En Bahía Blanca, la solidaridad de los ciudadanos se hizo presente tras el devastador temporal que afectó a la ciudad bonaerenses. Sin embargo, una nueva preocupación se instaló en las casas de los vecinos: los robos. A pesar del dolor y la incertidumbre, muchos prefieren quedarse en sus casas, temiendo que, al irse, lo poco que les quede pueda ser arrebatado.
En barrios como Gral. Cerri, Maldonado, Ingeniero White, Pampa Central y Villa Derby, los habitantes se enfrentan a la difícil decisión de quedarse o irse porque el agua no es lo único que invadió su espacio. Algunos comentan que se evacuaron para proteger su vida y la de su familia, pero al regresar a sus hogares se encontraron con la desagradable sorpresa de que les faltaban electrodomésticos, objetos de valor y otras pertenencias que esperaban poder recuperar.
El fiscal general de Bahía Blanca, Juan Pablo Fernández, señaló que “a diferencia del fin de semana pasado, cuando la Justicia aprehendió a 17 personas y recibió 26 denuncias por delitos relacionados con robos y saqueos, para este jueves el número de denuncias se incrementó a 90. Todo esto se ha contabilizado por medio de la aplicación de seguridad de la Provincia de Buenos Aires, aquellas personas que han tenido acceso a una computadora para realizar la denuncia en el portal web www.seguridad.gba.gob.ar. Las cifras de denuncias han crecido un 25% de lo que habitualmente se reporta en el sector”.
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Algunos de los testimonios de los vecinos reflejan una sensación generalizada de vulnerabilidad. “Nos tuvimos que quedar, bueno, porque, así como está la necesidad, también hay gente que aprovecha, ¿no? O sea, ¿qué te pueden llegar a robar? Es que ya robaron, se llevaron garrafas y muchas cosas... La gente que tiene un solo piso en su casa tuvo que irse porque el agua llegaba hasta la cintura”, relataron los vecinos que estaban dentro de sus casas a un móvil de TN. Y ante la consulta de por qué se quedan, respondieron: “Porque nos fueron a robar. Esa es la verdad”.
Entre la noche del viernes 7 y la tarde del domingo 9 de marzo, fueron detenidas 17 personas que habían cometido robos y saqueos en casas abandonadas y locales comerciales.
El día después del temporal, detuvieron a siete personas en Ingeniero White que alegaban ayudar a familiares afectados. Poco después, otras cuatro fueron detenidas por robar un autoservicio en San Martín al 3600. Utilizaron un carrito de compras para llevarse productos de limpieza, artículos de primera necesidad, bebidas alcohólicas e incluso electrodomésticos.
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Por otro lado, el peligro amenaza a quienes están solos en sus casa intentando recuperar lo que aún les queda. “Yo estaba lavando la ropa sucia que se había ensuciado con barro y un chico entró por detrás. Golpeó en la ventana y me preguntó si tenía algo para comer. Le dije que no, que se me había llevado todo la tormenta. Luego se fue y yo volví al patio a lavar la ropa que había dejado. En un descuido, se metió a la casa, me agarró del cuello, me pegó y me arrastró por el piso. Luego mi vecino llegó y me preguntó qué me pasaba, y le conté lo ocurrido”, relató Estela Maris.
No solo las casas fueron blanco de los robos. El caso de Néstor y su esposa es un ejemplo de la magnitud de la situación. Este matrimonio, que vive en el barrio Pampa Central, tuvo que abandonar su hogar cuando el agua comenzó a subir rápidamente. Cuando regresaron, encontraron no solo su casa saqueada, sino también destruida por un incendio.
“Estábamos durmiendo y despertamos con el agua hasta la rodilla, por lo que tuvimos que dejar la vivienda. Fue por el mal tiempo, la pasarela se rompió, el canal desbordó y fue algo que nadie esperaba, nunca había sucedido algo así. Así que tuvimos que abandonar el hogar de forma inmediata. Después de eso, volví a mi casa cuando el agua bajó un poco. Con mi señora limpiamos, sacamos un poco de agua, barro, todo. Lo hicimos porque la casa estaba inhabitable. Al día siguiente regresamos y encontramos la casa robada y prendida fuego. ¿Motivos? No sabemos, porque no tenemos inconvenientes con nadie, jamás. Ni mi señora ni yo”, relató.
La situación también afecta a aquellos que intentan retomar sus actividades cotidianas. Mabel, quien tiene un kiosco en el centro de la ciudad, fue una de las víctimas del robo en medio de la emergencia. "Nunca imaginé que me pasaría algo así, en medio de todo lo que ya estábamos viviendo. Fue una experiencia difícil", comenta.
La última vez que Bahía Blanca había sufrido un temporal similar al del 7 de marzo fue el 17 de diciembre de 2023, cuando vientos de más de 140 km por hora provocaron graves daños materiales. Además, se reportó la mayor catástrofe, conocida como “La tragedia de Bahía Blanca”. en el interior del Club Bahiense del Norte, tras la caída de una pared debido a los fuertes vientos. Este suceso dejó un saldo de 13 personas fallecidas de un total de las 16 que murieron, la misma cifra que las víctimas del temporal de hace una semana.
Si bien la comunidad de Bahía Blanca mostró una increíble capacidad de resiliencia, no es ajena al desafío que plantean los saqueos. La mezcla de solidaridad y miedo parece ser el tono que predomina en las calles, donde muchos se encuentran atrapados entre la necesidad de reconstruir y la urgencia de proteger lo poco que les queda.
RM/ LT