Pese a los llamados de la comunidad internacional a la moderación, Israel lanzó este martes un nuevo ataque aéreo contra un edificio residencial en los suburbios del sur de Beirut, capital del Líbano. Este ataque tuvo lugar después de que el jefe militar israelí, Herzi Halevi, jurara horas antes que se intensificaran los ataques aéreos israelíes en territorio libanés tras los bombardeos del día anterior. "No debemos dar ninguna tregua a Hezbollah", afirmó en un comunicado.
El Centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Salud Pública del Líbano indicó en un breve comunicado que el balance “inicial” de víctimas por el ataque aéreo contra el bastión del grupo chií libanés Hizbulá se sitúa en seis fallecidos y 25 heridos. El bombardeo alcanzó un inmueble residencial de seis plantas en el barrio de Ghobeiry y resultó en la destrucción de tres de esos pisos.
El blanco del ataque aéreo fue Ibrahim Muhammad Kobeisi,, el comandante de la Fuerza de Misiles y Cohetes de Hezbollah, según comunicó la FDI en X. Sin embargo, las consecuencias se sintieron en una comunidad entera. Más de 558 personas perdieron la vida y miles fueron desplazadas. El número de víctimas sigue actualizándose a medida que pasan las horas de este martes 24 de septiembre.
"Kobeisi, comandaba varias unidades de misiles dentro de la organización terrorista Hezbollah, incluyendo la Unidad de Misiles Guiados de Precisión. A lo largo de los años y durante la guerra, fue responsable del lanzamiento de misiles hacia civiles israelíes. También sirvió como una fuente significativa de conocimiento en el campo de los misiles y tenía vínculos estrechos con líderes militares de alto rango en Hezbolá", agregaron. "Kobeisi, fue eliminado junto a otros comandantes centrales de la Fuerza de Misiles y Cohetes de Hezbollah", concluyó el mensaje de la FDI en la plataforma de Elon Musk.
El ataque se produjo un día después de los ataques aéreos israelíes contra objetivos de Hezbollah, que, según las autoridades libanesas, describieron la jornada de ayer como el día más mortífero del país en décadas.
Previamente, en un video, el primer ministro israelí Benjamin Netanayhu recomendó a los libaneses "alejarse de las zonas peligrosas" mientras el ejército termina su "operación" en el sur del país y en el valle de Becá, en el este.
Israel aseguró haber matado a un alto comandante de Hezbolá tras el bombardeo a Beirut
Por su parte, el presidente libanés, Najib Mikati, denunció un "plan de destrucción" contra su país, y llamó a la ONU y a los "países influyentes" a "disuadir" al gobierno israelí de esta "agresión".
"Es una catástrofe, una masacre", dijo a AFP Jamal Badran, médico del hospital del Socorro Popular en Nabatiye, una ciudad del sur de Líbano. "Los bombardeos no paran, nos han bombardeado mientras trasladábamos a heridos", contó.
El empeño de Israel en asegurar su frontera norte y garantizar la seguridad de los residentes dejó en claro que el conflicto podría prolongarse. Mientras tanto, Hezbollah prometió continuar su resistencia hasta que se logre un alto el fuego en Gaza.
"La situación requiere una acción intensa y continua en todos los ámbitos", declaró Herzi Halevi, tras una evaluación de seguridad, reiterando el compromiso del ejército de mantener la presión sobre Hezbolá.
Miles de desplazados y cifras de víctimas preocupantes en Líbano
El lunes, el Ejército israelí lanzó intensos bombardeos sobre poblados y ciudades del sur y este del Líbano, lo que provocó que Hezbollah lanzara ataques de represalia con misiles contra varios objetivos militares en el norte de Israel.
Según las autoridades libanesas, la cifra de muertos por los intensos bombardeos israelíes contra el sur y este del Líbano ha aumentado a 558 desde el lunes, incluidos 50 niños y 94 mujeres, además de 1.835 heridos, mientras que unos 16.500 residentes en el sur y este del Líbano fueron desplazados a Beirut y otras zonas del país.
Hezbollah declara una "batalla de ajuste de cuentas" con Israel y hay temores de una "guerra total"
Hezbolá, poderoso actor político y militar en Líbano, abrió un frente en la frontera con Israel hace casi un año, tras el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, en apoyo a su aliado islamista Hamás, en el poder en ese territorio palestino.
Frente a esta escalada, Estados Unidos, principal aliado de Israel, exhortó a sus ciudadanos a abandonar Líbano. El presidente estadounidense, Joe Biden, reiteró este lunes que está "trabajando para lograr una desescalada". Mientras tanto, China llamó a sus ciudadanos a irse de Israel "lo antes posible".
A mediados de noviembre, el Ministerio de Salud de Gaza había comenzado a perder la cuenta de las muertes tras el ataque de Hamás del 7 de octubre; y afirmó que tenía dificultades para actualizar el número de víctimas como resultado de los apagones, el elevado número de muertes y el colapso del sistema sanitario. Se estima que la guerra entre el movimiento islamita e Israel, causó la muerte de al menos 42.000 personas.
La tasa de muertes supera la de los ataques liderados por Estados Unidos en Irak, Siria y Afganistán, que fueron ampliamente criticados por grupos de derechos humanos, mientras que, según la politóloga estadounidense Neta C. Crawford, el número de mujeres y niños muertos en los ataques israelíes es comparable al número de civiles muertos en Afganistán durante más de 20 años. Asimismo, periodistas de Al Jazeera, argumentaron que la campaña militar de Israel tenía como objetivo "eliminar cualquier cosa que camine o respire en Gaza".
Llamados al alto el fuego en medio del creciente conflicto en la frontera entre Líbano e Israel
A medida que la situación continúa empeorando, los llamados a la diplomacia se hacen cada vez más fuertes. El alto funcionario de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, ha pedido a todos los estados y actores que trabajen para evitar una mayor escalada en el Líbano. Mientras tanto, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, declaró en MSNBC que cree que todavía hay "un camino a seguir" hacia la desescalada y una solución diplomática.
El primer ministro británico, Keir Starmer, también instó a la moderación, al afirmar: "Hago un llamamiento una vez más a todas las partes para que se alejen del abismo", mientras se dirigía a su partido laborista y destacaba la necesidad de desescalar la frontera entre Líbano e Israel.
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