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Violencia extrema

Matan a cristianos, minorías, a cualquiera... Yihadistas convierten a Siria en otra masacre

Al terror que imponía el tirano Al Asad, ha seguido la "purificación religiosa" que impulsan grupos de musulmanes sunnitas, lejos de los llamados a la "unidad nacional" que hace desde Damasco el nuevo líder, Ahmed al Sharaa. Denuncian más de 700 ejecutados en 3 días, muchos musulmanes alauitas, a los que acusan de haber apoyado al ex tirano Al Asad, pero también asesinan a cristianos y muchos de ellos, desesperados, se han refugiado en una ex base militar rusa. Video

Yihadistas han sumido a Siria en el terror.
Yihadistas han sumido a Siria en el terror. | AFP

En medio de escenas de terror y asesinatos cuyas imágenes se multiplican en redes sociales, mostrando a yihadistas imponiendo su propio terror luego de haber derrocado al tirano Al Asad, el presidente sirio, Ahmed al Sharaa, volvió a pedir este domingo que cese la violencia y se avance "a la unidad nacional". Se trata, sin embargo, de odios ancestrales y motivos religiosos, que lejos de "purificar", como dicen los yihadistas, solo fomentan la extensión de la larguísima guerra civil que terminó con Al Asad huyendo del país.

La violencia que muestran los videos en redes sociales es escalofriante, con civiles llorando e implorando en medio de yihadistas armados, golpeados antes de ser salvajemente asesinados. Impera la ley del terror, y los yihadistas que pertenecían en su momento a una rama de Al Qaeda, son implacables con civiles en su mayoría musulmanes alauitas y cristianos.

La comunidad musulmana alauita de Latakia y otras zonas del oeste del país es considerada como la cuna del clan Al Asad, que gobernó durante décadas también usando el terror y la tortura como método ante opositores.

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Según la oenegé Observatorio de los Derechos Humanos (OSDH), que cuenta con una amplia red de fuentes de información en Siria, desde el jueves 745 civiles alauitas murieron en las regiones de la costa y las montañas de Latakia a manos de las fuerzas de seguridad y de grupos afiliados. Pero además habrían sido asesinados al menos 273 miembros de las ex fuerzas de seguridad y combatientes favorables a Asad, según la misma oenegé.

"Lo que está pasando en el país (...) son desafíos que eran previsibles. Tenemos que preservar la unidad nacional, la paz civil, tanto como sea posible y, si Dios lo quiere, seremos capaces de vivir juntos en este país", declaró Al Sharaa en un discurso en una mezquita de la capital, Damasco.

El actual presidente dirigió la coalición islamista que derrocó a Al Asad, miembro de la minoría musulmana alauita. Los ataques que se suceden desde el jueves, según el OSDH, "han sido ejecuciones por motivos religiosos".

Una fuente de seguridad citada por la agencia oficial Sana informó el viernes de "abusos aislados", imputándolos a "multitudes" que actuaban en represalia al "asesinato de varios miembros de las fuerzas de policía y de seguridad por parte de fieles al antiguo régimen".

Después de más de 13 años de guerra civil, el restablecimiento de la seguridad es el principal desafío para el nuevo poder sirio. Al Sharaa pidió el viernes a los insurgentes alauitas que "depongan las armas antes de que sea demasiado tarde".

Al Asad fue derrocado en diciembre de 2024 por una alianza de rebeldes islamistas sunitas encabezada por el grupo radical Hayat Tahrir al-Sham (HTS) de Al Sharaa. Luego huyó a Moscú con su familia.

"Matanza de civiles inocentes"

Varias iglesias sirias han denunciado la "matanza de civiles inocentes" y han pedido "que se ponga fin inmediatamente a estos actos horribles".

Según el Ministerio de Defensa "las carreteras que conducen a la región costera fueron cerradas para evitar abusos" y se dio orden a las fuerzas de seguridad de "restablecer el orden" en Jablé, Tartús y Latakia, donde detuvieron a un "gran número de saqueadores".

El OSDH y varios activistas publicaron el videos que muestran docenas de cuerpos vestidos de civil en el patio de una casa con mujeres llorando junto a ellos. En otra secuencia, hombres vestidos con uniformes militares ordenan a tres personas que se arrastren por el suelo y luego les disparan a quemarropa.

El jefe de los rebeldes sirios, Abu Mohamed al Jolani
El presidente Al Sharaa admitió que mucho de lo que pasa en Siria "era previsible", pero trata de contener a los yihadistas más duros.

"Enemigos de Dios"

La AFP dijo que no pudo verificar estas imágenes, pero Aron Lund, del centro de reflexión Century International, el aumento de la violencia demuestra la "fragilidad del gobierno", en el que gran parte de la autoridad "descansa sobre yihadistas radicales que consideran a los alauitas como enemigos de Dios".

Las autoridades sirias afirmaron el sábado que buscan "restablecer el orden" en el noroeste del país, antiguo feudo del depuesto presidente Al Asad donde, según una oenegé, fueron abatidos más de 700 civiles de la minoría musulmana alauita en tres días.

La seguridad es uno de los grandes desafíos del nuevo poder sirio, de base islamista e instalado en diciembre al término de una rebelión que en 11 días derrocó a Al Asad. Según el gobierno, las fuerzas de seguridad están enfrascadas desde el jueves en violentos combates contra elementos leales al depuesto presidente, que dirigió el país con puño de hierro durante 24 años.

Los incidentes, los primeros de esta magnitud desde la caída de Al Asad, estallaron tras un sangriento ataque de simpatizantes del exdirigente contra las fuerzas de seguridad en la ciudad costera de Jableh, según las autoridades. Al día siguiente, las fuerzas de seguridad lanzaron operaciones de rastreo en la zona de Latakia, bastión de la minoría alauita, una rama del islam chiita a la que pertenece Bashar al Asad y su familia.

En ese contexto, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) reportó en un nuevo balance publicado este sábado la muerte desde el jueves de al menos 745 civiles alauitas, entre ellos mujeres y niños, en la región costera, donde se concentra esta comunidad que representa el 9% de la población del país. OSDH habló de ejecuciones por "motivos confesionales" por combatientes progobierno, y que junto a esto hubo "saqueos de casas y propiedades".

Con la muerte de estos civiles, el balance de fallecidos desde el jueves asciende a 1.018 muertos, incluyendo 273 miembros de las fuerzas de seguridad y de combatientes leales al clan Al Asad.

En redes sociales, particularmente en Facebook, se multiplicaron en las últimas horas los testimonios de crímenes contra civiles alauitas. Samir Haidar, un vecino de Baniás de 67 años, declaró a la AFP que dos de sus hermanos y su sobrina fueron asesinados por "grupos armados" que entraron en su casa.

El presidente interino sirio, Ahmad al Sharaa, tiene un pasado yihadista y era el líder de Hayat Tahrir al Sham, el grupo islamista que fue la punta de lanza de la rebelión.

Al Sharaa ha tratado de tranquilizar a las minorías prometiendo que la nueva Siria será inclusiva, pero esa línea no la comparten necesariamente las facciones que operan bajo su mando y que actualmente constituyen el grueso del ejército y la policía, apunta el analista Aron Lund, del centro de reflexión Century International.

"Gran parte de esa [nueva] autoridad reposa en yihadistas radicales", de confesión sunita, "que consideran a los alauitas como enemigos de Dios", explica Lund, quien cree que estos enfrentamientos demuestran "la fragilidad del gobierno" actual.

En un discurso, Al Sharaa pidió el viernes a los insurgentes del oeste del país "deponer las armas y rendirse, antes de que sea demasiado tarde".

AFP/HB