Los “curas villeros” buscan mantener vivo el legado del papa Francisco a tres días de su muerte y con este objetivo, iniciaron la difusión de su mensaje que caló hondo en los más pobres y lo acercarán a los barrios más humildes de Argentina como una continuidad de su obra que él llevó a cabo hasta convertirse en la máxima autoridad del Vaticano en 2013. Sus acciones como líder, guió y animó a los sacerdotes a salir y ayudar a los más necesitados.
Como Arzobispo, Bergoglio visitaba a menudo asentamientos informales, incluida la extensa Villa 21-24 en el sur de Buenos Aires, hogar de unas 8.800 familias. Allí, lo recuerdan con cariño por visitas a las casas para compartir un mate, y lavar los pies de los indigentes y los jóvenes drogadictos.
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El grupo, que surgió a fines de la década de 1960 inspirado por el Movimiento Sacerdotal para el Tercer Mundo, una organización de izquierda que resistió la dictadura argentina de 1976-1983, tradicionalmente ha mantenido su distancia de la jerarquía católica.

Eso cambió con Jorge Bergoglio, nacido en el barrio porteño de Flores, cuando fue arzobispo de la ciudad entre 1998 y 2013, antes de convertirse en el titular de la Iglesia Católica a nivel mundial.
El llamado de Francisco, emitido en la Jornada Mundial de la Juventud de 2013 en Río de Janeiro poco después de convertirse en Papa, tocó una fibra profunda entre un grupo de clérigos argentinos conocidos como "curas villeros" o "curas de barrios marginales".
El legado del Papa Francisco , que famosamente exhortó a los jóvenes católicos a "sacudir las cosas" llevando el evangelio a "favelas, barrios marginales y villas miseria", vive en el corazón y la vida diaria de 40.000 almas.
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El párroco de la Parroquia Cristo Obrero en la Villa 31, Ignacio Bagattini, expresó: “Sabemos del cariño que Francisco siempre ha tenido por nosotros”, quien atribuye al pontífice argentino el mérito de inculcar en el clero la importancia de “gestos sencillos como un abrazo, como compartir una comida”.
Sus declaraciones se dieron en el marco de una misa ofrecida en un centro comunitario para drogadictos sin hogar. El centro da a un almacén de un supermercado, al lado de una autopista.Una mesa de jardín de plástico cubierta con un mantel manchado hace las veces de altar, coronado por una vela casi apagada y una pequeña estatua de la Virgen María.
Aunque el papa Francisco nunca regresó a Argentina después de asumir el papado (una fuente de amplio pesar en su país natal), ha sido inmortalizado en murales que adornan las paredes de las muchas y famosas "villas" marginales y salones parroquiales de Buenos Aires.

Ignacio Bagattini: "El Papa seguirá sacudiendo las cosas desde arriba"
"El Papa seguirá sacudiendo las cosas desde arriba", significó Ignacio Bagattini, quien llevaba una estola con el mensaje "Iglesia pobre para los pobres", un lema de Bergoglio, mientras celebraba la misa.
Por su parte, una escritora de 29 años afirmó que “Bergoglio transformó su relación con la Iglesia Católica y sostuvo que, actualmente su “fe está en el barrio, en conocer a los curas de barrio, en pasar por la capilla” y necesita quedarse allí, porque “es un lugar de silencio, de encuentro, de refugio”.
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