Luego de 13 años, Carolina del Sur volvió a las ejecuciones en los Estados Unidos: no hubo clemencia del gobernador Henry McMaster a última hora, y Freddie Eugene Owens, que había sido obligado a elegir el método de su muerte, fue sometido a inyección letal por un crimen que había cometido a 1997, 37 dólares.
La abogada de Owens, Emily Paavola, había sido la que comunicó la elección por la inyección letal, las otras opciones eran silla eléctrica o pelotón de fusilamiento. Owens, de 46 años, mató a una empleada en el robo a un comercio en Greenvile, el 31 de octubre de 1997. Según se estableció en el juicio, junto a otro cómplice, Owens le disparó en la cabeza a una empleada cuando esta no podía abrir la caja registradora.
El reo había sido condenado a muerte en 1999, y desde entonces se embarcó en una larguísima batalla judicial, que fue aplazando la ejecución en varias ocasiones, hasta que el mes pasado la Justicia dispuso que Owens sería finalmente ejecutado, y pudo apelar a una ley sancionada no hace mucho, que permite elegir el método de ejecución.
Desde 2011 que no se realizaban ejecuciones en Carolina del Sur: el último fue Jeffrey Motts, 36 años, también por la vía de inyección letal.
La ejecución de Owens es la primera de cinco que están programadas para la próxima semana en Estados Unidos, donde este año ya fueron 14: tres en Alabama, tres en Texas, dos en Misuri, dos en Oklahoma y una en Carolina del Sur, Florida, Georgia y Utah.
La pena de muerte ha sido abolida en 23 estados del país, mientras que otros seis (Arizona, California, Ohio, Oregón, Pensilvania y Tennessee) tienen moratorias vigentes.
Gobernadores, sin antecedentes de clemencia
El gobernador republicano Henry McMaster no alteró la norma entre los mandatarios de que no se han concedido pedidos de clemencia en las últimas décadas, y así Owens fue ejecutado con un cambio del método de inyección letal, usando solo el sedante pentobarbital, en lugar de los tres fármacos anteriores.
Owens dejo que su abogada definiera su método de ejecución, porque se había convertido a la fe musulmana y sentía que si hacía la elección sería parte de su propia muerte, y su creencia religiosas rechaza el suicidio.
En prisión Owens había cambiado su nombre a Khalil Divine Black Sun Allah, pero la justicia estadounidense siguió refiriéndose a él como Owens.
AFP/HB
