pero que el Reino encara con un plan puntual: pensar ya en la transición para cuando los combustibles fósiles empiecen a agotarse o dejen de usarse.
"Neom se compromete a apoyar una nueva era del turismo de lujo en el reino", anunció su director, Nadhmi al Nasr, en un comunicado. "El primer destino de Neom ya ofrece a los visitantes una 'primera impresión' de lo que les reserva el futuro de nuestra amplia cartera de destinos y de desarrollo", añadió al presentar a Sindalah.
La isla de Sindalah, destinada a atraer el turismo planetario de alta gama, cuenta con un puerto para yates, abarca 84 hectáreas y podrá acoger a hasta 2.400 visitantes al día para 2028, según el comunicado.
El megaproyecto Neom, impulsado por el príncipe heredero y dirigente de facto del reino Mohamed bin Salmán, se hizo famoso sobre todo por su emblemático proyecto llamado "The Line", una ciudad que se extenderá en línea recta a través del desierto durante 170 kilómetros desde el golfo de Áqaba y apunta a revolucionar no solo a Arabia, sino al turismo del mundo entero.
Al presentar "The Line" en 2022, Mohamed bin Salmán anunció que allí podrían vivir más de un millón de personas para 2023, y 9 millones para 2045. Pero luego esos cálculos se revisaron a la baja, fijando una tasa inicial de 300.000 habitantes. Se espera que, para finales de esta década, se hayan construido 2,4 km del proyecto, según la agencia Bloomberg. Ese proyecto forma parte del plan de reformas "Visión 2030", destinado a diversificar la economía y prepararla para la transición de las energías fósiles.
AFP/HB
