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Causa AMIA

La operación secreta para trasladar los restos del misil Condor II

La investigación del fiscal Alberto Nisman, el dictamen que firmó, el papel del Buque “Bahía San Blas" y el del Capitán de Corbeta Guillermo Frogone. La reacción de las altas jerarquías de la República Islámica de Irán.

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A cargo. Alberto Nisman presentó una acusación contra el kirchnerismo por presuntamente encubrir a los iraníes que estuvieron detrás del atentado a la AMIA. | cedoc

.. se le informó que un grupo comando se embarcaba con el fin de custodiar la carga y si eran atacados por un país árabe y ello comprometía a la misma, debían hundir el “Bahía San Blas”

El fiscal Alberto Nisman en uno de sus dictámenes sostuvo, respecto de las causas del atentado a la Amia: “A su vez en lo que respecta a las razones particulares que convirtieron a la Argentina en blanco de un ataque terrorista, este Ministerio Público Fiscal logró probar que asumió un papel preponderante en la decisión unilateral del entonces gobierno argentino de rescindir los contratos de provisión de material y tecnología nuclear, que años antes habían sido suscriptos con la República Islámica de Irán. Ello fue lo que operó como factor determinante para que se adopte la decisión de atentar contra la República Argentina.(Dictamen del Fiscal Alberto Nisman fs. 6 de fecha 29 de mayo de 2013).

El texto se refería al misil Condor II alcanzado por un primer decreto del entonces presidente Carlos Menem que fijaba el régimen para “el control de exportaciones de material bélico y materiales sensitivos”. Luego, Menem dictó otro decreto, “secreto”, por el que autorizó las exportaciones de las partes del misil Cóndor II a España.

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Y secreta fue la operación que le tocó encabezar al entonces Capitán de Corbeta Guillermo Frogone quien reconstruyó con precisión los hechos ocurridos hace 32 años cuando le encomendaron una misión que inicialmente sus mandos superiores no le revelaron. Aproximadamente medio centenar de contenedores que partieron de Falda del Carmen, provincia de Córdoba, y desde las provincias de San Luis y Mendoza, donde la Fuerza Área Argentina venía trabajando en el proyecto del misil, se dirigieron a Puerto Belgrano, la base de la Armada Argentina, junto a la ciudad de Punta Alta en la Provincia de Buenos Aires. Frogone recuerda la tristeza que se percibía en el personal superior del esa fuerza que había procedido al traslado, ya que se frustraba el notorio avance de nuestro país en la materia. El presidente Alfonsín había continuado su desarrollo con fines no bélicos y un alto funcionario del Ministerio de Relaciónes Exteriores de esa administración recuerda las expresiones del Secretario de Estado, George Schultz. Este les manifestó que su gobierno no dudaba de esas intenciones, pero que no estaba convencido de que el siguiente gobierno argentino mantuviera idéntica orientación. Estados Unidos reclamó su destrucción total. El probable destino del misil a Irán o la proyección del mismo con relación a Malvinas podrían haber jugado un rol esencial en esa determinación destructiva, teniendo en cuentas las alianzas estratégicas de Estados Unidos.(Gran Bretaña, Israel, etc.)

El capitán Frogone recuerda que una comisión de diferentes países aguardó a los contenedores en Puerto Belgrano para proceder a su primera inspección antes del embarque. También debía enviar diariamente al Comando de Operaciones Navales, en ese momento a cargo del Vicealmirante Enrique Molina Pico, la situación del buque durante todo su derrotero, evidenciando ello la importancia de la misión encomendada.

El domingo 24 de enero de 1993 el Buque “Bahía San Blas”, inicia su travesía hacia el puerto de Rota, Cádiz, en España, donde se encuentra instalado un puerto naval, militar y aeropuerto militar estadounidenses de uso compartido. Las importantes misiones que cumplió hasta la fecha el “Bahía San Blas”, constan en las páginas de la Armada Argentina, por ejemplo su participación en la guerra del Golfo, Haití, la Antártida, etc. pero sigue sin figurar esta delicada misión.

Otra sorpresa aguardaba al Capitán Frogone: se le informó que un grupo comando se embarcaba con el fin de custodiar la carga y si eran atacados por un país árabe y ello comprometía a la misma, debían hundir el “Bahía San Blas”. Durante los primeros días de navegación, los comandos profundizaron su capacitación para la eventual colocación de las cargas explosivas en el buque, actuando en total oscuridad. Luego de diecinueve días de navegación llegaron al puerto, donde atracó el “Bahía San Blas”, sin colaboración de prácticos, procediéndose a la descarga. Frogone recuerda que ello ocurrió a las 20,30 hs después del poniente. Era el día 12 de febrero. Al día siguiente, nuevamente hizo su aparición la comisión que había controlado el embarque para realizar la misma operación. Una parte de la carga se destruyó en la base de Rota y otra partió hacia Estados Unidos en un buque de carga con bandera de ese país.

Frogone no olvida la maniobra de ingreso a la base citada, de noche, amarrando entre el portaaviones “Principe de Asturias” y el grupo de ataque de la Armada Española integrada por cuatro fragatas.

Operación compleja coronada por el buen resultado.

No hubo ataque árabe al aproximarse el buque al continente africano, pero siete meses después, el 14 de agosto de 1993, las altas jerarquías de la República Islámica de Irán, reunidas en la ciudad de Mashad, responderían decidiendo ejecutar el cruel atentado a la Amia que provocaría 85 víctimas fatales y mas de 300 heridos.

(*) Raúl Woscoff es abogado, político, escritor. Ex asesor de la Unidad Especial de Investigación del atentado a la sede de la Amia (UEIAMIA).