Tratando de poner freno a las eternas ambiciones de llegar al poder de la extrema derecha, el presidente francés, Emmanuel Macron, nombró este viernes como nuevo primer ministro a su aliado centrista y veterano político François Bayrou, de 73 años, quien tendrá ahora que enfrentar el reto de sumar voluntades parlamentarias que lo pongan a salvo de terminar como su predecesor, el defenestrado conservador Michel Barnier.
"Nadie conoce mejor que yo la dificultad de la situación política y presupuestaria de Francia", dijo en su primer discurso Bayrou, abogando por la "reconciliación para salir de la inestabilidad política y para enfrentar el Himalaya" que tiene Francia "por delante".
Bayrou lidera el centrista Movimiento Demócrata (MoDem) y se convirtió en el cuarto primer ministro de Macron en 2024, reemplanzando a Michel Barnier, también de 73 años, quien el pasado 4 de diciembre cayó como consecuencia de una moción de censura en la que se unieron la derecha y la izquierda, cuando intentaba aprobar los presupuestos para 2025. Tenía apenas tres meses en el cargo.
Desde la presidencia francesa, se señaló a Bayrou como en "el candidato más consensual" para el diálogo que será imprescindible con el resto de los partidos, exceptuando a la extrema derecha de Le Pen y la izquierda radical, abiertos enemigos de la gestión de Macron.
Según allegados, Macron quería nombrar a uno de sus aliados más fieles, el ministro de Defensa Sébastien Lecornu, pero, durante una reunión de casi dos horas en la mañana, el hasta ahora alcalde de Pau, en el suroeste de Francia, amenazó con romper la alianza oficialista.
"En la larga historia de la Quinta República [desde 1958], esta puede haber sido la primera vez que un primer ministro se elige a sí mismo", subrayó Mutjaba Rahman, analista de Eurasia Group, para quien ahora deberá redoblar esfuerzos para aprobar los presupuestos del año próximo.
Complejo panorama parlamentario
Bayrou tiene un desafío por delante. Socialistas, comunistas y ecologistas, aliados de La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) en el Nuevo Frente Popular (NFP), rechazaron entrar en un gobierno de Bayrou, pese a haber aceptado discutir con la alianza de Macron y el partido de derecha Los Republicanos (LR).
Los primeros pidieron en vano un primer ministro de izquierda y un cambio de rumbo de la política del gobierno, máxime cuando su coalición, que se encuentra al borde de la ruptura, ganó los comicios legislativos.
"Al nombrar a uno de sus allegados (...), Macron se arriesga a agravar la crisis política", advirtieron los socialistas, que llamaron a Bayrou a comprometerse a no aprobar leyes por decreto y a no depender de la ultraderecha para evitar así la censura.
LFI ya anunció que presentará una moción de censura contra Bayrou, mientras que la extrema derecha, que provocó la caída de su predecesor al apoyar una moción del NFP pese a haber rechazado hacerlo inicialmente, dijo que no lo tumbaría "en principio", si se escuchan sus reivindicaciones.
La composición del gobierno en los próximos días y su línea política se anuncian clave para su supervivencia. Por ahora, el anterior Ejecutivo ya presentó una "ley especial" para prorrogar los presupuestos de 2024 y poder cobrar impuestos.
AFP/HB