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L' Osservatore Romano

Mensaje de esperanza del papa Francisco para los Juegos Olímpicos de París: “El deporte es un lenguaje universal de la paz”

"Los Juegos Olímpicos tratan de la paz, no de la guerra", escribe Francisco en el mensaje enviado al arzobispo metropolitano Laurent Ulrich, que esta mañana celebró la misa de apertura de la tregua olímpica en la iglesia parisina de La Madeleine.

Papa Francisco
Papa Francisco. | AFP

“El deporte es un lenguaje universal de la paz”.  Así escribe el Papa Francisco en el mensaje enviado al arzobispo metropolitano de París, monseñor Laurent Ulrich, que el viernes 19 de julio, celebró la misa de inicio de la tregua olímpica en la iglesia de La Magdalena, a una semana de la inauguración de los Juegos.

El Sumo Pontífice expresó que "el deporte es un lenguaje universal que trasciende fronteras, lenguas, razas, nacionalidades y religiones; tiene la capacidad de unir a las personas, de favorecer el diálogo y la aceptación mutua; estimula el desarrollo del espíritu humano; anima a las personas a superarse a sí mismas, fomenta el espíritu de sacrificio y favorece la lealtad en las relaciones interpersonales; anima a las personas a reconocer sus propios límites y el valor de los demás".

"Los Juegos Olímpicos, si realmente siguen siendo “juegos”, pueden ser, por tanto, un lugar excepcional de encuentro entre los pueblos, incluso entre los más hostiles. Los cinco anillos entrelazados representan este espíritu de fraternidad que debe caracterizar el acontecimiento olímpico y la competición deportiva en general", dijo Franciso. Y añadió: "Espero que las Olimpiadas de París sean para todos los que acudan de todos los países del mundo, una ocasión imperdible para descubrirse y apreciarse, para derribar prejuicios, para fomentar la estima donde hay desprecio y desconfianza, y la amistad donde hay odio".

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En esa línea, continuó: "Los Juegos Olímpicos son, por su propia naturaleza, portadores de paz, no de la guerra. En esta época turbulenta, en la que la paz está gravemente amenazada, espero fervientemente que todos respeten esta tregua con la esperanza de resolver los conflictos y restablecer la concordia". 

Esta semana comienzan los Juegos Olímpicos de París, que precederán a los Juegos Paraolímpicos. "El deporte tiene también una gran fuerza social, capaz de unir pacíficamente a personas de diversas culturas. Deseo que este evento pueda ser un signo del mundo inclusivo que queremos construir y que los atletas, con su testimonio deportivo, sean mensajeros de paz y modelos válidos para los jóvenes", expresó el Papa.

Conmemoración del Atentado a la AMIA: "La memoria nos impulsa a tener presentes a los 85 hermanos de aquel 18 de julio de 1994".

Al conmemorarse los treinta años del atentado a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) el Papa Francisco se unió a este aniversario con una carta, publicada por la Conferencia Episcopal Argentina este jueves 18 de julio. "La memoria de aquellos que murieron en esa tragedia oscura sigue viva en nuestras oraciones y en nuestro compromiso continuo con la justicia. Para rendir homenaje, ante la tragedia elegimos el silencio"", escribe el Santo Padre.

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 "Pero en él también encontramos la fuerza para enfrentar la realidad del mal y la resiliencia para seguir adelante. A veces el silencio puede expresar un dolor indecible ante la desgracia y, en este día, nos unimos en un silencio que es tanto duelo como esperanza", afirma el Obispo de Roma.

Para el Papa, "la memoria puede ser nuestra guía", "nos enseña que recordar no es solo mirar hacia atrás, sino también proyectarnos en esperanza hacia un futuro donde actos tan repudiables de violencia no se repitan. La memoria nos impulsa a tener presentes a los 85 hermanos de aquel 18 de julio de 1994".

Hoy, juntos, "reafirmamos que no bajamos los brazos ante la búsqueda de justicia. Una justicia que no busca venganza, revanchismo, sino verdad y reparación. Una justicia que es esencial no solo para las familias afectadas, sino para la cohesión del tejido social de la nación".

Francisco invita a todas las personas de fe y a todas las personas de buena voluntad a unirse en oración y acción, "a trabajar incansablemente por un mundo más fraterno, donde la justicia y la paz se abracen, ya que sin justicia no habrá paz duradera ni efectiva".

"Que el Dios de la paz nos bendiga con la esperanza y la audacia para llevar a cabo esta misión", pide el Santo Padre, deseando "que el consuelo divino alcance a todas las familias que aún lloran a sus seres queridos y les otorgue fortaleza a todos los sobrevivientes que llevan heridas en sus cuerpos y en sus almas".